Las otras caras de los aventureros del Dakar
Por Aitor Alegría Alonso
Cuando uno se da una vuelta por las dunas del desierto chileno, peruano o boliviano no puede dejar de exclamar, como si fuera Shakira, ¡esto es África! Quizás al desierto peruano que será recorrido este año le falta la mística y la leyenda del desierto del Sahara, pero no cabe ninguna duda de que es el escenario perfecto para el raid más duro del mundo. Estamos hablando lógicamente del rally Dakar que aunque no llegue desde hace años a Senegal sigue manteniendo el nombre de la capital del país africano. Arrancando en Lima el 6 de enero y terminando de nuevo en la capital peruana el día 17, esta edición 2019 se presenta apasionante y con algunas certidumbres y muchísimas incógnitas. Y también con algunas curiosidades.
En el apartado de coches uno de los grandes favoritos un año más es Nasser Al-Attiyah, campeón en 2015 con un Mini de Peugeot. El príncipe catarí, hermano del emir de Catar, participa de nuevo al volante de la marca francesa, que el año pasado contó también con el ganador de 2010 y 2018, Carlos Sainz que repite escudería. Nasser ganó también la edición de 2011, sucediendo al propio Sainz. Curioso mundo este Dakar que parece cajón de sastre de muchos deportistas y aventureros de otros ámbitos.
Y es que el propio catarí es un ejemplo de deportista polivalente donde los haya. Pese a haber debutado en los rallies en 1989, durante siete años no pudo competir debido a que el presidente de la Federación de su país pertenecía a una familia rival de los Al Attiyah y promocionó a otros pilotos. Así, optó por el tiro olímpico, en la modalidad de skeet (tiro al plato) en donde ha representado a su país en cuatro ediciones, Atlanta 96, Sidney 2000 donde ya fue sexto, Atenas 2004 donde se quedó a las puertas de la medalla con su cuarto puesto, un mal sabor de boca del que se resarciría en Londres 2012 al conseguir la medalla de bronce. Posteriormente, cuando un primo suyo asumió la presidencia del automovilismo de su país volvió a las competiciones de rally que desde entonces han centrado su actividad deportiva ya que, además del Dakar, participa en el campeonato del mundo de rallys.
Y precisamente del campeonato del mundo de rallys viene nuestro compatriota Carlos Sainz, que consiguió ganar dos ediciones (años 90 y 92) a principios de los noventa y podría haber ganado más si hubiera tenido algo más de suerte ya que perdió otros dos campeonatos de forma rocambolesca, especialmente recordados por aquella célebre exclamación de su copiloto Luis Moya, «trata de arrancarlo Carlos». Sainz comenzó a participar en el Dakar cuando aún se corría en África en el año 2005, consiguiendo múltiples triunfos de etapa que se veían posteriormente frustrados por numerosos problemas mecánicos. Por fin sus anhelos obtuvieron recompensa al ganar la edición de 2010, ya en Sudamérica, para dejarnos con buen sabor de boca. Y es que por fin tuvo un vehículo fiable en el rally más exigente del planeta. Además, el año pasado Carlos Sainz repitió la gesta con 55 años. Como nota curiosa, en su juventud Sainz fue campeón de España de Squash y quién sabe si algún día cerrará el círculo deportivo siendo presidente del Real Madrid, otra de sus grandes ambiciones.
Aunque probablemente en coches el gran favorito una vez más sea el francés Stepháne Peterhansel, otro deportista polifacético ya que ganó seis veces el Dakar en moto (1991, 1992, 1993, 1995, 1997 y 1998) y siete en coche (2004, 2005, 2007, 2012, 2013 , 2016 y 2017), por algo es conocido como «Monsieur Dakar». Todo un figura el piloto del Franco-Condado, ya que además fue con 14 años campeón de Francia de skateboard. El mismo caso de Nani Roma, que habiendo dedicado gran parte de su juventud y su carrera a competir en motos (enduro y rallies) y conseguir ganar el Dakar en 2004, empezó a participar en el apartado de coches a partir de 2005. Tras rozar el triunfo en 2012 (terminó en segundo lugar), Roma saboreó finalmente en 2014 el sabor de la victoria aunque en 2015 tuvo que retirarse en la primera etapa por problemas mecánicos, algo que también le sucedió en 2018 por lo que este año regresa con más ganas que nunca.
Otro gran ganador polivalente era Luc Alphand, ya retirado. El francés fue capaz de ganar la edición de 2006 con un Mitsubishi Pajero – con perdón – y además se hizo con una medalla de bronce en los campeonatos de esquí de Sierra Nevada de 1996 y cinco medallas de oro en la copa del mundo de esquí. Para rizar el rizo, el aventurero galo también corrió las 24 horas de Le Mans, finalizando séptimo en 2006.
El polémico Robby Gordon también es un polifacético piloto que prácticamente ha competido en todas las disciplinas del motor en su Estados Unidos natal. El californiano ha corrido NASCAR, IndyCar Series, Baja 1000, Imsa GT y una larga lista de competiciones estadounidenses. Además participa en el Dakar desde 2005 cuando consiguió con un Volskwagen oficial ser la primera persona del continente americano en ganar una carrera del raid africano. Últimamente compite con su peculiar Hummer y parece que poco a poco va situándose entre los grandes favoritos.
Otro aventurero ilustre en la última edición fue el entrenador de fútbol portugués Andrés Villas-Boas que dejó el banquillo del Shangai SIPG para participar en el Dakar al volante de un Toyota Hilux con su amigo, compatriota y experto Ruben Faria como copiloto si bien tuvo que abandonar en la cuarta etapa por problemas de espalda. Villas-Boas es un apasionado de las motos y en su juventud participaba regularmente en el campeonato portugués todoterreno, y además, su tío, Pedro Villas-Boas, compitió en el Dakar en 1982, cuando la prueba discurría por África. Y tampoco podemos olvidarnos un año más de Isidre Esteve que, tras competir en motos en 13 ediciones y sufrir un terrible en la Baja Almanzora de 2007 que le provocó una paraplejia compite por cuarto año consecutivo en la categoría de coches con un vehículo adaptado. Un verdadero valiente y un ejemplo de que no existen límites ni limitaciones para el ser humano.
Y como curiosidad, decíamos que el Dakar es territorio abonado para deportistas de toda índole y aventureros varios. En nuestro país destacan las innumerables presencias de Alvaro Bultó tanto en motos y coches. El multiaventurero catalán, asiduo también de la prensa rosa, falleció en 2013 mientras practicaba salto base en los Alpes Suizos. Por su parte, el alpinista y showman televisivo Jesús Calleja, vencedor del Everest en 2005, entre otras grandes montañas, participará de nuevo con un nuevo coche tras haberlo hecho antes en 2011 cuando tuvo que abandonar en la undécima etapa por problemas mecánicos y el año pasado, cuando concluyo en la posición número 38. Además, el único participante español en la categoría de quads, José Luis Espinosa, también es un deportista polifacético ya que antes de ser piloto fue jugador de fútbol y de fútbol sala.
Como veis, los aventureros del Dakar en muchos casos tienen un perfil realmente polideportivo. Que disfrutéis de la nueva edición del rally más legendario del mundo.
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