Alexander Vinokourov, el ciclista que surgió del frío
Por Luis Alberto Martínez (@Mr_Spaceman17)
Pese a que todos creamos que el personaje más universal de Kazajistán es Borat, no es así. Si pasamos de la ficción a la realidad, el intrépido reportero kazajo perpetrado por Sacha Baron Cohen deja paso al deportista más ilustre del enorme país disgregado de la Unión Soviética y donde Alexander Vinokourov, «Vino», recibe tratamiento casi de jefe de estado. El genial ciclista ha anunciado su retirada tras un sentido homenaje en Mónaco y desde ahora pasará a ser el director deportivo de su último equipo y bandera deportiva de su país, el Astana, escuadra en la que compartió galones durante dos temporadas con Alberto Contador. Vino se retira en lo más alto, nada menos que como campeón olímpico.
Luces y sombras de un ciclista inclasificable
La trayectoria de Alexander Vinokourov (Kazajistán, 1973) siempre ha estado marcada por las luces y sombras que caracterizan al ciclismo de los tres últimos lustros. No obstante, su manera de competir ha sido la antítesis de lo que habitual en el pelotón en las grandes carreras: frente al ciclismo conservador y calculador del siglo XXI, Vinokourov ha representado una apuesta por la improvisación y la garra propias de épocas anteriores. Los elogios se multiplicaban ante sus portentosas arrancadas, su palmarés engordaba a un ritmo frenético…Pero su descalificación en el Tour 2007 pareció dar la razón a los numerosos escépticos que surgieron tras la Operación Puerto iniciada en 2006.
Desde su debut en la escuadra francesa Casino y su larga estancia en el Telekom y T-Mobile, Vinokourov sorprendió a la prensa y a los aficionados por su facilidad para triunfar en las clásicas, en vueltas de una semana y en etapas de las tres grandes rondas, en las que también finalizaba en los puestos cabeceros de la general. Tanto es así que a lo largo de la primavera de 2006, los expertos le señalaban como posible ganador de aquel Tour de Francia. La emergente Operación Puerto se interpuso en su camino y la inhabilitación de Manolo Sáiz al mando del equipo Liberty Seguros impidió afrontar con garantías la ronda francesa. La dirección del Tour excluyó a 5 de los 9 integrantes del nuevo equipo surgido en torno a Vinokourov, Astana, procedentes del Liberty e implicados en la trama de dopaje.
Tras el fiasco del Tour 2006, la organización de la Vuelta a España admitió a un renovado Astaná, en el que también participaba un compatriota de nuestro protagonista, Andrey Kaschechkin. Ambos realizaron una ronda espectacular y se enzarzaron en una dura pugna con Alejandro Valverde, que perdió la carrera debido a un fallo de cálculo en la etapa finalizada en Granada. Finalmente, el pódium de Madrid presentó a un exultan Vinokourov en lo más alto, a Valverde como segundo y al joven Kaschechkin en en tercer escalón.
Sin embargo, el triunfo vino acompañado de polémica al filtrarse que los dos corredores kazajos esquivaron el control sorpresa previo a la 15ª etapa, al ser de los dos únicos ciclistas del Astana que ya viajaban a la salida (y por tanto no estaba el resto del equipo) cuando llegaron los controladores de la UCI para tomar unas muestras.
Positivo por autotransfusión y sanción de dos años
Desde ese momento surgieron multitud de escépticos en torno a la figura de Alexander Vinokourov. Numerosas sospechas que se fundamentaban gracias a los contactos del kazajo con el polémico doctor Ferrari y que presagiaban un turbulento Tour de Francia en 2007. Y tanto: el 24 de julio se anunció el positivo por autotransfusión, detectado tras su victoria en la contrarreloj disputada tres días antes. Todo ello derivó en la retirada de todo el equipo Astana. Un mes después, su compatriota y compañero Kaschechkin también dio positivo por autotransfusión en un control sorpresa.
Tras dos años de sanción cumplidos en agosto de 2009, se anunció su vuelta a la competición con el equipo creado sobre él en 2006, Astana. Mucho había cambiado la situación en su escuadra, ahora liderada por un victorioso Alberto Contador, y en el que había militado Lance Armstrong en los últimos meses de sanción del kazajo. Pero Vinokourov podía respirar tranquilo: el entonces director del equipo, Johan Bruyneel, y el ciclista norteamericano anunciaron su marcha a finales de esa temporada. De esta manera, el kazajo tenía vía libre para volver al equipo que contribuyó a crear.
Retorno victorioso tras la sanción
Nuestro protagonista arrancó la temporada 2010 a lo grande. Ganó la prestigiosa Lieja-Bastoña-Lieja que ya se había llevado en 2005 y tuvo protagonismo en el Giro de Italia. Además regresó con acierto al Tour de Francia, con victoria en la 13ª etapa y con su aportación al triunfo en la general de su compañero Contador (descalificado posteriormente, aunque esa es otra historia).
De nuevo la polémica se cruzó en su camino: la sospecha de la compra de la Lieja-Bastoña-Lieja que venció en su regreso a la competición. A Vinokourov le hackearon su cuenta de correo electrónico y en ella aparecieron mensajes que implicaban al ruso Kolobnev, a la postre segundo en la Clásica, como posible vendedor.
Tras un fallido 2011 con lesiones y caídas, anunció que a finales de 2012 colgaría la bicicleta. Contra todo pronóstico consiguió vencer en la prueba en ruta de los Juegos Olímpicos de Londres y poco después, en un gran gesto, anunciaba la donación de la bicicleta ganadora para recaudar dinero para un orfanato. En cambio sus detractores volvieron a asomar la cabeza al insinuar un extraño despiste de su compañero de fuga, el colombiano Urán, en la disputa del sprint por la medalla de oro. El escándalo de la posible compra de la Clásica de Lieja era muy reciente pero de lo que no hay duda es de que Vinokourov se despedía a lo grande, desde la gloria olímpica.
De la bicicleta al coche como director deportivo
La vinculación de Vinokourov con el ciclismo no finaliza con su retirada de la competición. Su fichaje como director deportivo del Astana para la temporada 2013 le permitirá seguir en la primera línea del ciclismo mundial. Desde aquí deseamos que su dirección se caracterice por el ciclismo espectacular y ofensivo que tanto defendieron sus admiradores, pero de una manera limpia y exenta de las oscuridades que planean por este deporte desde hace una década y media.
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