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Por Daniel Riobóo Buezo  y Luis Alberto Martínez 

El Giro de Italia cumple 106 ediciones y se disputará entre el sábado 6 y el domingo 28 de mayo a lo largo de 3.489 kilómetros. Partirá desde la región de los Abruzos por segunda vez tras la que lo hizo en 2001 y terminará en Roma. 22 equipos con ocho ciclistas cada uno compondrán un pelotón que busca sucesor para el australiano Jai Hindley durante 21 etapas en las que destacan los 70 kilómetros de contrarreloj que afrontarán los corredores.

Los favoritos del Giro 2023

La nómina de aspirantes a levantar el Trofeo Senza Fine en Roma es amplia si bien destacan dos grandes favoritos a suceder al ganador de la edición de 2022, Jay Hindley, que este año ha priorizado el Tour de Francia y donde se encontrará con Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar, los grandes vueltómanos del momento que tampoco correrán el Giro. A sus ausencias se suman las de los principales corredores españoles del momento: Enric Mas, Mikel Landa, Juan Ayuso, Carlos Rodríguez y Pello Bilbao. Otros vueltómanos que no estarán en Italia son Richard Carapaz, Ben O’Connor, Adam y Simon Yates o el recuperado Egan Bernal, ganador en 2021.

Así, los dos grandes favoritos al triunfo son los ganadores de las últimas ediciones de la Vuelta: el belga Remco Evenepoel (2022) y el eslovenoPrimoz Roglic (2019, 20 y 21). Por jerarquía, el esloveno aparece como el principal favorito al triunfo. Llega con una preparación corta en la que ha ganado las dos únicas pruebas que ha disputado: Tirreno-Adriático y Volta a Cataluña. El vigente campeón del mundo en ruta es el otro gran candidato a la maglia rosa. Tras ganar la pasada Vuelta, Evenepoel vuelve a apostar por el Giro, una carrera que ya disputó en 2021. El belga ha enfocado su temporada en la prueba italiana, ganando por el camino la Lieja-Bastoña-Lieja.

Primoz Roglic y Remco Evenepoel son los dos grandes favoritos a luchar la maglia rosa final en Roma.

Tras los dos grandes favoritos aparece el nombre del británico Geraint Thomas. Pese a haber demostrado estar lejos de su mejor nivel en las carreras que ha disputado esta temporada, en el último . Tour de Francia terminó en tercera posición tras Vingegaard y Pogaçar. Quien llega en mejor estado de forma es su compatriota Tao Geoghegan Hart, ganador en 2020 y reciente vencedor del Tour de los Alpes. Completa la nómica de principales candidatos el portugués Joao Almeida, cuarto en 2020 y sexto en 2021 y que podrá aprovechar sus grandes cualidades como contrarrelojista. Otros corredores que lucharán por el podio son el ruso Aleksandr Vlasov, el italiano Damiano Caruso, el holandés Thymen Arensman o los australianos Jay Vine y Jack Haig.

La nomina de aspirantes va mas allá de los 10 grandes favoritos a la general y encontramos corredores que pueden dar mucho que hablar en la carrera como Hugh Carthy, Rigoberto Urán,  Thibaut Pinot, Lorenzo Fortunato o Einer Rubio, que se presenta como la baza del Movistar. Fuera de la general, el cartel del Giro presenta estrellas como Filippo Ganna, Mads Pedersn, Fernando Gaviria, Magnus Cort Nielsen, Ben Healy o Stefan Küng que buscarán lograr victorias parciales.

El recorrido del Giro 2023

Como siempre en Italia, la carrera presenta un recorrido espectacular y de lo más original, con partida en los Abruzos con una contrarreloj inicial de 18 kilómetros con final en Ortona. La ronda italiana también incluye 12 etapas de media o alta montaña, siete etapas llanas especialmente indicadas para velocistas y otra etapa más contra el crono. En total, los ciclistas recorrerán 3.489 kilómetros y salvarán casi 51.000 metros de desnivel.

La ronda se inicia con una etapa contrarreloj de 18 kilómetros que transcurre casi en su totalidad por la Ciclovia dei Trabocchi, que sigue el ferrocarril adriático en desuso. La primera parte es totalmente llana y en el final en el puerto de Ortona la carretera sube durante algo más de 1 km, lo que marcará las primeras diferencias entre los favoritos. La segunda jornada es llana y recorre lugares conocidos por la Tirreno Adriático con final en el paseo marítimo de San Salvo Marina. La tercera etapa está dividida en dos partes. La primera hasta la entrada de Basilicata es completamente plana pero después se encontrará con las montañas de los buitres antes de la subida final a Melfi.

La cuarta y quinta etapa recorrerán los Apeninos. La cuarta será un continuo sube y baja sin subidas impresionantes hasta la subida final de Colle Molella con un tramo muy duro al 10% hasta 4 km de la meta. La quinta en cambio tendrá subidas respetables en su primera parte si bien el final será cuesta abajo hasta la línea de meta en el centro de Salerno, en un final indicado para resolverse al sprint. La sexta será aún más llana con comienzo y final en Nápoles y un recorrido a lo largo de la cosa amalfitana.

La séptima jornada será la primera de alta montaña del Giro con nada menos que 218 kilómetros y 4.000 metros de desnivel acumulado. Las dificultades comenzarán con la clásica subida de Roccaraso y el Piano delle Cinque Miglia con un interminable ascenso de casi 45 kilómetros en el Gran Sasso a donde la carrera llegó por última vez en 2018 con la victoria de Simon Yates.

La séptima etapa del Giro afrontará un coloso como el Gran Sasso.

El segundo fin de semana de la carrera se iniciará con una etapa de media montaña con una primera parte sin dificultades y una segunda con una doble subida a los Cappuccini (unos 3 km con pendientes de hasta el 19%) además del Monte delle Cesane y Montefelcino. Mientras, la novena jornada será una contrarreloj de 30 kilómetros totalmente plana  indicada para los especialistas, con largos tramos rectos y llegada en Cesena.

Tras la primera jornada de descanso del lunes 15 de mayo, los ciclistas afrontarán dos etapas prácticamente llanas por la Toscana y  Cinque Terre que serán aptas para una llegada al sprint o para aventureros en busca de gloria, la primera con final en Viareggio y la segunda en Tortona. Tras etapas una etapa de media montaña con una secuencia colina-plano-montaña con la exigente subida de Colle Braida y finales Rivoli. Será el aperitivo de la segunda gran etapa de montaña del Giro, el 19 de mayo, con más de 200 kilómetros y 5.100 metros de desnivel. Tras ascender los 34 kilómetros de la Cima Coppi del Colle del Gran San Bernardo (2469m) se pasará por la Croix de Coeur antes del ascenso final a la estación helvética de Crans Montana por un lado diferente al habitual.

La 13ª etapa tendrá más de 200 kilómetros y 5100 metros de desnivel.

Para recobrar fuerzas, los corredores afrontarán el sábado 20 una etapa llana apta para velocistas con una única dificultad inicial representada por el paso del Simplón. Mientras, el domingo volverá la montaña intercalada con tramos bastante fáciles, en un sube y baja con final en Bérgamo en la clásica línea de meta de muchos Giro de Lombardia.  

El lunes 22 de mayo los ciclistas disfrutarán de la segunda jornada de descanso antes de afrontar la semana decisiva. Esta se iniciará a lo grande con el segundo etapón del Giro, con 198 kilómetros y más de 5.000 m de desnivel son subidas al Passo di Santa Barbara, el Passo di Bordala, Matassone, Serrada y una subida final al Monte Bondone con picos de hasta el 15%.

Después de la tormenta siempre llega la calma así que la decimoséptima etapa será totalmente llana y en ligero descenso hasta el sprint final en Caorle. Tras esta transición, otro plato fuerte con una etapa de montaña corta pero intensa con 160 kilómetros entre Oderzo y el Valle de Zoldo con subidas al Cansiglio, Pieve di Cadore, la Forcella Cibiana y la subida de Coi con sus casi 4 km por encima del 10% y picos al 19% antes de los 5 km hasta la meta en Palafavera.

La antepenúltima jornada es la clásica etapa de montaña de los Dolomitas con 100 kilómetros finales donde se acumula la mayor parte de los 5400 metros de desnivel con los ascensos al Campolongo, Valparola y después a la “Escalera Sagrada” de las subidas dolomíticas, compuesta por el puerto de Giau, el de Tre Croci y el de  las Tres Cimas del Lavaredo, con pendientes de hasta el 18%.

La antepenúltima etapa del Giro será un tappone dolomítico.

Por si  la carrera aún no estuviera decidida, el penúltimo día habrá una cronoescalada muy exigente. Los primeros 10 km aproximadamente son planos pero los ocho finales serán por caminos pavimentados de hormigón que conducen al Santuario de Monte Lussari con pendientes de un 12% de media. Tras el traslado a Roma, la última jornada será de homenaje al vencedor durante 135 kilómetros por las calles de la Cittá eterna y donde se tocarán lugares históricos como las Termas de Caracalla, la vía de la conciliación con vistas a la Basílica de San Pedro o el Castillo de Sant’Angelo antes de llegar a los Foros Imperiales a la sombra del Coliseo.

Una carrera especial plagada de épica

El Giro de Italia se caracteriza por ser una carrera con alto número de sorpresas y trampas en sus recorridos: llegadas con carreteras estrechas y en lugares altamente atractivos para el espectador pero en ocasiones peligrosos para los ciclistas, puertos durísimos con gran kilometraje y porcentajes medios desafiantes a la gravedad, alternancia entre días calurosos y jornadas con precipitaciones de nieve. A todo esto hay que sumar el aparente desorden que caracteriza a esta carrera, una organización que tiende a dejarlo todo a la improvisación y a dar pocos detalles en sus libros de ruta, a transitar por carreteras escasamente señaladas y con grandes obstáculos. Y un detalle muy importante: una afición totalmente enamorada de su carrera. Todo el país se vuelca en la Corsa Rosa, con las carreteras invadidas por fieros tiffosi que se dejan la piel en cada uno de los rincones de Italia. Puro espectáculo.

Todas estas características han influido en la grandeza de esta prueba, plagada de épica y de momentos de auténtica leyenda. Ciclistas como Alfredo Binda, Fausto Coppi o Gino Bartali, protagonizaron los momentos más legendarios de esta prueba. Años después, Eddy Merckx igualaría los cinco triunfos en esta prueba, conseguidos por los citados Binda y Coppi, con sangre, sudor y lágrimas: un bravo asturiano, José Manuel Fuente “Tarangu”, y un mítico italiano, Felice Gimondi,  le desafiaron en las cumbres dolomíticas y alpinas hasta la extenuación. Tanto es así que sólo un desfallecimiento en la etapa de San Remo, en la edición de 1974, frenó al asturiano de desbancar a un Merckx contra las cuerdas.

Sólo una pájara impidió al Tarangu destronar al invencible Merckx en la edición de 1974
Sólo una pájara impidió al Tarangu destronar al invencible Merckx en la edición de 1974

En tiempos más recientes, los míticos Dolomitas nos han dejado momentos de verdadera leyenda. En la disputadísima edición de 1988, se vivieron las escenas más dantescas de la centenaria Corsa Rosa. En la etapa con final en Bormio, previo paso por el temido Gavia, se desafiaron las leyes de la naturaleza: una fuerte tormenta de nieve dejó a los corredores al borde de la congelación. Hasta tal punto fue así, que muchos de ellos se bajaron de la bicicleta para calentarse con los tubos de escape de sus coches de equipo, o incluso para correr a pie para poder entrar en calor. El ganador de esa edición, el norteamericano Andy Hampsten  lo describe perfectamente:

Andy Hampsten al borde del abismo en la dantesca etapa dolomítica de 1988
Andy Hampsten al borde del abismo en la dantesca etapa dolomítica de 1988.

“Me habían hablado de la hipotermia y sobre lo frío que podría llegar a estar antes de que uno no pudiera pedalear más. Mis brazos estaban bloqueados desde el comienzo del descenso, y yo simplemente intentaba seguir pedaleando para mantener mis piernas en movimiento. En un momento dado, miré hacia abajo, hacia mis piernas y a través de una capa de hielo y de grasa (lanolina), pude ver que eran de color rojo brillante. Después de eso, no miré mis piernas de nuevo… “

Viendo el vídeo anterior se puede comprobar que se trata de descorazonadoras imágenes en la llegada de aquella infernal jornada: el líder, Franco Chioccioli, llorando y retorciéndose de dolor, Perico Delgado al borde de la hipotermia y Javier Lukin, compañero del segoviano en el equipo Reynolds, cayendo en la inconsciencia recién llegado a meta. Las azafatas de la organización tuvieron que desgarrarle la ropa con tijeras, pues se había quedado pegada a su cuerpo congelado.

En los último años hemos vivido momentos de verdadera emoción. Una “fuga bidón” de 2010 aupó al talaverano David Arroyo. Hasta la penúltima jornada mantuvo un inesperado pulso con el favorito Ivan Basso, con victoria final para el italiano. Y en el Giro 2012, una espléndida fuga del belga Thomas De Gendt sembró el caos entre el pelotón: los dos primeros clasificados, el catalán Purito Rodríguez y el canadiense Ryder Hesjedal, tuvieron que exprimirse al máximo para reducir la minutada al bravo corredor flamenco. Mientras, en la edición de 2013, Vincenzo Nibali se impuso con una gran autoridad y poco pudieron hacer Rigoberto Urán y Cadel Evans, sus acompañantes finales en el podio al igual que en la de 2014 ganada autoritariamente por Nairo Quintana y la de 2015 con una clara victoria de Alberto Contador. Más le costo a Nibali vencer en la de 2016 ya que sus ataques en las etapas finales forzaron la caída del sorprendente holandés Steven Kruijswijk, finalmente también descabalgado del podio por Esteban Chaves y Alejandro Valverde.

La última gran batalla fue la británica de 2018, cuando Chris Froome fundió al hasta entonces intratable líder Simon Yates camino de Prato Nevoso para auparse al liderato y conseguir su sexta gran vuelta por etapas. Mientras, en la antepenúltima edición vimos más alternancia que nunca con cuatro líderes diferentes en los últimos cinco días y una victoria final por sólo 39 segundos para el británico Tao Geoghegan Hart por delante del australiano Jai Hindley. La penúltima fue una victoria contundente y sin discusión del hoy añorado Egan Bernal mientras en 2022 Jai Hindley se tomó la revancha de la edición de 2021.

Cómo ver en televisión el Giro 2023

La edición de 2023 lamentablemente no podrá seguirse en España a través de la televisión en abierto. La cadena de deportes Eurosport volverá a ser un año más la gran opción para los aficionados al ciclismo a través de su canal Eurosport 1. En España, tan sólo EiTB en el País Vasco ofrecerá la ronda italiana mientras en Latinoamérica, ESPN, Caracol y TDN serán los emisores principales. El resto, tendrán que hacerlo por internet en donde recomendamos la plataforma especializada Global Cycling Network  (GCN) e incluso Stephillque ofrece numerosos enlaces a televisiones extranjeras para seguirlo en directo. Disfrutar de los finales con emboscadas, de los preciosos paisajes que la RAI nos obsequia, de puertos míticos como Las tres cimas del Lavadero es algo que el aficionado español debería poder apreciar. Y si paralelamente quieres descubrir la historia y la épica de la Corsa Rosa desde los pioneros más aventureros y sufridos te recomendamos absolutamente leer el libro de Ander Izaguirre, «Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey», una delicia que te hará disfrutar aún más estas tres semanas. Y es que, como dice el propio lema del Giro, se trata de «la carrera más dura del mundo en el país más bello del mundo».

-Guía para el turismo deportivo en Italia

-El diccionario del ciclismo

El calendario deportivo de la primavera 2023

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