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Por Marta De La Fuente Villalaín 

Hoy en día es difícil encontrarse con alguien que no conozca los beneficios que se obtienen con la práctica de cualquier deporte. Conseguimos mejoras en el sistema muscular, en el circulatorio, en el inmunológico… e incluso a nivel psicológico. Sin embargo, las ventajas que las actividades deportivas pueden ofrecer a las personas con algún tipo de discapacidad no son tan conocidas, a pesar de ser asombrosas y de ir más allá de la salud física, tal y como explica la psicóloga especializada en discapacidad Natalia Hernando Piró.

El deporte para las personas con discapacidad es aún más necesario y recomendable que para personas sanas, pues además de ayudarles de forma física y mental, les permite adquirir habilidades sociales, ser más independientes y mantenerse activos en todos los sentidos”, explica Hernando, quien trabaja para la Asociación ADISGUA, en la sierra de Madrid.

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El tipo de deporte que deben realizar dependerá de sus capacidades, como es obvio, pero lo importante es educar a esa persona en hábitos deportivos saludables cuanto antes. Dar un paseo, nadar, realizar rutas sencillas de senderismo, baile, deportes en equipo, prácticas relajantes como el yoga o incluso acudir a espectáculos deportivos pueden ser opciones sencillas para acercar a estas personas a la actividad física. Los familiares pueden animarles a probar lo que ellos practiquen adecuándolo a su nivelEn caso de tratarse de deportes a modo de actividad extraescolar, por ejemplo, hay que probar y que la persona con discapacidad también decida en qué deporte se siente más a gusto y darles la oportunidad de ver hasta dónde son capaces de llegar”, añade Hernando.

Favorecer la rehabilitación de problemas físicos o de movilidad, la integración social, el afán de superación y el desarrollo personal son algunos de los aspectos que ofrece el deporte a las personas con algún tipo de discapacidad. Además, encontrar un momento de ocio y liberación les supone un entretenimiento muy aconsejable, especialmente si disfrutan de actividades en grupo, favoreciendo así la creación de vínculos entre ellos, con sus familiares y la sensación de pertenencia al grupo.

Disfruto mucho haciendo deporte, y noto cómo mejora mi movilidad y rendimiento. Me gusta el deporte en equipo, aunque lo que más he practicado ha sido la natación y en entrenamiento muscular en el gimnasio”, explica Antonio, un joven de 24 años con discapacidad intelectual que, además, tiene que valerse de una silla de ruedas.

Para mí lo mejor es que me siento muy activa. Puedo mantener la figura, pasármelo bien y hacer algo diferente cada semana. Además, consigo destreza para actividades de la vida cotidiana y después me siento muy tranquila y descanso mejor, comenta Alicia, joven con discapacidad y alumna de ADISGUA.

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Huyendo del sedentarismo

Por otro lado, es importante tener en cuenta, que las personas con discapacidad, especialmente la intelectual, suelen estar acostumbradas a la sobreprotección, por lo que es más común en ellos tender al sedentarismo. La práctica de algún deporte se convierte en algo absolutamente imprescindible, al proporcionarles la motivación necesaria para huir de la pasividad, y por lo tanto a mantenerse activos física y mentalmente.

En muchas ocasiones, ese sedentarismo, además de agravar problemas físicos, provoca en la adolescencia y juventud de estas personas problemas de ansiedad y falta de autoestima, y teniendo en cuenta que conviven con un peor manejo emocional que una persona sin discapacidad intelectual, es muy importante encontrar aquello que les anime a moverse, relacionarse y entretenerse. Creo que el deporte es la mejor opción para ello”, apunta Hernando.

Para Javier Masián, técnico en actividades deportivas adaptadas a la discapacidad, el deporte “permite observar en estas personas pequeños o grandes avances, que van desde un pequeño estímulo físico a la comprensión de numerosas reglas de un juego, la gestión de las emociones o la lucha por lograr un objetivo”. “Tener un fin es muy importante para ellos, así como tener una actividad que marque una rutina, entendida como una liberación de problemas, de trabajos, de sus centros…es un escape y lo disfrutan muchísimo. Es esfuerzo y diversión al mismo tiempo. Los deportes en equipo les benefician enormemente, pues aprenden muchos conceptos y se lo toman muy en serio”, añade este joven de 27 años con experiencia en varios centros y asociaciones para personas con discapacidad.

Además de los deportes en equipo, también son muy beneficiosos los entrenamientos individuales que consideran las necesidades de cada uno. Masián resalta la eficacia de la hidroterapia como actividad perfecta para enlazar placer y deporte con numerosos beneficios físicos y psicológicos al producir una sensación muy agradable mientras el alumno ejercita su musculatura. Por otro lado, la equinoterapia “es altamente recomendable pues la práctica de deporte con animales estimula mucho más a los pacientes”, apunta.

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Favoreciendo la integración social

Otro punto muy importante es que, por medio del deporte, se puede favorecer notablemente la integración e inclusión de las personas con discapacidad en nuestra sociedad. La participación en actividades deportivas, pequeños juegos entre personas con discapacidad y personas sin diversidad funcional o la retransmisión y seguimiento de deportes adaptados y Juegos Paralímpicos, por ejemplo, son opciones muy destacables para poder dar visibilidad a estas personas y así lograr que la sociedad se acerque a dicha realidad y a sus problemas. “Es importante ayudar a sensibilizar a la población respecto a este colectivo”, apunta Natalia Hernando.

Las competiciones entre colegios y centros son muy recomendables y están obteniendo muy buenos resultados. En general, la gente está acostumbrada a ver a estas personas yendo al cine o paseando por zonas turísticas, museos… Sin embargo, beneficiaría mucho poder verlos practicando deportes y realizando actividades comunes para todos, especialmente para los jóvenes, añade.

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Promoción necesaria entre familiares y desde la sociedad

Lamentablemente, en muchos casos, los familiares de las personas con capacidades diversas no conocen todos los beneficios que el deporte puede brindar a sus hijos, hermanos…, o no encuentran la forma adecuada de animarles a practicarlo. Este desconocimiento quizá se deba a que las entidades responsables no promueven como deberían la práctica deportiva adaptada a personas con discapacidad, al no haber subvenciones ni proyectos suficientes para ello. Las asociaciones y fundaciones, en muchos casos se ven saturadas o incapaces de abordar la manera de potenciar estas actividades e incluso de informar adecuadamente sobre ello.

«En general, la ayuda que se proporciona para estas actividades no es suficiente, pues se centra en la proporción de material para clases en los centros. Se deberían crear más convenios de colaboración para hacer estudios, promover actividades en centros o al aire libre, dar más cobertura a las competiciones de deporte adaptado y, por ejemplo, utilizar la figura de deportistas famosos para potenciar este mensaje. Hay que promover más la práctica del deporte y mejorar la calidad de lo que ya se ha implantado”, finaliza Natalia Hernando.

*Las fotografías que acompañan a este reportaje han sido facilitadas por la asociación ADISGUA.

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