Alberto Montenegro, la vida de un speaker de eventos deportivos
Por Daniel Riobóo Buezo Seguir a @danirioboo
Su voz es familiar para muchos aficionados a presenciar deportes en vivo porque Alberto Montenegro lleva casi 15 años trabajando como speaker. No exclusivamente, pues es difícil ganarse únicamente la vida locutando eventos deportivos pero sí la mayor parte de fines de semana al año y cuando hay grandes campeonatos en España. Bien sea en carreras populares, triatlones o competiciones nacionales e internacionales de diferentes deportes, a Alberto podemos encontrarlo a menudo en Barcelona y otras ciudades de España micrófono en mano. Pero quizá conocer un poco más en detalle su profesión no es tan frecuente por lo que hemos decidido entrevistarle mientras trabaja como uno de los speakers oficiales del mundial de baloncesto de España.
¿Cuando y por qué decidiste ser speaker?
A los 16 o 17 años empecé a ir a eventos deportivos y ya entonces quería ser periodista y tuve la suerte de conocer a un speaker como Santi Gallardo, para mi el mejor de España. El era el profesor de teatro de mi colegio y vino a darnos una charla a todos los que queríamos ser periodistas. Desde entonces comenzó una relación de amistad que hoy perdura y él fue quien me animó a probar y recuerdo con mucho cariño sus clases en las que nos enseñaba cómo improvisar para soltarnos. Después una cosa lleva a la otra y primero te empiezan ofreciendo algo pequeño que, por cierto, 15 años después aún no he cobrado… y poco a poco te ves con facilidad, ves que no te cuesta, que te diviertes y lo pasas bien y decides seguir porque si tienes que hipotecar cuarenta fines de semana al año te tiene que gustar, no sólo lo vas a hacer por el dinero.
¿Qué cualidades consideras que debe tener un buen speaker?
Ante todo saber comunicar pero también proyectar bien la voz y tenerla nítida. Esto es fundamental así como saber qué hay que decir en cada momento y también llevar el tempo de lo que está sucediendo, adaptándote a lo que te indica competición, tanto si te toca hacer de animador y divertir a la gente como si tienes una función más seria en algún momento. Hay que tener claro siempre cual es tu papel.
Y para irte metiendo en este papel, ¿Qué tipo de preparación y calentamiento haces con la voz antes de una locución?
Calentamiento de voz y movimientos con la lengua, por ejemplo, diciendo determinadas palabras como «Pamplona» para probar las pes en una broma que tengo con un amigo, o haciendo escalas de erres para activar la lengua así como gimnasia bucal y a veces también trabajo de logopedia. Es importante porque, en ocasiones, por ejemplo, para aguantar las 17 horas que puede durar un triatlón Ironman hay que estar preparado y habitualmente acabas con la voz destrozada. Es importante poder recuperar para el día siguiente. También en este sentido hay que cuidarse, no beber mucho hielo, no fumar también ayuda, tomar algunas pastillas que me recomienda mi logopeda, perdonar alguna fiesta, no tomar caramelos de eucalipto que resecan la garganta… Igualmente es fundamental hidratarte mucho durante la prueba porque al forzar continuamente la garganta hay que minimizar los efectos sobre ella.
¿Cuál es el día a día de un speaker antes de locutar una prueba?
Unas horas antes de una locución tenemos que prepararnos los guiones, por ejemplo, en el mundial de baloncesto, preparamos el guión de cada partido con el regidor para saber, a través de una escaleta, cuando va cada una de las presentaciones, animaciones, vídeos…Todo esto lo tenemos muy pautado. Y antes incluso tenemos reuniones con el organismo deportivo correspondiente, en este caso con la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) ya que cada organización tiene su forma concreta de trabajar. Por ejemplo, en el mundial de baloncesto casi no estamos utilizando el castellano por requerimiento suyo.
¿Qué consejos recomiendas ante jornadas que pueden llegar a ser maratonianas?
Es conveniente tener cuanta más documentación mejor, el mayor número de datos posible porque, por ejemplo, durante un maratón quizás estás hablando durante cuatro horas. Y tienes que ir dando datos importantes como quién ha ganado los últimos años, puntos de avituallamiento, calles que se recorren, dónde están los servicios sanitarios, los guardarropas…Es decir, cuanta más información tengas, mejor, aunque luego puedes o no utilizarla toda pero es conveniente siempre tener ese apoyo. Y otra cosa que yo siempre utilizo es buscar una referencia visual del sitio dónde estás, por ejemplo, el cartel que indica que estás en la media maratón de Soria. ¿Por qué? Porque un día estás en un sitio y al siguiente en otro diferente y al narrar durante tantas horas puedes tener un lapsus y es conveniente evitar un error tipo: «Buenos días Barcelona» cuando estás en Madrid, por lo que es mejor fijar esa referencia para cuando sabes que tienes que decir el nombre de la prueba que la mirada vaya automáticamente a ese sitio concreto.
Además de las muchas horas delante del micrófono, ¿Cuales son las mayores dificultades a las que te tienes que enfrentar?
Muchas veces es la propia improvisación que puede ser fácil pero a veces muy complicada. Porque yo estoy viendo una cosa y la intento transmitir de la forma más amena posible porque, no nos engañemos, al final para lo que te quieren es para que distraigas a la gente que, por ejemplo, durante cuatro horas en una maratón, está esperando la llegada de un familiar pero que también quiere formar parte de ese espectáculo. Y conseguir que el público esté involucrado puede ser difícil porque tienes que conseguirlo sin tener nada que decir más que describir lo que estás viendo y está pasando sin repetirte. Por ejemplo, en un ironman que dura 17 horas, tienes que intentar estar diciendo cosas nuevas o que, si te repites, que sea de una forma divertida, es decir, que haya complicidad con el público.
¿Qué estereotipo asociado a los speakers te gustaría desmentir?
Que no tenemos vergüenza. En mi caso soy una persona bastante tímida y antes de salir a una locución siempre tengo un gusanillo que me recorre el estómago. Y malo será el día que no lo tenga porque significará que no estoy en tensión y que no estoy preparado para intentar darlo todo en ese evento. La gente no lo cree siendo speaker pero soy muy tímido para lanzarme y para algunas cosas me cuesta mucho hacerlo aunque en el momento en el que saltas a la pista es tu trabajo y tienes que mentalizarte. En ese sentido es similar al trabajo de un actor cuando sale al escenario. Los primeros días costaba más pero ya lo tengo interiorizado y tienes que salir a representar tu papel.
En ocasiones has tenido que recurrir a la creatividad para solucionar un problema técnico, como en el último mundial de balonmano, en el partido entre Francia y Montenegro. ¿Nos puedes contar qué sucedió?
Era el último partido de primera fase entre Francia y Montenegro en Granollers. Nosotros entrábamos «en escena» a menos diez pero a falta de quince minutos para el partido de repente desapareció la música y se generó un poco de caos porque no llegaba la electricidad a los equipos y fallaba una línea, teníamos voz pero no teníamos música. Entonces nos reunimos con el director de competición y con el representante de la IHF (Federación Internacional de Balonmano). Empezamos a buscar debajo de la grada el momento en el que el cable se desenchufaba pero nadie lo encontró y me dijeron que empezara a menos diez como si nada pero sin música con la presentación de los equipos y árbitros y cuando llegó el momento de los himnos pregunté «¿Y ahora qué hacemos?» y alguien me dijo, «Que canten», de una forma divertida. Entonces, pensé, pues vale, vamos a hacerlo, y pedí perdón en un inglés bastante improvisado informando de que la música no funcionaba y que invitaba al público a cantar la Marsellesa en el caso de los muchos franceses que había y el himno de Montenegro a los pocos aficionados montenegrinos que debía haber en la grada. Y lo cierto es que luego las imágenes dieron la vuelta al mundo y hasta nos llegaron a preguntar si lo habíamos provocado para que se hablara más del mundial de balonmano cuando fue algo totalmente improvisado y, aunque funcionó, en esos momentos lo pasas mal.
¿Qué otros momentos curiosos has vivido en los eventos en los que has actuado como speaker?
Pedidas de mano he vivido ya unas cuantas, la más curiosa en el mundial de triatlón de larga distancia de Vitoria donde tras 4 km nadando, más de 100 en bici y 30 km corriendo hubo una pedida de mano por parte del triatleta. U otra en una carrera popular donde una chica me dijo que ella había cumplido su parte de la promesa al terminarla. Le pregunté cual era la otra y me dijo que que su novio la pidiera la mano. Le propuse hacerlo allí mismo. Ella había cumplido su parte de la promesa terminando la carrera y a él no le quedó más remedio que pasar por el aro.
A veces podéis tener dificultades con determinados nombres complicados de pronunciar, especialmente si un deportista que no esperabas tiene un papel protagonista en una competición. ¿Ha habido algún nombre que se te haya resistido especialmente?
Para prevenir esos problemas intentamos enterarnos bien de cómo se pronuncian, por ejemplo, en el mundial de baloncesto hablando con el delegado del equipo mientras están calentando para consultar cómo se dicen apropiadamente. También es importante como deferencia al propio deportista al que le gusta que pronuncien adecuadamente su nombre. Por ejemplo, les preguntas si quieren que digas nombre y apellido, sólo nombre o sólo apellido y la pronunciación correcta.
Has realizado diferentes funciones bien sea como speaker de mesa, como presentador o como animador. ¿Cual te satisface más?
Ser speaker de mesa es muy divertido porque te sientes como si estuvieras locutando ese partido para televisión e incluso proyectando todavía más la voz para llegar a excitar al público y conseguir que se vengan arriba en momentos clave, pero también tienes el momento de diversión cuando estás en pista. Quizás en silla estás más calmado pero también no dependes de ti sino de alguien que está jugando. Pero en cambio en animaciones en pista no sabes bien qué puede ocurrir, como por ejemplo en los partidos de pretemporada de NBA donde a veces te sorprenden. Es lo que ocurrió en un baile donde un espectador improvisado fue quien finalmente triunfó sobre las bailarinas aunque en el momento que se creció demasiado y empezó a quitarse el cinturón y el público se vino arriba tuvimos que pararle no se nos fuera de las manos…
Tras trabajar en muchos deportes, pruebas y recintos, una de vuestras misiones es animar a los aficionados. ¿Cual es la afición que más te ha impresionado o el ambiente de qué prueba te impactó especialmente?
Por ejemplo, en el España-Francia de la primera fase del mundial de baloncesto en Granada el ambiente de la afición granadina ha sido brutal aunque el año pasado en la final del mundial de waterpolo femenino entre España y Australia las jugadoras, sus familias y todo el público se volcó totalmente con la selección ese día porque sabían que era una ocasión única de ser campeonas del mundo. Nunca he visto en Barcelona un público tan volcado como el de aquel día.
Has narrado campeonatos de España, de Europa, mundiales…de diferentes deportes. ¿Con qué sueñas aún con narrar?
Aunque locutar el mundial de baloncesto es una gran experiencia quizá narrar unos Juegos Olímpicos son el sueño de todos. Estamos a dos años de Los Juegos de Rio y quizá sea el momento de empezar a aprender portugués e intentarlo…
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He crecido con este speaker y la verdad es que es uno de mis preferidos por la fuerza que transmite a sus narraciones!
Un verdadero crack que lo ha hecho genial durante todo el tiempo que lo he estado viendo, esa forma de narrar que tiene es única