Coches de lujo y futbolistas, nacidos para encontrarse
Por DEPORADICTOS Seguir a @Deporadictos
Para los fanáticos del fútbol, el inicio de la temporada es una de esas fechas que llevan esperando durante todo el verano, ansiosos porque el balón vuelva a rodar para poder saciar así su deseo. Pero para los amantes del motor el inicio del campeonato también supone la oportunidad de volver a ver con mayor asiduidad los impresionantes y lujosos coches de los futbolistas, mientras estos aprovechan para exhibir sus nuevas adquisiciones. ¿Queréis saber qué motores esconden los garajes de las estrellas del fútbol? Os mostramos qué coches conducen algunos de los rostros más famosos de la Liga 2015/16.
Los futbolistas, grandes coleccionistas de los mejores coches del mercado
Las estrellas de nuestra liga son grandes amantes de los coches de lujo, tanto que algunos de ellos incluso los coleccionan. Los jugadores de la Liga BBVA se encuentran entre los deportistas mejor pagados del mundo y no dudan en gastarse el dinero que haga falta para adquirir el modelo que más les gusta. Aquí podemos ver una galería de los coches más impactantes de jugadores como Cristiano Ronaldo, Neymar, Benzema o Messi, entre otros.
Ferrari, Bentley, Mercedes o Maserati están entre sus marcas favoritas. Por ejemplo, el Ferrari Laferrari de Cristiano Ronaldo es uno de los 499 ejemplares existentes de este modelo. Con una potencia máxima de 800 CV y una velocidad máxima de 389 kilómetros por hora, tiene un precio aproximado de 1,21 millones de euros. Otro amante de la marca del cavalino rampante es el brasileño Neymar, cuyo Ferrari California T tiene un motor turbo de 560 CV con ocho cilindros en V y alcanza los 316 km/h con un precio en el mercado desde los 214 mil euros.
Mientras, su compañero en el Barça y rival de Cristiano en la disputa al título honorífico de mejor jugador del mundo, Leo Messi, conduce un Audi Q7 4.2 TDI, un modelo de 8 cilindros y 32 válvulas, que alcanza una velocidad máxima de 242 km/h y que es uno de los vehículos menos contaminantes del planeta. Además el coche de Messi es mucho más económico ya que tiene un precio a partir de los 93 mil euros.
Los contratos publicitarios entre clubes y grandes marcas de coches
Los contratos publicitarios son habituales entre marcas y grandes clubes ya que para los fabricantes es un escaparate muy rentable por la continua exposición mediática de los jugadores. Un ejemplo es el que Audi tiene con el Fútbol Club Barcelona desde 2006 y que, a principios de este año, fue renovado hasta 2018. El momento de la entrega de los nuevos coches, uno por jugador y temporada, se convierte en un gran evento al que acuden todos los medios y que genera una gran notoriedad para la marca. El cuerpo técnico también recibe un automóvil nuevo cada año.
Algunas estrellas del fútbol prefieren optar por modelos clásicos que reflejen su estilo y personalidad. Es el caso de Gareth Bale, que conduce un Mini Bentley Continental GTC Speed, el descapotable de cuatro plazas más rápido del mundo y que alcanza los 325 kilómetros por hora, al igual que su dueño es uno de los futbolistas más rápidos. El interior de su coche presenta elementos inspirados en los Bentley de competición de los años 20, un auténtico objeto de coleccionistas.
Álvaro Arbeloa también es un amante de los modelos clásicos, como su Morgan three Wheeler, un coche de tres ruedas, descapotable y que alcanza una velocidad máxima de 200 km/h. Tiene un motor de más de 100CV y 500 kilos de peso y «tan sólo» cuesta 45 mil euros.
El comportamiento irresponsable de algunos futbolistas al volante
La parte negativa de poseer estas maravillas de la ingeniería se produce cuando cuando estas figuras del deporte, admiradas por miles de personas, entre ellos muchos niños y adolescentes, tienen un comportamiento irresponsable al volante. Muchas veces juventud y coches tan potentes se convierten en una combinación demasiado peligrosa. Algunos de los casos que mayor eco mediático han tenido han sido, por ejemplo, la retirada del carnet a Karim Benzema durante 18 meses por exceso de velocidad o el de Patrick Kluivert, cazado cuando conducía con una tasa de alcohol en sangre de 0,75.
No menos famoso fue el incidente de autoatropello de Ever Banega ocurrido en una gasolinera. El futbolista se olvidó de poner el freno de mano al bajarse para repostar y acabó con la tibia y el peroné rotos. Recientemente, Gerard Piqué ha protagonizado un incidente con la Guardia Urbana que estaba procediendo a multarle por estar aparcado en el carril bus y por el que tuvo que pedir perdón públicamente.
En definitiva, y salvo algunas excepciones, el mundo del fútbol y el del motor están fuertemente ligados y parecen llamados a seguir estrechando lazos en colaboraciones muy beneficiosas para ambas partes.
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