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Por Daniel Riobóo Buezo 

Admirado por su maravilloso ejemplo de superación, la caída a los infiernos del atleta sudafricano Oscar Pistorius ha conmocionado al mundo del deporte. Tras un largo proceso judicial, el campeón paralímpico ha sido condenado a quince años de prisión por el asesinato a tiros de su novia Reeva Steenkamp. La nueva condena del Tribunal Supremo de Apelación sudafricano acepta el recurso de la Fiscalía que pedía un endurecimiento de la condena de cinco años de homicidio que pesaba sobre él por lo ocurrido aquel 14 de febrero de 2013. Hasta ese momento, y tras triunfar en los Juegos Paralímpicos y competir después con el resto de atletas en los Juegos Olímpicos de Londres, Pistorius era apreciado y respetado y las marcas se lo disputaban, las mismas que poco después le retiraron su apoyo.

Aquel 14 de febrero todo se estropeó, sin razón aparente. Por motivos aún sin aclarar, puede incluso que por un ataque de celos, su mente se nubló hasta desencadenar la tragedia y el ídolo se convirtió de repente en un ángel caído. Pero el crimen de Pistorius y su ingreso en la cárcel no es el primero de un gran deportista. Antes que él, otros ya tuvieron que pasar un tiempo entre rejas. Empezando por su deporte, quizá el ejemplo más sonado en el atletismo fue el de la ex reina de la velocidad Marion Jones por su implicación en el escándalo de dopaje conocido como «caso BALCO», el laboratorio suministrador de sustancias dopantes de gran parte de la velocidad estadounidense de la época. La consecuencia de su participación en dicho programa de dopaje hizo que Jones perdiera sus cinco medallas olímpicas de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 y que cumpliera una condena de seis meses de prisión por perjurio, al mentir mientras declaraba bajo juramento durante la celebración del juicio.

Marion Jones fue desposeída de sus 5 medallas olímpicas por el escándalo de dopaje del «Caso Balco»

Los futbolistas encarcelados

En el fútbol también ha habido varios jugadores mezclados en asuntos turbios. Por ejemplo, el carismático portero colombiano «El Loco» René Higuita. Sus vínculos con el jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar, le dieron sus primeros problemas en una época en el que el narcotraficante imponía su ley en el fútbol en Colombia. Higuita fue a prisión en 1993 durante varios meses al mediar en el secuestro y posterior liberación de la hija de un amigo, algo prohibido por ley. Unos años después, otro colombiano, Freddy Rincon, que jugó en el Real Madrid, fue arrestado en 2007 en Brasil por un caso de lavado de dinero proveniente del narcotráfico y pasó cuatro meses en una cárcel de Sao Paulo. Al igual que Higuita, quien también pisó la prisión, aunque sólo durante cuatro días, fue su compañero de generación Carlos «El Pibe» Valderrama, tras golpear a un policía

René Higuita, espectacular en los terrenos de juego y polémico fuera de ellos.
René Higuita, espectacular en los terrenos de juego y polémico fuera de ellos.

Otro arresto sonado fue el del delantero brasileño Edmundo. El “animal” se vió implicado en 1999 en un trágico accidente de tráfico en el que murieron tres personas y fue condenado a cuatro años de cárcel, aunque pudo evitarla gracias a su equipo de abogados aunque en 2011 volvió a ser detenido tras reabrirse el caso. También brasileño, quién no pudo evitar la prisión fue el ex portero del Flamengo Bruno Fernandes que en 2010 contrató a una banda para que secuestrara a su ex novia Eliza Samudio al negarse esta a abortar del hijo que Fernandes no deseaba tener. Tras el secuestro Samudio fue brutalmente violada y asesinada por los sicarios. La investigación del crimen condujo inevitablemente a Fernandes que fue condenado a cuatro años y medio de cárcel.

 

 

El otro caso célebre en en mundo del fútbol fue el del jugador tunecino Nizar Trabelsi quien, tras desarrollar su carrera en Alemania, fue condenado a diez años de prisión por su supuesta colaboración con Al-Qaeda. Trabelsi fue detenido pocos días después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 acusado de haber tenido reuniones secretas en Afganistán con Osama Bin Laden y, tras el juicio, fue condenado en 2003.

La NBA, territorio comanche

El baloncesto tampoco se ha librado de ver cómo algunas de sus estrellas pasaban un tiempo en la sombra. Por ejemplo, Charles Barkley que, ya retirado, fue condenado en 2009 a unos días de cárcel por un episodio etílico-sexual. Y curiosamente, el bautizado como ‘nuevo Barkley’ de la NBA, Byron ‘Animal’ Houston, que no pudo triunfar finalmente en Estados Unidos y, tras su paso por la liga ACB, fue condenado a 4 años de cárcel en 2007 por masturbarse medio desnudo en la vía pública.

Más grave fue el caso de Eddie Jonson Jr, jugador de Atlanta Hawks y ‘All Star’ en 1980 y 1981, que fue condenado a cadena perpetua en 2008 por forzar sexualmente a una niña de 8 años. Mejor suerte corrió Allen Iverson, que en sus tiempos en el instituto fue condenado a 4 años de cárcel por participar en una pelea, pero tras pasar cuatro meses en un correccional fue perdonado para que pudiera fichar por la Universidad de Georgetown y comenzar su exitosa carrera. Pero el caso de Iverson no es el único, ya que ha habido varios casos en la NBA, donde las pistolas y el acoso sexual han dado más de un problema a algunas estrellas como Gilbert Arenas o Kobe Bryant, aunque al final pudieron evitar la cárcel ya que en Estados Unidos un buen equipo de abogados suele ser una garantía para seguir gozando de la libertad pese a los «pecadillos» cometidos.

Mientras, en Europa, los gemelos lituanos Darius y Ksystof Lavrinovic, ahora jugadores consolidados, fueron condenados a cinco años de prisión al inicio de su carrera por una presunta violación, aunque la condena quedó reducida a la mitad al ser acusada la demandante de falso testimonio.

Los gemelos Lavrinovic han conseguido triunfar en el baloncesto europeo tras pasar por la cárcel (Foto: Euroleague.net)

Los casos en el mundo del boxeo y el fútbol americano

Otro de los deportes con mitos que acabaron entre rejas es el boxeo, como el ex púgil argentino Carlos Monzón, auténtico dominador de los pesos medios en la década de los setenta. Años después de retirarse, Monzón fue declarado culpable por el homicidio de su esposa Alicia Muñiz, tras caer esta desde el balcón de la casa en la que vivían en la ciudad de Mar del Plata. Para expiar su culpa, Monzón fue condenado a 11 años de prisión en 1998 y, siete años después, cuando disfrutaba de un régimen de semi libertad que le permitía trabajar, murió en un accidente automovilístico en uno de sus permisos.

De la prisión tampoco se libró en 1992 Mike Tyson, ganador en dos ocasiones del título mundial de los pesos pesados durante los ochenta y que fue condenado a diez años, seis en prisión y cuatro de libertad condicional, por la violación de una mujer de 18 años llamada Desiree Washington aunque, tres años más tarde, Tyson obtuvo la libertad.

Mike Tyson pasó de la gloria en los cuadriláteros a la cárcel por violación.

Antes de dejar el ring, hay que mencionar también el caso del ocho veces campeón de Europa de los pesos ligeros, el español Poli Díaz. En uno de los episodios más controvertidos de su azarosa vida, en 2004, dio con sus huesos en la cárcel tras agredir con un pico a un hombre. Aunque aseguraba que lo hizo por defender a un anciano que estaba siendo atracado, pasó cuatro meses en la antigua prisión de Yeserías. Posteriormente, Poli Díaz se ha visto envuelto en numerosos casos episodios conflictivos y su presencia en las páginas de tribunales suele ser habitual.

En este repaso a los deportistas que han pisado la cárcel, no podíamos olvidarnos del más mediático de todos, el caso de O. J. Simpson, la estrella de fútbol americano que fue acusado por homicidio de su ex esposa y de un amigo de ella en 1994. Simpson fue absuelto en el proceso penal gracias al gran trabajo de su prestigioso equipo de abogados aunque si fue condenado por una corte civil y casi nadie creía en su inocencia debido a la gran cantidad de pruebas que le inculpaban. Mucho después, en 2008, fue declarado culpable de otro delito por secuestro y robo a mano armada y esta vez si terminó pagando por sus delitos con una condena a quince años de prisión. Como curiosidad, Simpson destacó como actor en numerosas producciones de Hollywood y James Cameron barajó que interpretara el papel de Terminator pero, finalmente, no creyó que «el chico fuese un despiadado asesino» y lo descartó. Unos años después, la realidad superó ampliamente la ficción.

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