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Por Luis Alberto Martínez  y Daniel Riobóo Buezo 

Abril es probablemente el mes preferido para los aficionados a las Clásicas del calendario ciclista con la celebración del Tour de Flandes el día 4, la Paris-Roubaix que finalmente traslada su fecha del 11 de abril al 3 de octubre, la Amstel Gold Race el 18, la Flecha Valona el 21 y la Lieja-Bastoña-Lieja el 25. Un auténtico festín para los amantes de las pruebas de un día sobre las dos ruedas. Si hay dos pruebas emblemáticas cada temporada, éstas son el Tour de Flandes y la París-Roubaix. Pero las otras tres Clásicas de la Trilogía de las Ardenas no se quedan atrás en espectacularidad. ¿Os atrevéis a hincarle el diente a los adoquines y a los muros?

Fabian Cancellara asciende uno de los muros del Tour de Flandes 2013 (Foto: www.cronoramia.com)
Fabian Cancellara asciende uno de los muros del Tour de Flandes 2013 (Foto: www.cronoramia.com)

La pregunta es tremendamente oportuna, dado lo relativamente desapercibidas que pasan en España dichas carreras de un día, especialmente las dos primeras. Y no sólo por parte del aficionado medio, sino también debido a la poca importancia que le han prestado los directores deportivos a lo largo de la historia de nuestro ciclismo. Salvo la honrosa y meritoria participación de Juan Antonio Flecha y Miguel Poblet, el resto del pelotón español pasó sin pena ni gloria por dichos mitos ciclistas. Craso error, puesto que corredores corpulentos como Miguel Induráin, Txente García-Acosta o José Antonio González Linares podían haber optado al triunfo en las carreras de pavé. Las dos carreras forman parte además de las cinco pruebas conocidas como «monumentos del ciclismo» junto a la Milán-San Remo, la Lieja-Bastoña-Lieja y el Giro de Lombardía, carreras en las que los ciclistas españoles sí han podido inscribir sus nombres. Alejandro Valverde lo ha logrado ya en cuatro ocasiones en Lieja (2006, 2008, 2015 y 2017) y este año buscará igualar con cinco a Merckx, Óscar Freire lo hizo en San Remo en tres ocasiones (2004, 2007 y 2010) y Joaquín «Purito» Rodríguez  en Lombardía en 2012 y 2013.

Los muros de Flandes

El Tour de Flandes cumplió en 2020 ciento cuatro ediciones. Es una carrera altamente exigente en lo físico y lo táctico. A su largo kilometraje debe sumarse la gran cantidad de subidas (muros), en gran parte adoquinadas, lo que la convierte en una prueba espectacular y emocionante. Ha cambiado en numerosas ocasiones de recorrido, pero siempre quedan en la memoria los muros de Grammont (o Kapelmuur), Paterberg o Bosberg, con rampas adoquinadas del más de 20 %. En dichos muros se suele decidir la prueba, con ataques de gran potencia. La clásica flamenca recorrerá en esta edición 2021 254 kilómetros para buscar sucesor al holandes Mathieu van der Poel que se impuso en octubre tras haberse aplazado la prueba por la pandemia.

Tradicionalmente, la carrera es seguida con verdadera pasión por el público flamenco, ansioso por ver a sus ídolos retorcerse por los muros de adoquín. No en vano, los belgas y, en especial, los flamencos, han copado el mayor número de triunfos en esta prueba. Hasta tres victorias han conseguido tres ilustres flamencos como Eric Leman en los años 70, Johan Museeuw en los 90 o Tom Boonen en el siglo XXI. El suizo Fabian Cancellara también sumó tres victorias si bien en 2016, en su última participación antes de su retirada, tan «sólo» pudo ser segundo tras el majestuoso Peter Sagan. El triple campeón del mundo será este año de nuevo uno de los favoritos junto al vencedor de 2015, el noruego Alexander Kristoff, a Philippe Gilbert, campeón en 2017 y a los holandeses Niki Terpstra y Mathieu Van der Poel, los dos últimos vencedores, sin olvidarnos de otros clasicómanos como Wout Van Aert, Greg Van Avermaet, Julian Alaphilippe o Michal Kwiatkowski en una prueba donde los ciclistas españoles raramente brillan. La mejor participación española fue el segundo puesto de Miguel Poblet en 1958 y el tercer puesto de Juan Antonio Flecha en 2008. En las últimas ediciones, solo ha habido dos españoles en el top ten. En 2016 el mejor español fue Imanol Erviti con un meritorio séptimo puesto mientras en 2019 Alejandro Valverde logró el octavo. Este año Iván García Cortina y el incombustible Erviti encabezan la participación española.

Con esta eufórica celebración llegó a meta Philippe Gilbert, vencedor en Flandes en 2017. (Foto: Cycling Weekly).
El pavé del infierno del norte

En cuanto a la París-Roubaix, o «el Infierno del Norte» como suele denominarse, se trata de otra carrera para espíritus indomables. El pavé o el empedrado ocupa una gran parte del kilometraje, lo que la convierte en posiblemente en la clásica de un día más emblemática del calendario. Estos tramos o sectores de pavé, cerca de treinta, se caracterizan por el mal estado del piso y por la dificultad extrema de transitarlo en días de lluvia. Míticas han sido las ediciones con precipitaciones en las que los corredores llegaban a meta con los rostros llenos de barro.

El irlandés Sean kelly venció dos veces en la Paris-Roubaix, probablemente la carrera más dura del calendario ciclista.
El irlandés Sean Kelly venció dos veces en la Paris-Roubaix, probablemente la carrera más dura del calendario ciclista.

La París-Roubaix es pura épica y tradición ciclista desde 1896 y muchos tramos de pavé se conservan únicamente con el fin de su celebración anual. Su recorrido no es apto para ciclistas timoratos. Especialmente significativas son las numerosas caídas y pinchazos que deciden, en gran medida, la resolución de la prueba. En esta carrera son altamente considerables otros factores además de la condición física. De hecho, en muchas ediciones no gana el corredor más fuerte, sino el que ha tenido mayor fortuna a la hora de evitar llantazos, reventones de tubulares o resbalones y tropezones sobre la superficie del adoquinado. Aunque el mítico Hinault se encargó de desmontar este argumento en la célebre edición de 1981. Tras una aparatosa caída, «el Caimán» logró reincorporarse al grupo cabecero y vencer la prueba de una forma magistral.

Como puntos estratégicos y emblemáticos de la París-Roubaix cabe destacar los tramos cinco estrellas de mayor dureza, como los del Bosque de Arenberg o el Carrefour de L’Arbre, o la preciosa llegada en el velódromo de Roubaix, en el que se recorre una vuelta y media antes de la resolución final.  Juan Antonio Flecha ha sido nuestro mejor representante en el pavé de la prueba francesa, llegando a ocupar el segundo puesto en la edición de 2007 o el tercero en 2005 y 2010. Bravo como pocos, el corredor catalán nacido en Buenos Aires había declarado en más de una ocasión que no no quería retirarse sin lucir en su palmarés la Clásica del norte de Francia aunque finalmente no pudo ver cumplido su sueño. Tras más actuaciones de Flecha en el top ten, el puesto más meritorio entre los españoles desde entonces ha sido para Imanol Erviti con un noveno lugar en 2016.

En el palmarés histórico de la París-Roubaix también sobresalen los belgas, con las cuatro victorias de Tom Boonen y de Roger de Vlaeminck mientras con tres se sitúan los también belgas Gaston Rebry,  Rik Van Looy y Johan Museeuw, el pionero francés Octave Lapize, el italiano Francesco Moser y el suizo Fabian Cancellara, vencedor en Roubaix y en el Tour de Flandes de 2013, un doblete sólo conseguido por Roger de Vlaeminck en 1977 y por Tom Boonen en 2005 y 2012.  En 2016 se produjo una de las grandes sorpresas en la historia de la carrera con la victoria del semi desconocido australiano Matthew Hayman por delante de Tom Boonen mientras que Greg Van Avermaet consiguió en 2017 que las dos grandes clásicas se quedaran en Bélgica al vencer al checo Zdenek Stybar, segundo ya en dos ocasiones. En las dos últimas ediciones, el inimitable Peter Sagan logró añadir otro triunfo de prestigio a su deslumbrante palmarés en 2018 mientras en 2019 el vencedor fue el belga Philippe Gilbert. Entre los favoritos mencionados anteriormente para Flandes debería salir el vencedor ya que es extraño que se produzcan grandes sorpresas como la de 2016 en Roubaix por la enorme exigencia de la prueba. ¿Os hemos convencido de la espectacularidad de las pruebas de pavé? ¿Necesitáis más argumentos para disfrutar con la dureza de los muros de Flandes o los tramos cinco estrellas de la París-Roubaix? La cita con Flandes es el domingo 4 de abril mientras la París-Roubaix se ha pospuesto finalmente para el 3 de octubre, una semana después del Campeonato del Mundo de Flandes 2021. Serán dos pruebas de altura para terminar el año ciclista.

El resto de Clásicas de primavera y dónde verlas

Este aplazamiento no impedirá que en abril podamos seguir disfrutando del resto de Clásicas en Holanda y Bélgica con la disputa de la Amstel Gold Race el día 18, la Flecha Valona el 21 y la Lieja-Bastoña-Lieja el 25, tres Clásicas algo menos exigentes en el trazado y también con un mejor palmarés de los ciclistas españoles. Son conocidas como la Trilogía de las Ardenas por disputarse en esta región y enlazadas en una semana.

La Amstel Gold Race marca un giro entre las Clásicas de abril ya que empieza a abrir las posibilidades para los escaladores frente a los ciclistas todo terreno acostumbrados a los adoquines de las dos primeras. Se disputa en la región holandesa de Limburg y el año pasado no pudo disputarse por la pandemia. En ella tampoco ha vencido aún ningún ciclista español, algo que ha ocurrido varias veces en la siguiente Clásica, la Flecha Valona, que siempre se disputa entre semana, un miércoles. Su recorrido ha variado históricamente pero el final, desde 1983, es siempre el mismo, el célebre Muro de Huy, una colina de 204 metros con unas pendientes que alcanzan el 26 % de inclinación, tras unos 200 km de trazado y varios pasos previos por la cota. Huy ha contemplado hasta ocho victorias españolas, todas en los últimos 18 años. Igor Astarloa abrió la veda en 2003 y posteriormente le siguieron Joaquim Rodríguez en 2012 y Dani Moreno en 2013 pero, sin duda, el auténtico rey de la carrera es Alejandro Valverde, con cinco victorias, la primera en 2006 y las otras cuatro consecutivas entre 2014 y 2017. El año pasado la carrera se aplazó pero pudo disputarse en septiembre y tuvo como vencedor al prometedor corredor suizo Marc Hirschi.

Alejandro Valverde lanzó su quinta y última flecha victoriosa en 2017.

La última gran Clásica del mes también tiene en Alejandro Valverde a uno de sus grandes nombres. ​La Lieja-Bastoña-Lieja siempre se disputa el último domingo de abril y es uno de los cinco monumentos del ciclismo. Con un recorrido que comienza y termina en Lieja,  su primera edición tuvo lugar en 1892 y por ello es conocida como La Doyenne («La Decana»). El corredor que más veces se ha impuesto es el belga Eddy Merckx, con 5 victorias. Bélgica ha dominado tradicionalmente la prueba pero España cuenta con cuatro victorias, todas a cargo del corredor murciano que se impuso en las ediciones de 2006, 2008, 2015 y 2017. Valverde también aspira en 2021 a realizar un gran papel en su última temporada como ciclista profesional y sueña con conseguir su quinta victoria y con convertirse en el corredor más veterano en ganar una gran Clásica justo en el día que cumplirá 41 años. La última temporada la carrera se pospuso hasta octubre y en ella pudo desquitarse de su derrota en el Tour el ciclista esloveno Primož Roglič.

Todas las Clásicas de abril podrán verse este año en España en Teledeporte y Eurosport. Mientras, desde Latinoamérica podéis verlas por internet en televisiones extranjeras a través de los enlaces que proporciona la página web steephill.tv. Y rezad para que llueva en abundancia, para que así podáis ver los rostros embarrados de los corredores porque un poco de épica nunca viene mal, ¿verdad?

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