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Por Daniel Riobóo Buezo 

Uno de las preguntas que ha tenido que contestar Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, en las recientes entrevistas concedidas a propósito de una hipotética independencia de Cataluña ha sido si, en ese caso, el FC Barcelona podría seguir disputando la liga española. Su respuesta siempre ha sido la misma: a día de hoy, con la ley en la mano, sería imposible que el Barcelona y el resto de equipos catalanes, en caso de no pertenecer a España, disputaran la Liga Santander y el resto de competiciones nacionales.

Pero existen excepciones de clubes que disputan Ligas que no son de su país. Las vamos a exponer y cada uno es libre de opinar sobre el hipotético caso del Barcelona.

El Swansea galés se adjudicó hace pocas temporadas su primer gran título, la Copa de la Liga inglesa. Pero el equipo en el que despunta el que juegan varios españoles es galés. ¿Por qué entonces juega la liga inglesa mientras los equipos escoceses juegan la suya propia? El caso británico es muy particular porque Gales y Escocia compiten con sus propias selecciones en fútbol y rugby pero, a nivel de clubes, la cosa cambia. En Gales, además del Swansea, hay otros cinco equipos que decidieron competir en el fútbol inglés y no integrarse en la liga galesa cuando ésta se creó en 1992.

En Escocia, en cambio, no ha ocurrido lo mismo y todos sus equipos juegan la Premier escocesa. Pero es un tema que bien podía haber cambiado ya que la opción de que los dos grandes, el Celtic de Glasgow y el Glasgow Rangers (que descendió tras declararse en quiebra) se enrolaran en la Premier ha sido un tema que se ha planteado. Las negociaciones no llegaron finalmente a buen puerto porque la Premier League no aceptó su propuesta y tan sólo se les planteó la posibilidad de ingresar en la First Divison (la segunda división inglesa).

Invitados en otras ligas

Para los países muy pequeños la razón para poder jugar en otras ligas es obvia, el poder competir a un mayor nivel y poder ser mínimamente rentables. El ejemplo es el Mónaco, que siempre ha jugado en la liga francesa ya que el Principado se le queda pequeño. Lo mismo ocurre en San Marino, donde su mejor equipo, el San Marino Calcio, integra las categorías inferiores del fútbol italiano. Y en Liechtenstein, ya que su USV Eschen/Mauren disputa el campeonato regional suizo. Mientras, Andorra tiene una liga propia desde 1995 aunque su principal club, el FC Andorra, continúa jugando en España y estuvo durante varios años en Segunda División B aunque en la actualidad no es tan competitivo y está encuadrado en la segunda regional catalana. Lo mismo ocurre con el equipo de baloncesto Morabanc Andorra que tras jugar varios años en la liga Adecco Oro, la segunda división del baloncesto español, compite actualmente en la máxima competición del baloncesto español, la liga ACB.

En España se da otro caso muy curioso, el de la Unió Esportiva Bossòst, un equipo de un pequeño pueblo del Valle de Arán leridano y que compite en las divisiones regionales del fútbol francés al tener mejores comunicaciones por su cercanía a la frontera con Francia. En el otro extremo de la península no pasa lo mismo pues Gibraltar tiene su propia liga formada por sólo seis equipos que juegan en el mismo estadio aunque sus equipos sí pueden disputar competiciones europeas tras aceptar la UEFA su petición. Pero estos ejemplos no solo se dan en Europa, también al otro lado del Atlántico, como el caso del Toronto Football Club, que juega en la Major League Soccer estadounidense o el equipo neozelandés Wellington Phoenix, fundado en 2007 y que juega la liga australiana de fútbol.

El equipo neozelandés Wellington Phoenix compite con equipos australianos.

Además, fuera del fútbol también hay ejemplos de equipos extranjeros acogidos en otro país ante la inexistencia de una liga propia o para fortalecer la competición. Así ocurre en la NBA donde hay un equipo canadiense, los Toronto Raptors,  y hace unos años llegó a haber otro, los Vancouver Grizzlies. Los derechos de la franquicia fueron trasladados a Memphis y los osos siguen dando nombre al equipo aunque en Memphis probablemente solo existen en el zoo. El caso de la NBA no es el único de apertura de ligas de EEUU. Su competición de hockey sobre hielo, la NHL, acoge hasta a siete equipos canadienses mientras en la Major League de Béisbol también hay un equipo canadiense, los Toronto Blue Jays. Por cierto, la N es de National, aunque luego puedan ser en parte internacionales. La excepción que confirma la regla es la NFL, la liga de fútbol americano, donde todos sus equipos son estadounidenses.

Selecciones que compiten en otros continentes

Y si hay equipos «adoptados» por otras ligas, también ocurre lo mismo en las competiciones por países. Como Israel que, aunque sea un país asiático, sus equipos de cualquier deporte compiten internacionalmente en Europa por razones políticas y de seguridad obvias. Además, Australia juega con los equipos asiáticos en las fases de clasificación para los mundiales de fútbol. Lo hace desde 2006, para ganar competitividad y para garantizarse poder jugar el mundial ya que el campeón de Oceanía no tiene plaza asegurada y tiene que jugar una eliminatoria contra un equipo sudamericano. La jugada funcionó en 2010 y 2014 ya que Australia se clasificó por Asia. Nueva Zelanda supero la eliminatoria en 2010 y también estuvo en el mundial. Además, en 2015 Australia organizó por primera vez la Copa de Asia, la competición continental de fútbol asiático.

Australia compite con los equipos asiáticos y en 2015 organizó la Copa de Asia de fútbol.

Las ligas supranacionales

En algunas ocasiones, varios nuevos países desmembrados de antiguos estados deciden que sus equipos sigan compitiendo entre ellos para poder tener una liga más poderosa, aunque tiene sus riesgos políticos. En el baloncesto hay dos ligas supranacionales que aglutinan equipos de diferentes países, la Liga del Adriático que agrupa a equipos de los países de la antigua Yugoslavia, con formaciones de Croacia, Serbia, Montenegro, Eslovenia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia. Además, también acoge a un equipo húngaro y hasta la temporada pasada al Maccabi de Tel Aviv israelí. Esta liga ha inspirado la creación de otra similar en los estados del Báltico, conocida como Baltic Basketball League y que agrupa a equipos de Lituania, Letonia, Estonia e incluso a un equipo sueco.

El Maccabi de Tel Aviv ha competido en la liga del Adriático para ganar competitividad.

Además de los dos ejemplos en baloncesto, hace unos años la liga belga de fútbol sufrió una conmoción ante la amenaza del Standard de Lieja de integrarse en la liga francesa si no se creaba la ‘Beneliga’, una competición que agruparía a los mejores equipos de Bélgica y de Holanda y que permitiría una mayor competitividad de los equipos belgas y garantizaría su supervivencia económica. Una opción, la de la integración, que también se planteó en otras latitudes. Así, el presidente de la liga de fútbol rusa declaró que ya trabajan en la idea de recuperar la liga soviética que podría integrar también a equipos de Bielorrusia, Ucrania y Armenia en la que sería una curiosa vuelta al pasado. Aunque dada la situación política entre Rusia y Ucrania resulta un poco complicado. Y tampoco son descartables más integraciones de ligas en el futuro. Se admiten apuestas.

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