Deportistas entre copas
Por Aitor Alegría Alonso Seguir a @Cartesio77
Ahora que terminan las vendimias y que pronto comenzarán a salir los primeros vinos del año vamos a hablar de ellos buscando su relación con otra de nuestras pasiones: el deporte. Aunque, en principio, podría parecer que vino y deporte no tienen mucho en común, más allá de las celebraciones regadas con champagne u otros espumosos y de la asociación que todos hacemos de riqueza y vinos de lujo. Mucho nos tememos que el deportista tipo, como casi todos los jóvenes por otra parte, no conoce demasiado sobre la enología, aunque hay excepciones que señalan que hay una unión entre vino y deporte.
Las estrellas del fútbol Michael Laudrup, David Ginola y Andrea Pirlo
Cómo caso más cercano y reseñable debemos hablar de Michael Laudrup, el exquisito ex futbolista y actual entrenador danés del Swansea galés, el equipo que está enamorando a los británicos por sus fútbol alegre y sabor español. Laudrup nos deleitó a muchos en los 90, especialmente a los aficionados del Barça primero y del Real Madrid después. Cuando jugaba en el club catalán, comenzó a probar y a disfrutar de la gastronomía española en general y del vino español en particular. Según su propio dominio de Internet, Laudrup conoció a otra familia danesa, los Buhl, también amantes de la gastronomía española y que como él, trabajaban en nuestro país. Lo que comenzó como nostalgia de nuestros productos cuando volvían a Dinamarca derivó en una pequeña empresa que al principio importaba vinos casi exclusivamente para consumo propio y para algunos amigos y familiares.
Así nació en 1993 Laudrup Vin & Gastronomi. El negocio se desarrolló poco a poco y ahora mismo es el importador de vino y productos gourmet de España más importante del país escandinavo, con más de medio millón de botellas vendidas. Entre ellas se encuentran alguno de los más famosos vinos españoles: Muga, Allende, Artadi, Viña Pedrosa, Toro Albalá, Can Rafols del Caus y un largo etcétera. A partir de 2005 añadieron a su catálogo vinos de Chile, Argentina, Australia, Nueva Zelanda y, más recientemente, de Italia. Desde aquí nuestro homenaje y agradecimiento, primero por su exquisito juego y después por su inestimable ayuda al vino español.
Sin salir del fútbol de los 90 tenemos a otro gran artista de la pelota, el francés David Ginola, que tantas noches europeas amargó al Real Madrid cuando jugaba en el Paris Saint Germain. El extremo francés, provenzal, una tierra de gran tradición vinícola, siempre había bebido vino, pero fue a raíz de jugar en el PSG cuando Ginola comenzó a coleccionar botellas. Allí conoció a Philippe Faure-Brac, antiguo campeón mundial de sumilleres y propietario de Le Bistrot du Sommelier en París. Él le inició en esta pasión y comenzó a probar y comprar alguno de los mejores vinos del mundo, grandes Burdéos, sobre todo. Pero es con la otra región estrella del vino francés, la Borgoña, con la que le sucede una anécdota curiosa. El francés decidió comprar una caja de una de las marcas más exclusivas, Romanée-Conti, de 1990 concretamente, y ni corto ni perezoso llamó a la bodega. Amable y diplomáticamente le respondieron, “monsieur Ginola, es un honor para el Domaine pero desgraciadamente no vendemos a ningún cliente ese vino por cajas, Si desea comprar una caja mixta de todos nuestros borgoñas, incluirá una botella de Romanée-Conti”. Por supuesto aceptó.
La pasión de Ginola no quedó ahí y, tras retirarse, decidió producir su propio vino. O al menos ponerle su nombre a una marca propia en colaboración con una cooperativa. Así con el Coste Brulade Rosé Cuvée David Ginola, un rosado de Provenza, su lugar de origen, ganó una medalla de plata en el concurso International Wine Challenge.
Nuestro último nombre en el fútbol internacional es el del «Metrónomo», el excelso centrocampista italiano Andrea Pirlo. El jugador de la Juventus, además de derrochar talento y elegancia en los campos de fútbol, también tiene al vino como una de sus grandes pasiones. Sus viñedos en Brescia producen entre 15.000 y 20.000 botellas al año de su «Pratum Coller», un vino aún no demasiado prestigioso y sin denominación de origen ya que Pirlo ha buscado producirlo en la ‘Azienda’ de su familia en lugar de buscar zonas de más renombre. Su viña está abierta al público y los turistas pueden visitarla tanto para saber cómo se elabora el producto como para conocer al propio futbolista que, cuando el calendario se lo permite, suele acudir para probar sus productos y discutir sobre su calidad. Apurando sus últimos años como profesional, Pirlo se plantea dedicarse enteramente a su bodega una vez deje el fútbol.
Enólogos en otros deportes
Saltando de deporte, en el motor tenemos varios ejemplos de pilotos de Formula 1 y otras modalidades que, bien por tradición familiar o bien por inversión posterior, son propietarios de distintas bodegas. En Europa los casos más significativos son los de Jarno Trulli, que es copropietario del Podere Castorani, en sus natales Abrruzzi o Jean Alesi que posee su propio viñedo en su casa de Avignon. Saltando el charco tenemos Andretti Wineries, del expiloto norteamericano Mario Andretti, en el no menos famoso valle de Napa californiano. También el menos reconocido conductor del campeonato Nascar Richard Childress posee una bodega en Carolina del Norte. Lo mismo ocurre con Jeff Gordon, que también tiene la suya en Napa.
En el golf, un deporte que puede parecer más ligado al mundo del vino por tener jugadores más maduros o patrocinadores e imagen más clásica, tenemos otros ejemplos con Nick Faldo, Ernie Els, Greg Norman y Arnold Palmer con sus respectivas bodegas en Australia, Sudáfrica y California, en los dos últimos casos. Como nota curiosa, Nick Faldo comenzó a interesarse por el vino español en 1987 cuando ganó el Abierto de España y le dieron a probar una botella de Marqués de Riscal. No es mal vino para iniciarse.
El fútbol americano también tiene sus representantes, con los dos grandes ex quaterback Dan Marino y Joe Montana como los ejemplos más famosos con bodega propia, Marino States y Montagia Wines. Y sin salir del deporte americano, en el hockey sobre hielo, en la muy poco conocida vinícolamente hablando, zona de Niágara (hogar de excelentes vinos de Hielo) la antigua estrella canadiense Wayne Gretzky también tiene su propia bodega.
Los futbolistas españoles con bodega propia
¿Y aquí? Pues como casi en todo, llegamos un poco tarde. La cultura del vino es un claro ejemplo de ello ya que estamos muy por detrás no solo de Francia o Italia, clásicos productores, sino de otros fabricantes como los países anglosajones.
Pero aun así no nos podemos olvidar de Andrés Iniesta, nuestro gran héroe nacional. El pálido jugador del Barça y de la selección abrió en 2010 – su gran año tras el histórico gol que dio el Mundial a España en Sudáfrica – bodega propia en su Fuentealbilla natal aprovechando los viñedos que ya tenía su familia. De momento parece que le va bastante bien la cosa. La bodega, adscrita a la pequeña pero interesante D.O Manchuela, está teniendo éxito de crítica y público, sobre todo por la fama de su dueño pero también por las medallas cosechadas en distintos concursos, especialmente un original blanco elaborado con verdejo, sauvignon blanc y moscatel. Bodegas Iniesta elabora ocho vinos en dos gamas distintas, Finca El Carril y Corazón Loco.
Además de Bodegas Iniesta, en España hay otros casos de colaboraciones o inversiones de futbolistas como José Antonio García Calvo en la Ribera de Duero o de algunos ya retirados como Manolo Sanchís o Rafael Martín Vázquez en La Mancha. Incluso Pau Gasol es un gran aficionado así que no descartamos pronto un Dominio de Pau o un Gasol tinto, ojalá que en su Cataluña natal y no en los viñedos de Santa Bárbara, por aquello de la cercanía a Los Ángeles. Esperamos que desde ahora os guste más el vino, con moderación por supuesto.
-La ‘dolce vita’ del deportista retirado
-Fútbol y motes, una historia de amor
¿Quieres recibir nuestros temas en tu email?
3 Comments Already
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Es curioso como los deportistas que ya tenían relación con el vino por vínculos familiares tienen sus vinos en regiones no top: Ginola en Provenza, Alesi en Abruzzos, Iniesta en Manchuela o Pirlo en Brescia (sacando sus vinos como IGP una categoría inferior a la DOC italiana). En cambio los deportistas que buscan el vino como inversión se van a las zonas más prestigiosas o con más nombre.