Lebron James, año I
Por Aitor Alegría Alonso Seguir a @Cartesio77
Comienza una nueva temporada de la NBA, esta vez sin cierre patronal, por lo que el curso vuelve a comenzar en Octubre, con algunas certidumbres y muchas dudas. Una de ellas es si Lebron James, el todopoderoso alero de Miami Heat, instaurará un reinado tras su triunfo – tanto en el aspecto individual, como en el colectivo – o por el contrario será conocido como Lebron, el Breve.
Pero comencemos con las certidumbres: la primera de todas es que ganen el anillo o no, Miami y su trío maravilla (James, Wade y Bosh) estarán en lo más alto. Además de este magnífico Big Three, los de Florida contarán con un secundario de lujo en la figura de Ray Allen, uno de los más finos y elegantes jugadores de la NBA de los últimos 20 años, excelente tirador y todo un refuerzo de lujo. Aparte de estos cuatro excelentes jugadores Spoelstra contará en su plantilla con un nutrido grupo de veteranos y noveles entre los que destacan Chalmers, Battier, Rashard Lewis –nuevo refuerzo-, Miller y Haslem, que tratarán de aportar su granito de arena aunque, como todos suponemos, Lebron será el chico para todo y deberá liderar a su equipo en puntos, rebotes y asistencias.
La segunda certidumbre parece ser la candidatura, otro año más, de los Thunder de Oklahoma City. Su trío medallista de los pasados JJOO (oros de Durant, Westbrook y plata de nuestro Ibaka), tres jugadores que no hacen sino mejorar año tras año, les convierte en claros aspirantes al anillo. La pérdida de James Harden a última hora (ha sido traspasado a Houston) puede, sin embargo, restarles opciones. Sin refuerzos de renombre, confían en el bloque campeón de la Conferencia Oeste del año pasado. Capitaneados por Kevin Durant, probablemente el jugador más estético de la NBA, están llamados a dar la batalla a Miami.
Otras cuestiones que parecen claras son la fiabilidad de equipos como San Antonio e Indiana, que aunque probablemente no estén en la pelea por el anillo, darán mucha guerra en sus conferencias respectivas. Estas dos franquicias tienen varias cosas en común, aparte de provenir de ciudades medianas del interior estadounidense, o medio oeste. Son equipos que basan su fuerza en el conjunto, sin individualidades destacadas, pese a contar con grandes veteranos los primeros (Duncan, Parker, Ginobili), que reparten minutos, tiros y roles.
Parece que ya hay más dudas en cuanto a hablar de uno de los principales contendientes: Los Angeles Lakers. Reforzados muy florentinianamente, con todo un dominador de los tableros como Howard y un veteranísimo base, Steve Nash, que hace jugar a los equipos como nadie. Las dudas surgen cuando pensamos como se acoplará Bryant a un base de primer nivel, como se adaptará a no director-resolutor o si Nash dará un paso atrás y quedará de surte balones del número 24 de los angelinos, por no olvidarnos del posible bajón del canadiense motivado por su edad. Otra duda es como se articulará el juego entre Howard y Gasol, mucho nos tememos los aficionados españoles que el papel de Pau verá disminuida su importancia ante tal fuerza de la naturaleza.
Dudas menores, pero importantes, vienen desde la costa este, concretamente desde Boston. Los Celtics funcionaron como un equipo unido la temporada pasada, pero los años no pasan en balde para Garnett y Pierce y la baja de Allen no se sabe si podrá ser suplida con garantías por Jason Terry. Pero mantienen a Rondo, el mejor base asistente de la liga y una actitud competidora que les hace vencer ante rivales más jóvenes y teóricamente mejores.
Otra duda, o más bien desconfianza, es el papel que pueda hacer Chicago Bulls sin su máxima estrella Derrick Rose, uno de los mejores jugadores de la liga, gravemente lesionado la pasada temporada y con una fecha de retorno aún incierta. Chicago firmó el año pasado la mejor marca de la liga en temporada regular, pero la lesión de su base mermó mucho sus posibilidades y fue eliminado por Philadelphia en primera ronda. Y hablando de Philadelphia, bien podría ser una de las sorpresas y seguro que dará que hablar, muy reforzado con Bynum, ex pívot de Lakers y uno de los mejores hombres altos de la NBA, que puede hacer estragos en el este.
Sonando menos hay equipos como Dallas con el incombustible Nowitzki o los vecinos de Gasol en LA, los siempre ninguneados Clippers con el base titular del dream team de Londres 2012, Chris Paul y el potentísimo cuatro Griffin, además del incorporado y veteranísimo Grant Hill, ex leyenda. Y tampoco conviene descartar a los Memphis Grizzlies de Marc Gasol, un equipo en continua progresión y cada vez con más experiencia. Seguro que algún otro equipo sorprenderá estando arriba en la temporada regular pero es poco probable que pueda luchar por el anillo.
Entre el resto seguramente disfrutaremos de sorpresas, esperemos que una de ellas sea Minnesota, muy reforzado con Kirilenko y Brandon Roy, incógnita tras su infierno de lesiones. Tenemos esperanzas de que muy pronto, quizás antes de navidad, nuestro mágico Ricky pueda reaparecer. Pueden dar que hablar, sobre todo si su máxima estrella, el ala-pivot Kevin Love continúa con sus números de la temporada anterior (26 puntos, 13 rebotes).
Todo está listo ya para que bote el balón, la nueva temporada de la mejor liga del mundo ya está aquí, con más ganas que nunca tras el pequeño fiasco del cierre patronal del año pasado. Todos estamos ansiosos por ver de nuevo a Lebron James, magnífico la temporada pasada con Miami y con EEUU, así como a Durant, Bryant, Howard, Wade, y un largo etcétera, sin olvidarnos de nuestros paisanos que, seguro, darán que hablar. Disfrutad, el mejor baloncesto está de vuelta.
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