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Por Luis Murillo Arias 

Algunos de los grandes recuerdos de cuando éramos niños tenían que ver con el equipo de futbito, los entrenamientos con nuestros amigos, nuestros padres yendo a ver los partidos los sábados y creernos que en algún momento podíamos llegar a emular a Butragueño, Lineker, Futre o la estrella de nuestro equipo favorito. No todos jugaban al futbito. Los había que preferían el baloncesto, el voleibol, el balonmano o el hockey. Casi siempre deportes de equipo, pero algunos ya eran valientes e iban por libre. Se lanzaban a por el tenis, la bicicleta o, en verano, el surf.

Pensábamos que lo hacíamos porque nos divertía, pero lo que no sabíamos es que, aparte del placer de practicar esos deportes y de competir con los niños de nuestra edad, estábamos realizando una actividad enormemente beneficiosa para nosotros, los niños. Una práctica que podría marcar cómo íbamos a ser como personas en el futuro y, además, ejercía un gran efecto positivo sobre nuestra salud.

Existen numerosos tipos de deporte entre las que puedes elegir para tu hijo, dependiendo de sus habilidades, su acceso a ellos o los valores que quieres que desarrolle. Por ejemplo, los deportes de equipo le ayudan a compartir y a relacionarse. Si lo que buscas es la capacidad de superación, el tenis o el ciclismo tienen mucho que decir.

Los beneficios que la práctica del deporte puede aportar a tu hijo, tu sobrino o tu ahijado son muchos. Los vamos a dividir en tres apartados.

Beneficios sociales

La práctica del deporte ayuda al niño a desarrollar las habilidades sociales, ya que, si es un deporte de equipo, le incita a interactuar con otras personas. La comunicación y la colaboración entre los miembros del equipo son fundamentales a la hora de conseguir el objetivo deseado: ganar y divertirse.

Cualquier deporte ayuda a los críos a construir un espíritu competitivo independientemente de si al final lo que se consigue es una victoria o una derrota. La práctica les ayuda a aceptar el resultado final con una perspectiva positiva y, sobre todo, se ven imbuidos del espíritu deportivo, el compañerismo y el respeto por los rivales.

Los deportes de equipo desarrollan sus habilidades sociales. (Foto: Geonmangio, de Flickr)
Los deportes de equipo desarrollan sus habilidades sociales. (Foto: Geonmangio, de Flickr)

Beneficios físicos

Hacer deporte fortalece los huesos y los músculos y desarrolla los segundos. Además, tonifica el cuerpo.

También aumenta su resistencia al dolor y desarrolla su crecimiento.

Otro detalle importante para los que lo sufren: regula el estreñimiento.

Ayuda en la lucha contra la obesidad y la eliminación de las grasas.

Nadar proporciona un entrenamiento integral de todo su cuerpo.

Deportes de saltos y estiramientos como el baloncesto ayudan a aumentar la altura.

Otros que implicar correr, dar patadas a un balón y lanzarlo fortalecen los brazos y las piernas.

El ejercicio cardiovascular aumenta la capacidad pulmonar.

Y, por si fuera poco, ayuda a prevenir numerosas enfermedades graves como, por ejemplo, el cáncer.

El deporte ayuda a los niños a ser capaces de planificar estrategias. (Foto: afagen, de Flickr)
El deporte ayuda a los niños a ser capaces de planificar estrategias. (Foto: afagen, de Flickr)

Beneficios para el intelecto

El niño aprende a pensar con la cabeza fría, a planificar, a diseñar estrategias.

Las estrategias son necesarias para, por ejemplo, meter un gol. O para desarrollar una carrera para conseguir puntos. O para tener habilidad de cambiar la estrategia sobre la marcha en función de la de nuestros contrincantes.

Planificando, los niños desarrollan el intelecto y, en consecuencia, la inteligencia.

Deportes de golpeo hacia un objetivo como el tenis, aparte de desarrollar su puntería, les sirven para aumentar su capacidad de enfoque.

Desarrollan sus habilidades matemáticas, sobre todo a la hora de llevar la puntuación o calcular las posibilidades de éxito de sus acciones.

También les sirven para aprender a delegar responsabilidades en los demás.

Ganar un partido o una competición les hace experimentar el dulce sabor de la victoria, la consecución de un reto, lo cuál hará que aumente la confianza en sí mismo.

¿Después de esto todavía tienes dudas de si tus hijos deberían practicar deporte? ¿O crees que deberían pasarse todo el día viendo los dibujos o jugando con la tableta? Ojo, que éstas últimas prácticas también tienen ciertos beneficio. Pero como todo en la vida el secreto está en la moderación.

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