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Por Luis Murillo Arias 

Posiblemente algunos recordaréis o habréis oído hablar del famoso anuncio de Nike con la selección brasileña en un aeropuerto. En él salían muchos jugadores de la Canarinha de aquella época como Ronaldo, Denilson o Roberto Carlos haciendo virguerías con un balón, dando toques sin dejarla caer, facilitándose pases de tacón y realizando disparos no dirigidos a portería con una extraordinaria precisión. Eso se llama fútbol freestyle. Consiste en expresarse con un balón de fútbol utilizando para ello cualquier parte del cuerpo, incluidas las manos. El fútbol freestyle ha existido siempre. Básicamente, aunque rudimentario, es lo que hace cualquier jugador de fútbol cuando es presentado con su nuevo equipo cuando realizan algunos toques y muestran algunas habilidades. Pero los verdaderos profesionales del freestyle son mucho mejores haciendo esto que cualquier futbolista de élite. Esto se empezó a convertir en una moda cuando en los 80 jugadores como Maradona o Hugo Sánchez hacían auténticas exhibiciones en los entrenamientos que eran recogidas por las cámaras de televisión.

Hace alrededor de 15 años, fundamentalmente a raíz de anuncios de televisión como éste, este deporte se hizo muy popular. Algunas marcas comerciales empezaron a fijarse en los más especialistas y fue cuando comenzaron los patrocinios. Existen campeonatos patrocinados por marcas, fundamentalmente Red Bull y, por supuesto, campeonatos locales, continentales y mundiales. Con la llegada de las páginas de vídeos como ‘Youtube’ todo se magnificó. Así, por ejemplo, un joven maravilló al mundo con sus extraordinarias habilidades con el balón: Soufiane Touzani. Su éxito en la red despertó el interés de marcas como la propia Nike. Los máximos exponentes ahora mismo son el británico Andrew Henderson, campeón del mundo, y el japonés Kotaru Tokuda, campeón de la Copa Red Bull, los dos torneos más importantes.

Los freestylers pueden demostrar sus habilidades sólo con las extremidades inferiores del cuerpo (empeines, rodillas, tacones, tibias, tobillos) o combinándolas con la parte alta (pecho, cuello, cabeza, codos, brazos, barriga, manos). Pueden realizar los trucos sentados, de pie, tumbados y hasta subidos a una farola. También pueden trabajar la precisión, por ejemplo, tratando de golpear una lata desde una larga distancia o colándola en un neumático desde lejos.

Sebastián Ortiz, un colombiano de apenas 18 años, representó a su país en el último campeonato mundial disputado en Italia. Llegó hasta los cuartos de final siendo el mejor representante de Latinoamérica. Gracias a ese resultado, recibió la llamada de patrocinadores y pudo empezar a hacer exhibiciones pagadas, lo cual puede ayudarle a pagar sus estudios de Administración y Dirección de Empresas. Proviene de una familia muy humilde y es que en muchos países de Latinamérica, el freestyle supone una buena salida para evitar caminos no tan prometedores, como la droga o la delincuencia. Hay freestylers que viven de lo que más les gusta, realizando exhibiciones pagadas por patrocinadores, por discotecas o por equipos de fútbol que quieren realizar espectáculos en los descansos de los partidos.

En el freestyle las mujeres tienen mucho más peso de lo que lo tienen en el fútbol tradicional. Es el caso de Indi Cowie, que lleva practicándolo desde los siete años y que su mayor éxito ha sido exhibirse ante 76.000 espectadores en un partido de la Premier League disputado en Old Trafford.

No todos los fútbolistas de élite pueden ser freestylers ni un freestyler tiene que ser necesariamente bueno jugando al fútbol tradicional. ¿Os animáis a practicarlo?

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