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Por Luis Murillo Arias  y Daniel Riobóo Buezo 

Si en 2018, por primera vez desde 2007 (entonces fue Kaká el galardonado), el Balón de Oro tuvo un dueño diferente a Leo Messi y Cristiano Ronaldo en el nombre de Luka Modric, pieza clave en el subcampeonato del mundo de Croacia y en la décimotercera Copa de Europa del Real Madrid, en 2019 y 2021 las cosas han vuelto a la normalidad. Leo Messi ha vuelto a ser el galardonado consiguiendo su séptima distinción (2009, 2010, 2011, 2012, 2015, 2019 y 2021) de las 12 que coronan a los dos astros del fútbol mundial del siglo XXI. Esta vez Cristiano quedó fuera del «podio» ya que el segundo clasificado ha sido el máximo goleador del año, el delantero polaco del Bayern de Múnich Robert Lewandowski, y el tercero el centrocampista italiano del Chelsea Jorginho. Ambos seguirán soñando con algo que, para muchos futbolistas igual o más talentosos que ellos, les fue imposible en el pasado.

Los grandes olvidados

«Yo merecí el balón de oro». Esta frase, que pocos futbolistas, además de Cristiano Ronaldo, se atreverían a pronunciar por pudor o por corrección política, podría ser expresada por varios grandes del balompie. En ocasiones debido a una bochornosa injusticia, por ocupar una determinada posición en el campo u otras por coincidir con otros extraterrestres de este deporte, no lograron alzarse con el galardón del Balón de Oro. Dicen que uno recoge lo que siembra, pero eso no siempre pasa, al menos en lo que a premios se refiere. Ya sea un Oscar, un Nobel, el Príncipe de Asturias o el Balón de Oro, todos los galardones que responden a criterios subjetivos tienden a la injusticia. Así, desde Deporadictos, donde ya nos hemos hecho eco de ilustres segundones del deporte, queremos pronunciar por ellos la frase: ellos merecían un balón de oro.

Hasta el año 1995 ningún jugador no europeo podía optar a conseguir el galardón. Esto quiere decir que jugadores como Pelé, Maradona, Zico, Romario o Francescoli se quedaron sin premio siendo, en el caso de los dos primeros, dos de los cuatro grandes del fútbol. Hasta la llegada de Messi, por supuesto. Pero vayamos con los que sí pudieron haberlo recibido y no lo hicieron.

Ferenc Puskas y Paco Gento 

Del famoso Real Madrid que arrasaba en Europa en la época de los años 50 se hicieron con el galardón Alfredo di Stefano y Raymond Kopa, pero hubo otros dos jugadores que debieron, en algún momento, ocupar el primer puesto en la lista del balón de oro: Puskas y Gento. El húngaro fue segundo en 1960 por detrás del español Luis Suárez. Apodado Cañoncito Pum Pum por su potente disparo de zurda, fue el máximo goleador del siglo XX. Ganó el oro olímpico en Helsinki en 1952 y fue finalista con la selección húngara, los magiares mágicos, en 1954 en Suiza. Con el Real Madrid obtuvo, entre otros títulos, cinco Ligas y tres Copas de Europa. Era una maquina de meter goles. De hecho, enchufó cuatro dianas en el considerado por muchos mejor partido de la historia, la final de la Copa de Europa de 1960: Real Madrid 7 – Eintracht de Frankfurt 3, disputado en Hampden Park. Sí, ese fue el año que quedó segundo y no se llevó el Balón de Oro.

Pero si Puskas mereció el galardón, también lo debió obtener otro que ni siquiera apareció nunca en la lista de los tres primeros: Paco Gento. El portentoso extremo izquierdo es el futbolista que más títulos de Liga tiene (12) y más Copas de Europa (6). Aunque algunos criticaron su fichaje por el Madrid pronto se hizo con la banda izquierda y se convirtió en un pilar del equipo blanco donde le apodaron La galerna del Cantábrico.

Franco Baresi y Paolo Maldini

Pocos defensas se han hecho con el Balón de Oro a lo largo de la historia. Exceptuando a Frank Beckenbauer, que lo obtuvo en 1971 y 1975, ningún otro se lo ha merecido más que los milanistas Franco Baresi o Paolo Maldini. Los últimos zagueros en conseguirlo fueron Matthias Sammer en 1996 y Fabio Cannavaro en 2006. Pero nada que ver con la elegancia, la solvencia y la capacidad para dirigir un equipo que la de los italianos del Milan más exitoso de la historia. Baresi, el maestro, ganó tres Copas de Europa con los rossoneri y seis Scudettos y fue campeón del mundo en 1982 en España. Por su parte, Maldini, su sucesor, consiguió siete Scudettos y cinco Copas de Europa. Paolo fue segundo en la lista del Balón de Oro en 1994. Es el jugador que más partidos ha disputado en la historia del Milan.

Baresi y Maldini, leyendas del Milan, nunca consiguieron el preciado trofeo.
Baresi y Maldini, leyendas del Milan, nunca consiguieron el preciado trofeo.

Raúl González Blanco

Recientemente retirado en el Cosmos de Nueva York, Raúl González Blanco, amado por unos y discutido por otros, sonó durante los mejores años de su carrera varias veces para hacerse con el Balón de Oro. El año que más cerca estuvo de conseguirlo fue 2001, en el que estuvo segundo de la lista por detrás de Michael Owen. Muchos consideran que fue uno de los galardones más injustos. Raúl conquistó tres Champions League con el Real Madrid (1998, 2000 y 2002) marcando en dos de las tres finales, 2 Copas Intercontinentales (1998 y 2002) marcando en una de las dos finales y seis Ligas españolas. Hasta hace poco  máximo artillero de la Champions League con 71 tantos su Ferrari, como lo denominó en una ocasión Fernando Hierro, ya no es el mejor coche ya que lo ha superado el Red Bull de Lionel Messi. Raúl no era un prodigio de técnica pero era el que mejor leía los partidos para estar siempre en el momento adecuado en el lugar idóneo.

Gianluigi Buffon e Iker Casillas

Si difícil es conseguir el premio siendo un defensa, mucho más complicado es lograrlo desde la portería aunque Manuel Neuer fue finalista en 2014 tras ser campeón del mundo con Alemania y de liga y copa alemana con el Bayern de Múnich. Sólo un guardameta ha sido galardonado con el Balón de Oro: Lev Yashin, La Araña Negra, en 1962. Los dos mejores porteros de los últimos años han sido Buffon y Casillas y quizá lo han merecido más que algunos jugadores de ataque. El primero fue campeón del mundo con Italia en 2006 y ocupó el número dos de la lista ese mismo año tras su compatriota Fabio Cannavaro. El español tiene en su haber tres Champions, dos Eurocopas y un mundial y, debido a las paradas imposibles que realiza, es apodado El Santo.

Casillas y Buffon, grandes desde la portería.

Xavi Hernández, Andrés Iniesta y Sergio Ramos 

Los dos jugadores clave junto a Messi de la colección de títulos del Barça más reciente son dos de los mejores centrocampistas de la historia, pero tienen la suerte y la desgracia de haber sido coetáneos del astro argentino. La suerte por haber compartido con él éxitos y juego en el mejor Barça de la historia. La dificultad reside en que estando él no ha sido posible que uno de los dos se alce con el galardón del Balón de Oro, pese a que ambos han deslumbrado con su fútbol asociativo, su visión de juego y los regates zigzagueantes en el caso de Iniesta, y, aparte de los numerosos títulos logrados con el Barcelona, han liderado la mejor selección española de la historia ganadora de un mundial (2010) y dos Eurocopas (2008 y 2012).

El caso de Sergio Ramos es similar. Pese a haber realizado una gran temporada 2017, tanto como central como por su aportación ofensiva para la conquista de la duodécima Champions madridista y la liga, el sevillano tenía en su mismo equipo a Cristiano Ronaldo que, a base de goles, eclipsó de nuevo sus posibilidades. Modric finalmente sí pudo lograr en 2018 algo que se les ha resistido a los mejores futbolistas españoles contemporáneos. Mientras, los candidatos a suceder en el trono del fútbol mundial a Messi y Ronaldo, el brasileño Neymar, el francés Mbappé o el noruego Haaland tendrán que seguir esperando su momento para estrenarse en el palmarés del trofeo. Al menos ellos todavía tendrán unos cuantos años para lograrlo y no unirse al selecto club de excelentes jugadores que nunca pudieron obtenerlo pese a haberlo merecido sobradamente.

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