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Por Daniel Riobóo Buezo  

En el mismo campeonato donde la selección de baloncesto masculina no pudo medirse en casa a la todopoderosa EEUU, la femenina ha desafiado a las norteamericanas en la final del mundial de Turquía. El hecho de alcanzar la final ha sido un éxito sin precedentes superando el tercer puesto del anterior mundial. Al igual que los hombres en los dos últimos Juegos Olímpicos, las chicas de Lucas Mondelo tampoco pudieron conseguir vencer pero han obtenido su mejor resultado con una plata mundialista que viene a confirmar que el título europeo de 2013 no fue una casualidad. Y lo mejor puede estar por llegar pues a jugadoras como Alba Torrens, Marta Xargay o Laura Nicholls aún les quedan muchos años de carrera y tienen más hambre de gloria. El ejemplo de una ya exitosa generación previa liderada por Amaya Valdemoro, el trabajo de la Federación de baloncesto con numerosos triunfos en las categorías inferiores y, por qué no, el modelo de los chicos son algunas de las causas del éxito del baloncesto femenino español. Además podría venir de la mano con la organización del mundial de baloncesto de 2018 cuya sede decidirá próximamente la FIBA y donde España es una de las favoritas tras la reciente y exitosa celebración del masculino.

La selección de baloncesto acaba de conseguir su mejor resultado histórico en Turquía como subcampeona del mundo
La selección de baloncesto acaba de conseguir su mejor resultado histórico como subcampeona del mundo.

Si hace poco analizábamos el posible fin de la edad de oro del deporte masculino español tras las últimas decepciones en fútbol, baloncesto o la Copa Davis, es evidente que las chicas están tomando el relevo y en los últimos años e incluso meses están situando al deporte femenino español en cumbres antes solo vislumbradas. No sólo la selección de baloncesto acaba de lograr su mejor resultado histórico en un mundial sino que en casi todos los deportes en estos momentos las mujeres españolas están compitiendo como nunca. Entre las razones de este paso adelante están el constante aumento de la práctica y de las licencias deportivas que conllevan una creciente profesionalización del deporte femenino, una mayor inversión económica y un gran trabajo de cantera por parte de las federaciones, la mejora de instalaciones y la calidad de los técnicos así como un carácter competitivo cada vez más extendido.

Los éxitos de las selecciones de waterpolo y balonmano

Si hay dos selecciones que, junto a la de baloncesto, han conseguido enganchar a la afición por su coraje y determinación, han sido las de waterpolo y la de balonmano. El caso de la selección de waterpolo es el de una progresión sin precedentes. Sin grandes resultados internacionales hasta la plata europea en 2008, el equipo entrenado por Miki Oca ha conseguido en los últimos años convertirse en la primera potencia mundial tras lograr la plata olímpica en 2012, el mundial de Barcelona en 2013 y el campeonato de Europa este mismo año en Budapest. El éxito de esta selección capitaneada por Jennifer Pareja y Anna Espar es casi paralelo al del Club Natación Sabadell, base de la selección y que ha sido campeón de Europa de clubes en 2011, 2013 y 2014. Además, al igual que en el baloncesto en los últimos años los éxitos de las categorías inferiores hacían presagiar los de la selección absoluta.

Todavía no tan exitosas como sus homólogas en la piscina pero en el camino a conseguirlo están «las guerreras» del balonmano español, bronce mundial en 2011 y olímpico en 2012 y que este año aspiran a todo en el europeo de balonmano que se disputará en diciembre en Croacia y Hungría. Mientras estos deportes de equipo no paran de crecer, hay otros donde aún el deporte femenino no está a la altura de las mejores naciones como en ciclismo o en voleibol al tiempo que en el hockey sobre hierba se ha perdido competitividad tras haber alcanzado la cima con el oro olímpico en Barcelona 92.

Los logros de la natación y del equipo de sincronizada

Si la selección femenina de waterpolo está en la cima mundial, el equipo de natación sincronizada no le va a la zaga. Gemma Mengual abrió el camino y, posteriormente, Andrea Fuentes y Ona Carbonell han liderado a un equipo que no para de obtener medallas en todos los campeonatos, siempre por detrás de la inalcanzable Rusia pero casi siempre por delante del resto de naciones.

Mientras la piscina también ha visto en los últimos años como las nadadoras españolas elevaban exponencialmente sus prestaciones en los grandes campeonatos. La nacionalizada Nina Zhivanevskaya consiguió los primeros éxitos para la natación patria y, años después, Mireia Belmonte ha conseguido superarla con dos platas olímpicas en Londres y numerosos títulos y medallas mundiales y europeas. Pero la natación española actual no termina en Mireia Belmonte sino que Duane Da Rocha, Judit Ignacio o Jessica Vall también suman medallas internacionales como las conseguidas en el último europeo de natación de Budapest donde las 13 preseas obtenidas por España llegaron gracias a las mujeres.

El fútbol femenino empieza a despegar tras los éxitos de la cantera

Si hablamos del deporte rey a nivel mundial, hasta hace poco la selección femenina estaba a años luz de la masculina en resultados. En cambio, su mejora ha sido continua y hace pocas fechas ha conseguido clasificarse por primera vez para un mundial absoluto, el que se disputará en Noruega en 2015 con una exitosa fase de clasificación en la que España lideró su grupo con 9 victorias y un empate y con 42 goles a favor y sólo dos en contra. Precisamente fue en la Eurocopa organizada por aquel país junto a Suecia en donde consiguió su mejor resultado histórico al disputar las semifinales europeas en 1997. Ahora, el equipo entrenado por Ignacio Quereda, buscará consagrarse en la máxima competición por países. Entre las claves de su logro sin duda está el trabajo con las categorías inferiores, con éxitos de las selecciones sub 19 (actuales subcampeonas europesa) y sub 17 (vigentes subcampeonas mundiales y europeas) por lo que el futuro se antoja aún mejor. Además las mejores futbolistas están empezando a jugar en ligas más potentes como en los casos de Verónica Boquete y Jennifer Hermoso en Suecia o Adriana Martín en Estados Unidos.

La recuperación del tenis femenino y la eclosión en el bádminton

Otro de los grandes deportes parece que también empieza a reverdecer laureles entre las mujeres. Tras años irrelevantes al máximo nivel, el tenis da señales de poder volver a situar a nuestras jugadoras entre las mejores del mundo. Si bien los tiempos de Arantxa Sánchez-Vicario y Conchita Martínez parecen difícilmente repetibles, Carla Suárez y Garbiñe Muguruza si podrían pronto situarse entre las diez primeras del mundo y están consiguiendo sus mejores resultados en los últimos meses. Sin dejar la raqueta, incluso en un deporte como el bádminton, dominado siempre hasta ahora por asiáticos, la joven onubense Carolina Marín acaba de proclamarse campeona del mundo tras haberlo sido de Europa el año pasado, una auténtica pionera.

Otros éxitos del deporte femenino español

El deporte femenino español ofrece también en estos momentos otras grandes deportistas en multitud de especialidades. Tras la retirada de Marta Domínguez, Ruth Beitia ha tomado el testigo como líder de nuestro atletismo y está viviendo unos últimos años de carrera profesional plenos de triunfos y medallas internacionales. Mientras, otros nombres apuntan alto como los de Diana Martín, Indira TerreroAauri Bokesa, así como las jóvenes saltadoras Ana Peleteiro y Ruth Ndoumbe.

Mientras, Elsa Baquerizo y Liliana Fernández han conseguido ser subcampeonas de Europa de voley playa, aunque han tenido que recurrir al crowdfunding a través de su página web para poder financiarse los desplazamientos a los diferentes torneos. Y es que el deporte femenino español, a pesar de los éxitos conseguidos, aún tiene dificultades para encontrar patrocinadores y la financiación necesaria en alguna disciplinas.

Las estrellas en los deportes individuales

Hay otras disciplinas, menos mediáticas, en donde España ha dado grandes campeonas en los últimos años. En motor, Laia Sanz se ha convertido en una leyenda del trial femenino con sus 13 títulos mundiales, como también lo es ya la todavía jovencísima Gisela Pulido en Kite surf o aspira a serlo Marina Alabau en vela. Brigitte Yagüe es triple campeona mundial y plata olímpica en taekwondo y Edurne Pasabán está considerada una de las mejores alpinistas de la historia. Tampoco debemos olvidarnos del deporte paralímpico donde Teresa Perales está reconocida como la mejor deportista paralímpica de la historia con sus 22 medallas en natación.

Para confirmar la enorme progresión del deporte femenino español no hace falta más que revisar el medallero de España en los Juegos Olímpicos. Si bien desde Barcelona 92 las mujeres han ido sumando cada vez más medallas y finalistas, los metales obtenidos por ellas siempre estaban claramente por debajo de los conseguidos por los hombres. Pero en los últimos Juegos celebrados en Londres, de las 17 medallas conseguidas por la delegación española 11 fueron por nuestras deportistas, un dato más que confirma su imparable mejora. La cita olímpica también proporcionó medallas inesperadas en disciplinas sin tradición como los bronces de Maider Unda en lucha o de Maialen Chourraut en el eslálon de piragüismo y que muestran la diversidad de deportes en los que ahora se destaca. Y esto solo es el comienzo porque el futuro del deporte femenino español parece aún más esplendoroso.

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