Las Clásicas de primavera del ciclismo en 2023
Por Luis Alberto Martínez Seguir a @Mr_Spaceman17 y Daniel Riobóo Buezo Seguir a @danirioboo
Abril es probablemente el mes preferido para los aficionados a las Clásicas del calendario ciclista con la celebración del Tour de Flandes el domingo 2, la Paris-Roubaix el 9, la Amstel Gold Race el 16, la Flecha Valona el 19 y la Lieja-Bastoña-Lieja el 23. Un auténtico festín para los amantes de las pruebas de un día sobre las dos ruedas. Si hay dos pruebas emblemáticas cada temporada, éstas son el Tour de Flandes y la París-Roubaix. Pero las otras tres Clásicas de la Trilogía de las Ardenas no se quedan atrás en espectacularidad. ¿Os atrevéis a hincarle el diente a los adoquines y a los muros?
La pregunta es tremendamente oportuna, dado lo relativamente desapercibidas que pasan en España dichas carreras de un día, especialmente las dos primeras. Y no sólo por parte del aficionado medio, sino también debido a la poca importancia que le han prestado los directores deportivos a lo largo de la historia de nuestro ciclismo. Salvo la honrosa y meritoria participación de Juan Antonio Flecha y Miguel Poblet, el resto del pelotón español pasó sin pena ni gloria por dichos mitos ciclistas. Craso error, puesto que corredores corpulentos como Miguel Induráin, Txente García-Acosta o José Antonio González Linares podían haber optado al triunfo en las carreras de pavé. Las dos carreras forman parte además de las cinco pruebas conocidas como «monumentos del ciclismo» junto a la Milán-San Remo, la Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro de Lombardía, carreras en las que los ciclistas españoles sí han podido inscribir sus nombres. Alejandro Valverde lo ha logrado ya en cuatro ocasiones en Lieja (2006, 2008, 2015 y 2017) y este año buscará igualar con cinco a Merckx, Óscar Freire lo hizo en San Remo en tres ocasiones (2004, 2007 y 2010) y Joaquín «Purito» Rodríguez en Lombardía en 2012 y 2013.
Los muros de Flandes
El Tour de Flandes cumplió en 2022 ciento seis ediciones. Es una carrera altamente exigente en lo físico y lo táctico. A su largo kilometraje debe sumarse la gran cantidad de subidas (muros), en gran parte adoquinadas, lo que la convierte en una prueba espectacular y emocionante. Ha cambiado en numerosas ocasiones de recorrido, pero siempre quedan en la memoria los muros de Grammont (o Kapelmuur), Paterberg o Bosberg, con rampas adoquinadas del más de 20 %. En dichos muros se suele decidir la prueba, con ataques de gran potencia. La clásica flamenca recorrerá en esta 107ª edición, en su versión masculina, 273 kilómetros. Una de las principales novedades que presenta la prueba es su inicio en Brujas, lo que provocará algunas alteraciones en su trazado habitual. Más allá de la ausencia ya conocida del Kapelmuur, que seguirá sin ascenderse este año, tampoco estarán en el camino dos tramos de pavés como el Paddestraat y el Lippenhovestraat. Los aspirantes al triunfo buscarán suceder al holandés Mathieu van der Poel. que en 2022 se impuso al sprint en un grupo de seis corredores. Mientras, la carrera femenina del Tour de Flandes 2023 completará un recorrido de 158 kilómetros. En 2022 la campeona belga Lotte Kopecky fue la más rápida imponiendo su punta de velocidad ante la neerlandesa de Movistar Annemiek Van Vleuten, quien no pudo alzar su tercera corona en esta carrera.
Tradicionalmente, la carrera es seguida con verdadera pasión por el público flamenco, ansioso por ver a sus ídolos retorcerse por los muros de adoquín. No en vano, los belgas y, en especial, los flamencos, han copado el mayor número de triunfos en esta prueba. Hasta tres victorias han conseguido tres ilustres flamencos como Eric Leman en los años 70, Johan Museeuw en los 90 o Tom Boonen en el siglo XXI. El suizo Fabian Cancellara también sumó tres victorias si bien en 2016, en su última participación antes de su retirada, tan «sólo» pudo ser segundo tras el majestuoso Peter Sagan.
Mathieu van der Poel buscará su cuarto Monumento, el segundo de manera consecutiva tras ganar en Milán-San Remo hace dos semanas, y su tercer cetro en Flandes, donde ya ganó en 2020 y en 2022. Sus dos grandes enemigos por defender su trono serán Wout van Aert y Tadej Pogacar.
El pavé del infierno del norte
En cuanto a la París-Roubaix, o «el Infierno del Norte» como suele denominarse, se trata de otra carrera para espíritus indomables. El pavé o el empedrado ocupa una gran parte del kilometraje, lo que la convierte en posiblemente en la clásica de un día más emblemática del calendario. Estos tramos o sectores de pavé, cerca de treinta, se caracterizan por el mal estado del piso y por la dificultad extrema de transitarlo en días de lluvia. Míticas han sido las ediciones con precipitaciones en las que los corredores llegaban a meta con los rostros llenos de barro.
La París-Roubaix es pura épica y tradición ciclista desde 1896 y muchos tramos de pavé se conservan únicamente con el fin de su celebración anual. Su recorrido no es apto para ciclistas timoratos. Especialmente significativas son las numerosas caídas y pinchazos que deciden, en gran medida, la resolución de la prueba. En esta carrera son altamente considerables otros factores además de la condición física. De hecho, en muchas ediciones no gana el corredor más fuerte, sino el que ha tenido mayor fortuna a la hora de evitar llantazos, reventones de tubulares o resbalones y tropezones sobre la superficie del adoquinado. Aunque el mítico Hinault se encargó de desmontar este argumento en la célebre edición de 1981. Tras una aparatosa caída, «el Caimán» logró reincorporarse al grupo cabecero y vencer la prueba de una forma magistral.
Como puntos estratégicos y emblemáticos de la París-Roubaix cabe destacar los tramos cinco estrellas de mayor dureza, como los del Bosque de Arenberg o el Carrefour de L’Arbre, o la preciosa llegada en el velódromo de Roubaix, en el que se recorre una vuelta y media antes de la resolución final. Juan Antonio Flecha ha sido nuestro mejor representante en el pavé de la prueba francesa, llegando a ocupar el segundo puesto en la edición de 2007 o el tercero en 2005 y 2010. Bravo como pocos, el corredor catalán nacido en Buenos Aires había declarado en más de una ocasión que no no quería retirarse sin lucir en su palmarés la Clásica del norte de Francia aunque finalmente no pudo ver cumplido su sueño. Tras más actuaciones de Flecha en el top ten, el puesto más meritorio entre los españoles desde entonces ha sido para Imanol Erviti con un noveno lugar en 2016.
En el palmarés histórico de la París-Roubaix también sobresalen los belgas, con las cuatro victorias de Tom Boonen y de Roger de Vlaeminck mientras con tres se sitúan los también belgas Gaston Rebry, Rik Van Looy y Johan Museeuw, el pionero francés Octave Lapize, el italiano Francesco Moser y el suizo Fabian Cancellara, vencedor en Roubaix y en el Tour de Flandes de 2013, un doblete sólo conseguido por Roger de Vlaeminck en 1977 y por Tom Boonen en 2005 y 2012. En 2016 se produjo una de las grandes sorpresas en la historia de la carrera con la victoria del semi desconocido australiano Matthew Hayman por delante de Tom Boonen mientras que Greg Van Avermaet consiguió en 2017 que las dos grandes clásicas se quedaran en Bélgica al vencer al checo Zdenek Stybar, segundo ya en dos ocasiones. En las tres últimas ediciones, el inimitable Peter Sagan logró añadir otro triunfo de prestigio a su deslumbrante palmarés en 2018 mientras en 2019 el vencedor fue el belga Philippe Gilbert. En 2020 finalmente la prueba fue cancelada por la pandemia, en 2021 el italiano Sonny Colbrelli consiguió una sorprendente victoria y en la última edición el holandés Dylan van Baarle protagonizó una auténtica exhibición. Entre los favoritos mencionados anteriormente para Flandes debería salir el vencedor ya que es extraño que se produzcan grandes sorpresas como la de 2016 en Roubaix por la enorme exigencia de la prueba. ¿Os hemos convencido de la espectacularidad de las pruebas de pavé? ¿Necesitáis más argumentos para disfrutar con la dureza de los muros de Flandes o los tramos cinco estrellas de la París-Roubaix? La cita con Flandes es el domingo 2 de abril mientras la París-Roubaix se disputará el domingo 9.
El resto de Clásicas de primavera y dónde verlas
Además de las dos pruebas más exigentes, en abril podremos seguir disfrutando del resto de Clásicas en Holanda y Bélgica con la disputa de la Amstel Gold Race el día 16, la Flecha Valona el 19 y la Lieja-Bastoña-Lieja el 23, tres Clásicas algo menos exigentes en el trazado y también con un mejor palmarés de los ciclistas españoles. Son conocidas como la Trilogía de las Ardenas por disputarse en esta región y enlazadas en una semana.
La Amstel Gold Race marca un giro entre las Clásicas de abril ya que empieza a abrir las posibilidades para los escaladores frente a los ciclistas todo terreno acostumbrados a los adoquines de las dos primeras. Se disputa en la región holandesa de Limburg y el año pasado no pudo disputarse por la pandemia. En ella tampoco ha vencido aún ningún ciclista español (Joaquim Rodríguez y Alejandro Valverde sí consiguieron ser segundos), algo que ha ocurrido varias veces en la siguiente Clásica, la Flecha Valona, que siempre se disputa entre semana, un miércoles. Su recorrido ha variado históricamente pero el final, desde 1983, es siempre el mismo, el célebre Muro de Huy, una colina de 204 metros con unas pendientes que alcanzan el 26 % de inclinación, tras unos 200 km de trazado y varios pasos previos por la cota. Huy ha contemplado hasta ocho victorias españolas, todas en los últimos 18 años. Igor Astarloa abrió la veda en 2003 y posteriormente le siguieron Joaquim Rodríguez en 2012 y Dani Moreno en 2013 pero, sin duda, el auténtico rey de la carrera es Alejandro Valverde, con cinco victorias, la primera en 2006 y las otras cuatro consecutivas entre 2014 y 2017. En 2020 la carrera se aplazó pero pudo disputarse en septiembre y tuvo como vencedor al prometedor corredor suizo Marc Hirschi. Mientras, en 2021, el francés Julian Alaphilippe consiguió su tercera victoria en los últimos cuatro años con una meritoria tercera plaza de Alejandro Valverde. El murciano se despidió de la carrera en 2022 con una fantástica segunda plaza, tan sólo superado en la meta por el belga Dylan Teuns.
La última gran Clásica del mes también tiene en Alejandro Valverde a uno de sus grandes nombres. La Lieja-Bastoña-Lieja siempre se disputa el último domingo de abril y es uno de los cinco monumentos del ciclismo. Con un recorrido que comienza y termina en Lieja, su primera edición tuvo lugar en 1892 y por ello es conocida como La Doyenne («La Decana»). El corredor que más veces se ha impuesto es el belga Eddy Merckx, con 5 victorias. Bélgica ha dominado tradicionalmente la prueba pero España cuenta con cuatro victorias, todas a cargo del corredor murciano Alejandro Valverde que se impuso en las ediciones de 2006, 2008, 2015 y 2017. Valverde también aspira en 2022 a realizar un gran papel en su última temporada como ciclista profesional y sueña con conseguir su quinta victoria y con convertirse en el corredor más veterano en ganar una gran Clásica justo el día antes de cumplir 42 años. En la temporada 2020 la carrera se pospuso hasta octubre y en ella pudo desquitarse de su derrota en el Tour el ciclista esloveno Primož Roglič mientras en 2021, su compatriota, probablemente el mejor ciclista actual, Tadej Pogacar fue el gran vencedor. La última edición nos dejó el estreno en el palmarés del prodigio belga Remco Evenepoel con un sensacional ataque desde lejos marca de la casa.
Todas las Clásicas de abril podrán verse este año en España en Teledeporte y Eurosport. Mientras, desde Latinoamérica podéis verlas por internet en televisiones extranjeras a través de los enlaces que proporciona la página web steephill.tv. Y rezad para que llueva en abundancia, para que así podáis ver los rostros embarrados de los corredores porque un poco de épica nunca viene mal, ¿verdad?