Catar, la nueva meca del deporte mundial
Por Daniel Riobóo Buezo Seguir a @danirioboo
Un minúsculo país del golfo pérsico, con una superficie total de sólo 11.000 kilómetros cuadrados (similar al tamaño de Asturias, Murcia o Navarra) y poco más de millón y medio de habitantes, está acaparando cada vez más los focos del deporte mundial. Primero fue mediante la organización de pruebas anuales de algunos grandes deportes, después como retiro dorado de futbolistas y entrenadores y mediante el patrocinio y compra de grandes clubes. Ahora el emirato ha dado un paso más, ha lanzado un órdago y está consiguiendo la organización de los grandes eventos deportivos a nivel mundial.
El crecimiento económico exponencial de Catar debido al gas y al petróleo
Hasta no hace tanto, aún bajo protectorado británico, esta pequeña península árabe basaba su economía en la pesca, recolección de perlas y el comercio marítimo. Pero su despegue económico fue prácticamente contemporáneo a su reclamación de independencia que finalmente consiguió en 1971. En los años 40 se descubrieron las primeras reservas de petróleo y, posteriormente, el oro negro y el gas han propiciado un crecimiento exponencial paralelo a su evolución política. La conversión en emirato después de que en 1995 el jeque Hamad Al Zani se convirtiera en emir tras deponer a su padre en un golpe de estado pacífico dotó de estabilidad al país.
Actualmente el emirato posee la tercera mayor reserva mundial de gas natural y es uno de los veinte mayores productores de petróleo. Además es el país con mayor renta per cápita del planeta y tiene el índice de desarrollo humano más alto de todo el mundo árabe. Este enriquecimiento ha provocado que los beduinos nómadas hayan pasado a convertirse en una mayoría de población urbana con residencia en Doha, que concentra el 90% de los habitantes del país. Pero no sólo quiere depender de sus recursos energéticos sino que ha puesto en marcha una gran transformación que pretende convertirlo en un país en una economía avanzada y sostenible y en un destino turístico de primer nivel. En este ambicioso plan el deporte es un elemento estratégico para posicionar y dar prestigio a Catar.
El poderío de Al Jazeera y beIn Sports
El desarrollo económico del país también ha propiciado que el emirato pusiera en marcha una televisión con un alcance, repercusión y capacidad de influencia global siendo en la actualidad una de las más vistas del mundo. Fundada en 1996 por el nuevo emir, no sólo es el principal canal de noticias del mundo árabe sino que también tiene una versión en inglés donde ofrece una cobertura mundial. La cadena fue en un principio gratuita y dependiente del gobierno hasta poco a poco alcanzar su independencia económica. El dueño de este canal es el jeque Mohamed bin Hamad bin Khalifa Al Thani, propietario del Al Sadd, el equipo donde hasta hace poco jugaba Raúl, presidente de la Federación de Fútbol de Catar y principal impulsor del deporte en el país y la décimo octava fortuna del planeta.
Además Al Jazeera ha creado su propio canal de deportes, beIN Sports, con sede en Doha pero alcance cada vez mayor ya que emite en inglés con señal internacional y sigue sumando nuevos países en su expansión internacional como, por ejemplo en Estados Unidos, donde también emite en español para el mercado hispano. Ni que decir tiene que el canal tiene adquiridos los derechos de emisión y cobertura de las principales ligas de fútbol y de todos los grandes eventos deportivos a nivel mundial.
El posicionamiento como organizador de acontecimientos anuales
Antes de apostar por la organización de grandes eventos deportivos, Catar se fijó la meta de ir adquiriendo experiencia y prestigio mediante la organización de torneos y competiciones anuales. Así, su primera apuesta fue por el tenis, entrando en el circuito de la ATP en 1993 y en de la WTA en 2008 con la organización del Masters femenino. A la raqueta le siguieron los palos de golf ya que desde 1998 se celebra también anualmente el Masters de Catar que forma parte del European Tour y del circuito mundial. Al golf le siguió el ciclismo y, desde 2002 organiza el Tour de Catar, una prueba por etapas de seis días de competición que sigue aumentando año a año su prestigio mientras desde el año 2009 también organiza su versión femenina que consta de tres etapas. Además, Catar también organiza un gran premio del mundial de motociclismo desde el año 2004 en el Circuito Internacional de Losail y, desde 2008, se convirtió en el primero en realizar las carreras por la noche.
La organización de grandes eventos deportivos
Catar ha dado un paso más con la organización de grandes eventos deportivos. Su primera gran apuesta internacional fue la organización de los Juegos Asiáticos de 2006 y, poco a poco, ha ido obteniendo la organización de eventos de mayor alcance y repercusión y sus logros en este sentido son espectaculares. En 2010 Doha fue sede del mundial de atletismo en pista cubierta, estrenaron una reunión de la Diamond League y solicitaron organizar el mundial al aire libre de 2017. En esa ocasión Londres se lo arrebató pero no desistieron en su empeño y acaba de ser designado sede de la edición de 2019 superando a Eugene (sede de Nike) y a Barcelona. Desde la candidatura española ha habido quejas ante los incentivos que Doha ofreció a la IAAF para ganar más votos.
Además, del 3 al 7 de diciembre de 2014 va a organizar el mundial de natación de piscina corta y en enero de 2015 organizará el mundial de balonmano para el que contará con una selección competitiva al contratar a Valero Rivera como seleccionador y tras nacionalizar a grandes jugadores de prestigio, algo que también ha hecho en otras disciplinas como el atletismo. El balonmano es un deporte por el que han apostado fuerte con la organización anual en Doha de la IHF Super Globe (el mundial de clubs de balonmano). Al año siguiente, en 2016, acogerá por primera vez el mundial de ciclismo en ruta, en 2018 el de gimnasia artística y, como es sabido por todos, Catar fue designado por la FIFA para organizar el mundial de fútbol de 2022. Se trata de una designación polémica debido a las acusaciones de compra de votos (que no han podido probarse) y por las fechas en las que debería celebrarse debido al excesivo calor de los veranos cataríes. Aún así Catar está construyendo los estadios más avanzados del mundo y no está regateando a la hora de invertir lo que sea necesario. Como ejemplo, construirán una ciudad nueva, Losail, con 200 mil habitantes y un estadio con capacidad para 86 mil espectadores donde se disputarán los partidos más importantes.
Las críticas de las organizaciones humanitarias
Pero no todo podían ser parabienes para Catar. A la vez que obtiene competiciones y construye instalaciones para albergarlas, también han aumentado las críticas por parte de organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional o Human Rights que han denunciado que en el emirato árabe no se respetan los derechos humanos ni los de los trabajadores, en su práctica totalidad mano de obra extranjera. Estos casos han quedado patentes en la construcción de los fastuosos estadios para el mundial de fútbol en donde hasta ahora han fallecido más de 400 trabajadores y por las denuncias de sueldos mínimos y escasas condiciones de seguridad.
El sueño olímpico y la posibilidad de un Gran Premio de Fórmula 1
Las aspiraciones deportivas de Catar no terminan con la organización del mundial de fútbol de 2022. En el horizonte está la candidatura de Doha a los Juegos Olímpicos de 2024 tras haber sido ya ciudad aspirante en 2016 y 2020 y no haber podido pasar el corte para llegar a la votación final. También pretender ser un referente en el mundo del motor a través de su seria opción de organizar un Gran Premio de Fórmula 1 en un futuro cercano. Y es que, con la experiencia ya adquirida y una economía tan fuerte como la catarí, pocas cosas parece poder resistírsele al emirato árabe.
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