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Por Luis Murillo Arias

Dicen que España llega a este mundial de 2014 celebrado en nuestro país con la mejor selección nacional de la historia, tras los éxitos de los últimos ocho años y con un equipo en un punto de madurez óptimo. El resultado del Mundial dictará si esta afirmación está en lo cierto o no. A esta excelencia de la selección contribuyen, no sólo la colección de estrellas nacionales con experiencia en la NBA, sino también un jugador nacido en El Congo, Serge Ibaka, nacionalizado español tras terminar de formarse como baloncestista en la ACB, aunque actualmente juega para los Thunder de Oklahoma. Un jugador, sin duda, clave en el equipo dirigido por Juan Antonio Orenga.

No es el único jugador no nacido en España que la Federación deseaba que estuviese en el Mundial.  El hasta la temporada pasada ala-pivot del Real Madrid, Nikola Mirotic, nuevo integrante de la plantilla de los Chicago Bulls, podría haber formado parte del equipo nacional si la FIBA, que sólo permite un nacionalizado por país, hubiera aceptado la propuesta de la Federación Española de tomar el caso de Mirotic como asimilado. Éste ha disputado torneos internacionales con las categorías inferiores de la selección española.

Serge Ibaka es el jugador nacionalizado hoy por hoy de la selección española.
Serge Ibaka es el jugador nacionalizado hoy por hoy de la selección española.

No son los únicos casos de jugadores no nacidos en España que han disputado torneos importantes con el equipo nacional, una práctica muy habitual y que, en algunas ocasiones, ha ayudado a los nuestros a dar un salto de calidad. Por este motivo hemos decidido recordar las historias de aquellos que, pese a proceder de otros lugares, lo dieron todo por la camiseta roja de España en el baloncesto.

Los norteamericanos, el grupo más nutrido

Los que mayor huella dejaron fueron Wayne Brabender y Clifford Luyk, ambos venidos al Real Madrid de la mano de Pedro Ferrándiz. La nacionalización del primero fue gestionada por Raimundo Saporta y supuso un escándalo para la sociedad patria de la época. Tenía un extraordinario tiro exterior y aún posee el récord de tiros libres consecutivos en un campeonato del mundo, 39, conseguido en Puerto Rico 1974.  Luyk, por su parte, era un extraordinario pivot a quien caracterizaba su tiro de gancho con el brazo totalmente estirado. Ambos contribuyeron a la plata lograda en el Europeo de Barcelona de 1973.

Clifford Luyk posando con la Copa de Europa junto a Santiago Bernabeu.
Clifford Luyk posando con la Copa de Europa junto a Santiago Bernabeu.

Más recientemente, aunque en una época menos exitosa que la que estamos viviendo desde hace 8 años, estuvieron en la selección Johnny Rogers, Mike Smith y Chuck Kornegay.

El primero de ellos, Rogers, jugó como ala-pivot en el Real Madrid, Pamesa Valencia, C.B. Murcia, Cáceres C.B y Caprabo Lleida. Tuvo 16 apariciones con la elástica roja en la preparación y los Juegos Olímpicos de Sidney. Su labor era la de aportar rebote al equipo, pero, como todos en aquel campeonato, no estuvo a la altura. La selección se trajo a España el noveno puesto.

Mike Smith jugó bajo los colores españoles los europeos de 1995 y 1997. Militó en España en el Maristas Málaga, Joventut , el Real Madrid, el C.B. Sevilla y el Lucentum Alicante. Era un auténtico atleta, enorme reboteador y especialista en mates.

Por su parte, el pivot Chuck Kornegay fue con el combinado nacional medalla de bronce en el Eurobasket de Estambul en 2001. Especialista del rebote y la defensa, su rendimiento bajaba cuando la cosa iba de atacar. En España jugó en el Caja San Fernando, Fuenlabrada, Unicaja de Málaga, Llanera Menorca y Etosa Alicante. Fue subcampeón de la Liga ACB en dos ocasiones con dos equipos distintos.

España también pescó en Latinoamérica

Ya en 1935, la selección española disputó un campeonato en Ginebra con un equipo en el que aparecían jugadores nacidos fuera de nuestras fronteras. Era el caso de dos cubanos hijos de vascos, los hermanos Emilio y Pedro Alonso Arbeleche, el salvadoreño Rafael Martín y el costarricense Rafael Ruano.

Dieciséis años después, en 1951, los puertorriqueños Guillermo Galíndez AnteloFreddy Borrás Blasco integraron el equipo español que disputó los primeros Juegos del Mediterráneo en Alejandría. El equipo nacional se hizo con la plata frente al país organizador del torneo.

En los años 60 vistieron los colores españoles el argentino José Luis Beltrán de la Saletta y el vasco-venezolano Juan Bautista Urberuaga.

El venezolano José Luis Indio Díaz fue plata en el europeo junior de Roseto de 1978. No pudo ir a la Olimpiada de Moscú de 1980. Pese a todo, jugó 18 partidos con la absoluta. Le caracterizaba su garra y pundonor, pero sus débiles tobillos le obligaron a retirarse pronto.

El argentino Juan Domingo de la Cruz, pivot no siempre reconocido del FC Barcelona, vistió la camiseta roja hasta en 131 ocasiones, siendo parte del equipo que consiguió la plata en los JJOO de Los Ángeles de 1984 y en el europeo de Nantes del año anterior. Fue una nacionalización problemática, puesto que había disputado partidos con la selección argentina junior. Era un pivot que destacaba por su rapidez más que por su corpulencia. También jugó en el Taugrés Vitoria, el Basquet Manresa y el Fórum de Valladolid.

El argentino Juan Domingo de la Cruz ganó dos medallas de plata con la selección española.
El argentino Juan Domingo de la Cruz ganó dos medallas de plata con la selección española.

Sí estuvo en Nantes’83, pero no en Los Ángeles’84 por su carácter contestatario el dominicano Chicho Sibilio, jugador en España de FC Barcelona y Taugrés Vitoria. Para el recuerdo quedarán sus 26 puntos en la semifinal del europeo de Nantes. Fue considerado uno de los mejores aleros de su época en Europa, destacando por su técnica y por su tiro de larga distancia.

Europeos que se nacionalizaron españoles

El caso más llamativo fue el del alero que integró el Real Madrid, Chechu Biriukov, hijo de una de las niñas que abandonaron España desde Bilbao en el buque Habana durante la guerra civil española. La madre de Chechu siempre quiso volver a su país de origen y las cualidades baloncestísticas de su hijo se lo permitieron. Nacido en Moscú, fue un gran lanzador de tres puntos y también destacaba en el uno contra uno en el poste bajo. Antes de jugar con la selección española disputó algunos partidos con el combinado nacional ruso. No tuvo suerte en la época que le tocó vivir por la escasez de títulos del Real Madrid y la mala imagen de la selección española en los Juegos Olímpicos de Seúl y de Barcelona. Podéis leerle en una interesante entrevista en Jot Down en la que se expresa sin pelos en la lengua.

Otro hijo de padres españoles, pero nacido en Alemania, fue el pivot Silvano Bustos García. Su mayor éxito con la selección fue el bronce de Roma’91. Jugó en el Fórum Filatélico Valladolid, el Elosúa León, el C.B. Murcia y el Festina Andorra. Tuvo que dejar prematuramente el baloncesto por una grave lesión.

Todos ellos se unen a Serge Ibaka y, quién sabe si finalmente a Mirotic, en la lista de jugadores extranjeros que integraron la selección española de baloncesto y que ayudaron a nuestro país en muchas ocasiones a alzarse con medallas importantes a nivel internacional. Si es así, bienvenidos sean.

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