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Por Daniel Riobóo Buezo 

La Fórmula 1 se conoce como el gran circo mundial del automovilismo. Frente a ella, la recién estrenada Fórmula E propone ser un laboratorio de investigación y desarrollo de vehículos eléctricos. Mientras, en la Fórmula 1 las grandes marcas de lujo diseñan propotipos alejados de la mayoría del gran público, la nueva categoría propone ser un escaparate de las nuevas tecnologías no contaminantes para promover su uso y su popularidad.

El mismo monoplaza para todos los pilotos

Durante la primera temporada de la Fórmula E, todos los equipos compiten con el mismo monoplaza: el modelo Spark-Renault SRT 01E. En esta primera edición McLaren suministra los motores eléctricos, las transmisiones y los sistemas electrónicos, Dallara los chasis y Michelin es el único suministrador de neumáticos mientras Williams es quien proporciona las baterías. Con esto se pretende que haya una mayor igualdad entre los pilotos y que no haya diferencias insalvables entre las grandes marcas y el resto como ha ocurrido en la última temporada de la Fórmula 1 con Mercedes. Además de no contaminante, el modelo utilizado en la competición también contamina menos acústicamente. Frente a los 100 decibelios de los monoplazas de Fórmula 1, el modelo eléctrico emite 80 decibelios, algo más de lo que emite un vehículo normal (70).

Desde la segunda temporada cada equipo podrá diseñar y desarrollar sus propios coches de acuerdo a las especificaciones técnicas de la FIA siempre con el objetivo de promover la innovación. La primera edición del mundial cuenta con 20 pilotos repartidos en diez escuderías y, entre ellos, hay muchas caras conocidas para los seguidores de la Fórmula 1 como Jaime Alguersuari, Nelsinho Piquet, Sébastien Buemi, Bruno Senna. Jarno Trulli o Nick Heidfeld mientras también hay una mujer en competición, la italiana Michella Cerruti. Entre ellos también estaba el piloto francés Franck Montagny que en la segunda carrera de la temporada dio positivo por cocaína, un hecho que ha justificado por una crisis personal. Aunque haya pedido perdón sin duda es una mala noticia para esta nueva competición.

Reglamento y sistema de competición

La Fórmula E depende de la Federación internacional del Automóvil (FIA) y su reglamento es muy parecido al de la Fórmula 1 con algunas peculiaridades. Los Grandes Premios se denominan ePrix y en todos los casos se trata de circuitos urbanos para acercar la competición a los ciudadanos. Todos cuentan con una distancia de 2,5 a 3km de largo. El primer mundial de Fórmula E se compone de nueve e Prix de los que hasta ahora se han disputado tres. El primero tuvo lugar en Beijing, el segundo en la localidad malasia de Putrajaya  y el tercero en la turística localidad uruguaya de Punta del Este. Este mismo fin de semana se disputará la cuarta prueba del mundial en Buenos Aires.

El sistema de puntuación es similar al de la Fórmula 1 y además el piloto que consigue la pole position suma tres puntos adicionales a los obtenidos en el ePrix mientras que aquel que logre la vuelta rápida durante la disputa del mismo obtendrá dos puntos más. La competición no se celebra en todo un fin de semana sino en un sólo día que incluye una sesión de entrenamientos libres por la mañana. Después a mediodía hay una sesión de clasificación en la que cada piloto realiza dos vueltas, una con cada monoplaza. El orden de salida se determina en función de la suma de los tiempos de las dos vueltas. Finalmente a las 4 de la tarde se celebran las carreras con una parada obligatoria en boxes. Además, cuando la batería de los coches se agota tras media hora de conducción, los pilotos deben bajarse de su coche para subirse a otro recargado.

Además, buscando una mayor implicación de los aficionados, la nueva competición hace un guiño a las redes sociales permitiendo a los fans proporcionar un ‘power boost’ o extra de cinco segundos de energía a los tres pilotos más votados antes de la carrera. Para ello pueden votar a través de este enlace hasta poco antes del comienzo de cada carrera.

Defensores y detractores de la Fórmula Eléctrica

El hijo pequeño y saludable de la Fórmula 1 tiene sus defensores y detractores. Para Jaime Alguersuari, ex piloto de Fórmula 1, e integrado en el equipo Virgin, la nueva competición tiene un gran futuro. «Aquí te sientes el futuro y el inicio de una nueva etapa de automoción» afirma mientras lanza dardos al gran circo. «La situación actual en la Fórmula 1 es decepcionante. Desde que ya no están las marcas, hay inversores privados y entra más la política, el dinero. Lo han dejado de hacer humano, de hacerlo deporte. ¿Qué sentido tiene gastar 300 millones en dos prototipos que no tienen por qué ganar y que apenas se conectan con los coches de calle? Aquí sí hay esa relación entre tecnología y ventas en el mercado de marcas que invierten en marketing y a la que un piloto profesional se vincula». Tras tres pruebas disputadas, Alguersuari  se ha convertido en un convencido prescriptor del nuevo formato, tanto que asegura que ni siquiera se plantearía volver a la Fórmula 1.

Mientras, para el periodista especializado en automovilismo Cristian Mestres, no todo son ventajas alabables en esta nueva disciplina. «La veo más como negocio y presunto escaparate tecnológico que como verdadera apuesta por un futuro automovilismo verde. Sus creadores han reunido a un buen pool de pilotos en eventos exclusivos y con guiños a la participación del público, como el boost por Twitter. Sin embargo, deportivamente, a mi parecer, el evento cojea por algunos puntos. El primero es la velocidad de los coches, que es demasiado pequeña. Los monoplazas apenas llegan a 160 km/h de punta, lo que obliga a trazar circuitos ratoneros en los que disimular este aspecto.»

Mestres tampoco considera un acierto la elección del tipo de vehículos y como esto condiciona las carreras. «Hoy por hoy, el Formula E es el monoplaza más lento del mundo, comparado con cualquier categoría, desde la modesta F4 a la F-Renault. Luego está la idea del cambio de coche en plena carrera. A mi modo de ver, aquí es donde el punto de conexión tecnológica y de futuro cojea, puesto que apuestas por carreras largas en las que, en lugar de cambiar de baterías o recargarlas (asumimos que, hoy por hoy, esto es imposible en un plazo de tiempo razonable), debes pasar de un coche a otro idéntico. Es decir, doble derroche. Creo que apostar por un formato con cuatro carreras cortas, tipo WTCC (10-15 minutos), con un mismo coche habría sido mejor. La entrada de marcas haría de este campeonato más interesante, pero lo que de verdad lo estimularía sería la opción de dar a los ingenieros vía libre con mínimas limitaciones, algo que hoy por hoy sólo ocurre en el FIA WEC».

Punta del Este acogió la tercera prueba de la nueva Fórmula Eléctrica.
Punta del Este acogió la tercera prueba de la nueva Fórmula Eléctrica.

¿Será la Fórmula Eléctrica el futuro del automovilismo?

Si la Fórmula 1 es o no el futuro del automovilismo, al igual que si los coches eléctricos son el futuro de la movilidad en las ciudades, solo el tiempo lo dirá. Pero por el momento lo que si parece es una forma de acercar las tecnologías verdes a los aficionados. Tampoco hay que olvidar que el director general de la nueva competición es Alejandro Agag, el delfín de Bernie Ecclestone, por lo que queda claro que se trata de una apuesta de futuro que, aunque probablemente tardará en consolidarse, no conviene perder de vista.

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