Unionistas de Salamanca, la pasión por un equipo de fútbol
Por Daniel Riobóo Buezo Seguir a @danirioboo
«Uno puede cambiar de cara, de casa, de familia, de trabajo, incluso de mujer o religión, pero hay una cosa a la que por mucho que lo intente nunca podrá renunciar. No puede cambiar de pasión, la pasión por un equipo de fútbol». Esta frase, fundamental en el desarrollo de la película ‘El secreto de sus ojos’ fue escrita por Eduardo Sacheri y Juan José Campanella, guionista y director de la fantástica y oscarizada cinta argentina. Representa perfectamente el caso que nos ocupa, el de unos aficionados que, hastiados de la pésima gestión del equipo de su vida, la Unión Deportiva Salamanca, decidieron homenajear al club de sus amores, el de los noventa años de historia y que siempre ha sido seña de identidad de la ciudad y la provincia de Salamanca creando un nuevo club para honrar la memoria del equipo de su vida, el mismo al que los últimos presidentes maltrataron movidos por intereses personales hasta hacer que desapareciera para después intentar comprar sin éxito una plaza en Segunda división B. Javier Tejedor, uno de los aficionados más fieles de la desaparecida Unión, es ahora el presidente de Unionistas de Salamanca C.F., un proyecto tan humilde como honesto que no pretende suplantar al club desaparecido, como claramente indican en sus estatutos, sino «solamente» honrar la memoria del equipo que siempre ha sido una de sus grandes pasiones. Conversamos con él para poder conocer mejor un proyecto tan ejemplar como romántico en el fútbol español.
¿Cuándo y por qué surge la idea de fundar Unionistas de Salamanca C.F.?
La idea surge una semana después de la desaparición del club en junio de 2013, ya que la gran mayoría de aficionados del club, especialmente las peñas, nos quedamos huérfanos del sentimiento que teníamos hacia nuestro club, de lo que significaba el Unionismo en Salamanca. Pensamos en que sería posible y, realmente, lo único que podíamos hacer para seguir manteniéndolo era fundar un club nuevo en el que nosotros pudiéramos decidir, establecer los estatutos y en el que las decisiones, incluso los símbolos del club, sean establecidos por los propios socios. Así empezamos, con presentaciones a diferentes peñas y luego abriéndonos a otros estamentos de la ciudad y así hemos ido creciendo hasta lo que somos hoy.
En los estatutos del club claramente señaláis que Unionistas de Salamanca no pretende suplantar en ningún momento a la Unión Deportiva Salamanca sino honrarla y recordarla. ¿Tan maltratada ha sido en los últimos años?
Si, en Salamanca merecía mucho más respeto por parte de todos, de los medios de comunicación, de las propias instituciones y de los ciudadanos. Es una institución que ha dado mucho a Salamanca y a la que se le ha dejado morir y casi se la ha matado. A nosotros nos dolía mucho que la persona que la mató o que tuvo gran responsabilidad de ello, que fue el señor Juan José Hidalgo, quisiera fundar un nuevo club aprovechándose de las categorías que había ganado la Unión Deportiva Salamanca y quisiera que fuera el mismo club con el mismo escudo… -Tras descender a tercera y posteriormente desaparecer, su nuevo intento de comprar una plaza en Segunda División B finalmente fracasó-. A nosotros nos parecía aberrante y por eso quisimos establecer una diferencia muy clara. Nosotros no pretendemos ser la UD Salamanca ya que desapareció, sino mantener el sentimiento que teníamos hacia ella y recordar lo que fue pero no somos la UD Salamanca, queremos dejarlo muy claro porque en otros sitios de España se han refundado clubes y a veces no se sabe ya si es el mismo club de antes o uno nuevo pero nosotros no queremos que esto ocurra ni que haya ninguna confusión.
El proyecto echó a andar en verano 2013 y el 3 de septiembre de 2014 disputará su primer partido oficial contra la UD Santa Marta, ¿Cómo ha sido el recorrido en todo este tiempo y cuales han sido las mayores dificultades que os habéis encontrado?
El proyecto se puso en marcha en junio de 2013 y el club con sus estatutos y primera directiva se fundó el 26 de agosto. El recorrido ha sido muy duro porque el proceso de creación de un club es mucho más complejo de lo que la gente piensa, primero a nivel administrativo y legal y segundo porque éramos unos desconocidos, partíamos de la categoría más baja y nos ha costado mucho esfuerzo llegar a la población. Al principio nuestra única forma fue a través del boca a boca y de las redes sociales y luego gracias al magnífico trabajo de la gente que tenemos en marketing y publicidad hemos conseguido que el número de gente alcanzada consiguiera crecer a nivel exponencial y gracias a hacernos un hueco en los medios de comunicación tradicionales y digitales ha hecho que podamos superar ya los 1600 socios. En cuanto a las dificultades, millones, convencer a muchas partes para que confíen en nosotros, a un cuerpo técnico, a las instituciones, a los patrocinadores…De ser nada a ser lo que somos hoy hay muchísimo trabajo detrás que a veces se ve reflejado en frustraciones o en problemas internos pero que hemos conseguido superar.
El club parte de la primera división provincial y, recoge en su escudo la frase latina «Ad astra per aspera», a las estrellas por el camino más difícil, ¿Cual es el objetivo deportivo a medio y largo plazo? ¿Pretendéis devolver a la ciudad de Salamanca al sitio que le pertenece históricamente en el fútbol español?
El lema «Ad astra per aspera» es en comparación con otros clubes que han preferido aprovecharse de las categorías deportivas que ganaban otros y lo único que ofrecen al aficionado es una categoría deportiva. En cambio, nosotros ofrecemos un modelo distinto de club en el que pensamos que las categorías hay que ganarlas en el terreno de juego y, cuando lleguemos a divisiones superiores, será porque nos lo hemos ganado deportivamente y estaremos muy orgullosos de ello. En cuanto al objetivo a medio plazo, «modo Simeone on», queremos llegar lejos, poco a poco, aunque sí pretendemos llegar a una división nacional lo antes posible, dos divisiones más de las que tenemos, tenemos el potencial para conseguirlo por masa social y presupuesto, tampoco hay que ser ciegos. Subir de tercera ya es más complicado, como hemos visto en el caso de clubes como el Oviedo, y dependerá de los apoyos que podamos seguir teniendo y de nuestra propia manera de hacer las cosas. Lo bueno de Salamanca es que, a diferencia de otras provincias, hay menos categorías. Solamente hay una división provincial y una regional así que, si se dieran las cosas bien, en dos años incluso podríamos estar en tercera división que es ya una categoría nacional. De hecho la Unión cuando desapareció estaba en Segunda división B por lo que no está tan lejos. Hemos hecho un proyecto con jugadores firmados por dos temporadas y la mayoría son jugadores de tercera por lo que tenemos expectativas de poder ir ascendiendo lo más rápido posible.
Al no ser gestores profesionales sino que venís de otros ámbitos profesionales, ¿Habéis tenido algún padrino que os haya guiado? ¿Qué problemas os habéis encontrado a la hora de poner en marcha vuestro proyecto?
Padrinos hemos tenido pocos, dificultades muchas y de todo tipo, hay muchos problemas que te vas encontrando, por ejemplo nos ha costado mucho conseguir tener nuestro propio terreno de juego, algo que hemos cerrado hace poco. Ha sido difícil convencer a la gente de que somos un club real. Durante meses no teníamos ni terreno de juego, ni jugadores ni equipo técnico. Hemos afrontado muchísimas críticas exteriores ya que nos venían como un club virtual. A partir de ahí nos ha aconsejado gente del fútbol de Salamanca y nuestro entrenador lo ha hecho desde enero sobre qué pasos dar en el área deportiva. Otro gran inconveniente ha sido la formación de las categorías inferiores que a día de hoy tienen 9 equipos y más de 130 niños, algo que ni nos planteábamos en el origen del proyecto. Esto también nos ha generado conflictos con otros clubes ya que estos 130 niños se han movido de otros clubes al nuestro. El fútbol es un terreno difícil en el que moverte y no muchas veces encuentras facilidades.
Formáis parte de una curiosa iniciativa recogida en el manifiesto de los clubes populares, que aboga por la propiedad comunitaria y contra el fútbol negocio. ¿Puedes contarnos algo más de ella?
No me gusta demasiado el concepto de propiedad comunitaria, creo que los clubes tienen que ser como han sido hasta ahora, clubes de socios en donde el aficionado pueda tener voz y voto para elegir a sus dirigentes y tener acceso a toda la información. No estoy de acuerdo con que una persona sea el dueño de un club y quien tome todas las decisiones y los aficionados, en lugar de usuarios, se conviertan en clientes. Ese concepto no me gusta, sino en el que el aficionado puede considerarse parte de su club, es lo que nosotros defendemos y no el del señor millonario dueño absoluto del club ya que creemos que esto hace que el aficionado se sienta cada vez más identificado con sus colores.
¿Qué piensas de los directivos que quieren medrar personalmente o con sus empresas a través del fútbol?
Es algo que está muy instaurado, no solo ocurrió en Salamanca sino en otros clubes y esto provoca que muchos se acaben endeudando llegando incluso a desaparecer. Nos parece un camino muy equivocado y a nosotros nos gustaría que se empezara a enfocar el fútbol en esta otra dirección, más dirigido al aficionado, hacia un modelo de club en el que se pueda sentir identificado y decidir. Pero hay un largo camino por delante y estamos muy lejos de ello, especialmente en las divisiones más bajas.
En Unionistas de Salamanca tenéis la peculiaridad de que contáis con los socios para muchas cosas como por ejemplo para nombrar el torneo de presentación oficial o tomar otras decisiones. ¿En qué más contáis con ellos y por qué lo hacéis?
Como un club nuevo, si queremos convencer a la gente de que sea parte de Unionistas, tenemos que dejar que ellos decidan como quieren que sea su club. Entonces han tomado decisiones tan importantes como elegir el escudo del club o el himno a través de concursos abiertos, los colores en las equipaciones, han podido elegir a su junta directiva, ahora el nombre del torneo de presentación y tienen el foro del club siempre abierto para cualquier tipo de propuesta, creo que más es imposible y sabemos que los socios se sienten muy contentos y orgullosos de haber podido participar tanto. Todo esto hace que se sientan parte y dueños del club, que es lo que son.
Hasta ahora la respuesta entre los aficionados y los patrocinadores ha sido muy positiva teniendo en cuenta que el equipo va a empezar a competir desde la categoría provincial. ¿Qué es lo que más os ha emocionado en la gran acogida que el equipo está teniendo?
Hasta ahora tenemos 1650 socios y lo que más me ha emocionado han sido las dos asambleas públicas con una gran asistencia, a pesar de que permitíamos el voto online y las elecciones de los símbolos también han sido muy emocionantes, especialmente la elección del escudo ya que el ganador del concurso pronunció un discurso muy emotivo. Y creo que aún más emocionante va a ser el momento en el que salgan los jugadores a jugar el primer partido. También lo ha sido cuando presentamos las categorías inferiores con más de 200 niños con sus padres, todos ellos muy ilusionados. Y, por supuesto, salir a la calle y cruzarme con alguien que lleva la camiseta del club.
Además de honrar y recordar a la Unión Deportiva Salamanca, Unionistas también nace con objetivos sociales ambiciosos. ¿Cuales son?
El grupo de clubes populares que se está formando también tiene iniciativas sociales con las que estamos de acuerdo. Somos un club de Salamanca y queremos implicarnos totalmente con la ciudad, siempre es positivo y traerá beneficios para la misma. Pero también nos gustaría realizar actividades con los desfavorecidos, con los niños, o por ejemplo ya hemos hecho una recogida de alimentos en la que nos hicimos con casi 500 kilos que entregamos al banco de alimentos y también nos involucraremos en temas de recogida de juguetes y en cualquier otra iniciativa en la que podamos colaborar con la ciudad. Queremos que la ciudad nos sienta como algo propio.
El compromiso y la exigencia de presidir Unionistas te implica una dedicación total fuera de tu horario laboral. ¿Cómo afecta a tu vida personal?
Hay días en los que hasta me arrepiento porque tener el cargo de presidente es una responsabilidad enorme, a pesar de creer que no significa ser más que nadie por el concepto que tenemos de club en el que los socios son parte fundamental. No lo veo solo como un cargo de mando pero si es verdad que me está dando muchísimo trabajo, responsabilidad y preocupaciones. He tenido que dejar muchos eventos sociales, familiares, no poder ir a animar a la selección al mundial como en otras ocasiones. No creo que vaya a durar muchas «legislaturas» ya que es una responsabilidad muy grande pero también es muy gratificante y cuando empecemos a jugar partidos por fin veremos el retorno de esta inversión de esfuerzo que hemos hecho.
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