Ventajas e inconvenientes de Madrid 2020
Por Daniel Riobóo Buezo Seguir a @danirioboo
El próximo siete de septiembre se decide en Buenos Aires la sede de los Juegos Olímpicos de 2020. Los finalistas, Estambul, Madrid y Tokio. Tras las designaciones de Londres para 2012 y Rio de Janeiro para 2016, es la tercera ocasión consecutiva en la que Madrid aspira a convertirse en sede de la cita deportiva por antonomasia. La decisión de una nueva candidatura en tiempos de crisis, recortes y destrucción de empleo ha generado críticas y existen plataformas que se oponen a su celebración. Por otra parte, desde la administración y el Comité Organizador se insiste en los beneficios a todos los niveles de ser sede Olímpica. ¿Hay más pros que contras o al revés? Analizamos las ventajas e inconvenientes de la capital española para poder organizar los Juegos Olímpicos.
Ventajas
–La mayor parte del coste ya está ejecutado. Cerca del 80% de las instalaciones están ya construidas con lo que la inversión y por tanto el coste para los ciudadanos no sería demasiado alto en comparación con las otras candidaturas. Según el Comité Organizador, el coste ya «sólo» ascendería a cerca de 1500 millones de euros. Además, la financiación de la organización obedecerá a un sistema mixto público-privado para priorizar a los patrocinadores y no cargar tanto el peso entre los contribuyentes. En cuanto a las otras dos candidaturas, Tokio también tiene la mayor parte de las instalaciones construidas, todo lo contrario que Estambul que debería construir aún el 70%.
-Candidatura recurrente y experiencia organizativa. Según los precedentes, el Comité Olímpico Internacional valora la persistencia de las ciudades a la hora de poder organizar unos Juegos Olímpicos y, tras las últimas presentaciones, la candidatura de Madrid ha sido la mejor valorada por el COI. Además, Madrid tiene ya una dilatada experiencia en los últimos años en la organización de eventos: mundial y europeo de baloncesto, Open de Madrid y Copa Davis en tenis, mundial de ciclismo, mundial de balonmano y de diferentes disciplinas olímpicas. En este sentido, se encuentra al nivel de Tokio y por delante de Estambul, con una experiencia menor en este campo.
–Apoyo político y ciudadano. Prácticamente existe un consenso entre los partidos políticos a la hora de apoyar los Juegos en Madrid mientras que el apoyo popular a la candidatura, según las últimas encuestas, se cifra en cerca de un 80% entre los madrileños y entre el resto de españoles, un respaldo similar al de la candidatura de Estambul y superior al de Tokio.
-Legado para la ciudad y proyección de su imagen a nivel turístico. La Administración considera que las infraestructuras construidas, lejos de quedar abandonadas e inutilizadas, serán un gran legado para la ciudad y contribuirán a la promoción deportiva y de celebración de posteriores eventos. Además, los efectos a nivel de imagen internacional de una ciudad que organiza unos Juegos Olímpicos suelen durar muchos años y Barcelona aún se beneficia a nivel turístico de la proyección que experimentó su «marca ciudad» tras la celebración de las Olimpiadas en 1992.
-Creación de empleo y un nuevo empujón para el deporte español. Según las estimaciones del Comité Organizador y la alcaldía madrileña, la organización de los JJOO podría dinamizar la creación de empleo y así estiman en 86.000 los trabajos directos que podrían crearse. Además, en un momento en el que el deporte español se ve también afectado por los recortes en las ayudas, las federaciones verían aumentado el apoyo económico por parte de las instituciones en caso de que Madrid organizara los Juegos.
Inconvenientes
–La crisis económica no aconseja invertir y endeudar aún más a la ciudad en estos momentos. La recesión en la que sigue inmersa España y de la que Madrid no escapa es la principal razón de oposición a la candidatura. Para los opositores, la cuestión es clara. Para la plataforma de ciudadanos «No a la ruina de Madrid 2020» (#NOalaruinaMadrid2020 en Twitter) el despilfarro económico es inasumible. Según esta plataforma, «el compromiso de gasto para aspirar a organizar el evento ronda los 10.000 millones de euros. Justo lo que se ha recortado de Sanidad y Educación y que provocará la llegada del copago, las listas de espera interminables, el hacinamiento en las aulas y las matrículas universitarias solo aptas para los potentados. Parece lógico preferir que los JJOO los celebre Tokio y conservar así unos servicios públicos aceptables», afirman.
-Resultados económicos deficitarios para las ciudades organizadoras. Para los opositores, otro argumento de peso es la deuda que suelen dejar las Olimpiadas en las ciudades que los acogen. Si bien ha habido algunos ejemplos de candidaturas con superávit, lo normal es que la inversión pueda dispararse y dejar una deuda durante muchos años como ha ocurrido en los Juegos Olímpicos más recientes.
-La ciudad está endeudada y podría provocar una burbuja inmobiliaria. Los opositores a los Juegos argumentan que Madrid es una de las ciudades más endeudadas de España y que la capital lidera la lista de ayuntamientos que más deben a sus proveedores, con siete mil millones de euros. Además consideran que los Juegos podrían provocar una nueva burbuja inmobiliaria ya que alimentaría la especulación.
-La inflación se dispararía. Organizar unos Juegos Olímpicos siempre implica que los precios se disparen durante ese periodo e incluso antes y después. El transporte público intentará recaudar más y la hostelería y el comercio hacer su agosto y esos precios repercuten directamente en los habitantes de la ciudad. Ante esa disyuntiva, los empresarios pueden verse favorecidos si saben vender bien su producto mientras los consumidores pueden ser claramente perjudicados.
-Las medidas de seguridad antes y durante el evento podrían hacer la ciudad insufrible. A nadie se le escapa que la organización de un evento de estas características supone un despliegue de seguridad que prácticamente supone que la ciudad esté sitiada en los días previos y durante la celebración de las competiciones, algo que puede suponer una incomodidad añadida para quienes no estén imbuidos precisamente de «espíritu olímpico».
Analizados los pros y los contras que puede suponer organizar unos Juegos, la cuestión es si la insistencia de Madrid obtendrá su premio finalmente. Barcelona 92 no queda demasiado lejos en el tiempo, algo que Turquía podría utilizar en defensa de la sede de Estambul, ya que ni en esa región del mundo ni en un país musulmán se han organizado unos JJOO, un argumento similar (el geográfico) al que utilizó Lula da Silva y que se antojó decisivo para la adjudicación de los JJOO de 2016 a Brasil. Aún así, se disponga o no de la mejor candidatura, o de más o menos razones de peso para poder celebrarlos, finalmente quienes deciden en votación son los miembros del Comité Olímpico Internacional y sus designios son prácticamente inescrutables por lo que es fundamental hacer una gran labor de «lobby» con ellos en los meses y días previos a la votación. También será decisiva una impactante presentación final, algo para lo que en esta ocasión la candidatura madrileña decidió contratar a expertos asesores como Terrence Burns y se está preparando hasta el último detalle. Su influencia cobra una importancia vital a partir de la segunda votación, una vez que la primera ciudad quede descartada y quienes la apoyaron tengan que votar de nuevo ya que el primer voto de los miembros del COI suele estar decidido de antemano. El próximo siete de septiembre terminarán las cábalas y tendremos la respuesta definitiva. Entonces Madrid terminará su sueño olímpico o lo verá por fin alcanzado.
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