Los peculiares seguros de los deportistas
Por Luis Murillo Arias Seguir a @lmurilloarias
¿Deberíamos asegurar los periodistas nuestras manos o nuestros oídos? Ambas son nuestras herramientas de trabajo. Si en un no deseable fatal accidente de tráfico perdiéramos nuestras manos no podríamos teclear lo que estáis leyendo. Vosotros os quedarías sin nuestra elegante prosa y nosotros sin poder plasmar nuestros pensamientos por escrito. Es decir, nos quedaríamos sin sustento económico. Lo mismo ocurriría si perdiéramos el oído con el que estar atento a todo lo que sucede para después contarlo. O los ojos con los que permanecer en estado de observación las 24 horas del día. Pero… pensaréis… ¿Se pueden asegurar partes de tu cuerpo? Respuesta: Sí, se puede. Y si no, que se lo digan a algunos famosos, entre ellos, varios deportistas. En cierto modo, son sus seguros de vida.
El Balón de Oro 2013, Cristiano Ronaldo, tiene aseguradas sus piernas en 100 millones de euros. El Madrid pagó por su fichaje en 2009 nada menos que 94 millones de euros al Manchester United. Durante la pretemporada de aquella temporada 2009-2010, el futbolista portugués sufrió una dura entrada a la altura de la rodilla en un partido amistoso contra la Juventus de Turín. El artífice de la casi lesión de Cristiano fue el checo Zdenek Grygera. Y no sólo de la casi lesión, sino también del casi infarto de Florentino Pérez. ¿Cómo iba a amortizar la inversión si llegaba un tipo y le rompía una pierna a su jugador estrella? Solución: asegurar las piernas del portugués, su herramienta de trabajo, en 100 millones de euros.
Si hablamos de Cristiano, tenemos que hablar de Messi. El jugador argentino no iba a ser menos y, cuando tenía 20 años, viéndose ya la estrella mundial en que se iba a convertir, se aseguró sus piernas con una póliza de 50 millones de euros. Eso sí, lo hizo antes que Cristiano, por lo que no se sabe si, en esa particular guerra de cifras que mantienen ambos, en algún momento va a querer renovar la póliza al alza.
Y, tras hablar de los dos mejores delanteros del mundo, tal vez de la historia, hagámoslo del mejor portero de la historia de España, Iker Casillas, que pese a no estar viviendo su mejor temporada, puesto que no juega la Liga, sí lo hace en Copa y Champions, ha acumulado la mejor racha de imbatibilidad de su vida. En 2007, antes que Cristiano y Messi, el de Móstoles quiso prevenir posibles futuras lesiones y aseguró sus manos, que tanto gozo han dado a los madridistas y a los españoles, con una póliza de 10 millones de euros.
Nada que ver esos diez millones con los 148 millones de euros con los que aseguró Beckham no sólo sus piernas sino también su torso y su cara. Fue en 2006 y el inglés ya sabía que sus herramientas de trabajo, aparte de sus piernas, eran su torso y su cara. La imagen del atractivo maniquí inglés es una máquina de hacer dinero. Qué menos que ser precavido por si un incendio le destrozara la cara.
Y precavido quiso ser Fernando Alonso cuando firmó un seguro de vida con cobertura especial para sus pulgares con una póliza de 10 millones de euros. No cabe duda de que sus pulgares son esenciales para la conducción, así como para hacer el símbolo de OK cuando quiere agradecer a sus mecánicos e ingenieros una victoria.
A petición del equipo de la NBA de los Toronto Raptors, el ex jugador de la selección española y de otros equipos Jorge Garbajosa tuvo que asegurarse en 2007 los tobillos y el peroné. Era condición sine qua non para que el pivot de Torrejón pudiera disputar el Eurobasket 2007 celebrado en España. La Federación Española de Baloncesto tuvo que rascarse el bolsillo.
Y, para terminar, ¿quién no aseguraría las piernas de Ana Kournikova para que éstas existieran siempre? Pues no, ella no lo hizo, pese a que es una de sus grandes herramientas de trabajo, quizá más que el tenis. Lo que sí creyó fue que debía asegurar sus brazos con una póliza de 4 millones de dólares. Pese a todo, siempre destacó más por su belleza que por su juego en las pistas.
Así que id pensando en qué aseguráis… si esos brazos que tan buena función os hacen al levantar las jarras de cerveza en la barra de un bar mientras veis un partido de fútbol o ese cuerpo que desarrolláis cuando practicáis algun deporte aficionado como puede ser el running o el senderismo.
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