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Por Daniel Riobóo Buezo

Johnny Rogers tuvo una dilatada carrera como jugador de baloncesto. Ala-pívot versátil y con una gran muñeca, tras agotar su periodo universitario en la NCAA, jugó dos temporadas en la NBA, primero en Sacramento Kings y más tarde en Cleveland Cavaliers. Después cruzó el charco con dirección a Europa en donde jugó en tres países y en los mejores equipos del continente. Real Madrid y Pamesa Valencia, entre otros, en España, Milán y Varese en Italia y en los dos grandes equipos griegos, primero en el Olympiacos y posteriormente en el Panathinaikos, donde a las órdenes de Zeljko Obradovic consiguió dos Euroligas.

Johnny Rogers sigue totalmente ligado al baloncesto a través de su campus y como ojeador de Oklahoma City Thunder.
Johnny Rogers sigue ligado al baloncesto a través de su campus y como ojeador de Oklahoma City Thunder.

Rogers terminó su carrera en Lleida pero siempre ha seguido ligado al baloncesto y a España ya que obtuvo la nacionalidad tras casarse con una española y también fue internacional en 16 ocasiones con la selección en dónde coincidió en los JJOO de Sidney con dos juniors de oro como Raúl López y Juan Carlos Navarro. Tras dejar las canchas ha seguido muy ligado al baloncesto, especialmente en los últimos años como ojeador de Oklahoma City Thunder. Hoy es Coordinador de ojeadores internacionales de la franquicia así como director técnico del club de baloncesto Jovens L’Eliana y también organiza un campus de tiro en Valencia. Además colabora como comentarista televisivo para la FIBA, como en el reciente mundial de baloncesto de España, tras el que tuvimos ocasión de hablar con él para conocer cómo trabaja un ojeador de jugadores de la NBA.

Una vez terminado el mundial y ya que fuiste internacional con España en 16 ocasiones y participaste en los JJOO de Sidney. ¿Cómo valoras la actuación de España? ¿Crees que de no haber tropezado sorprendentemente con Francia podría haber plantado cara de nuevo a EEUU?

A nivel de aficionados y de los medios de comunicación, ya que ahora soy comentarista, todos estamos tristes y sorprendidos. Todos queríamos haber visto la final entre Estados Unidos y España. Fue muy duro y no podía creer lo que pasó pero el deporte es así y aunque tengas un gran equipo puedes tener un mal día como le pasó a la selección así que, simplemente, toca aprender de los errores. En cuanto a si España podía haber ganado a este equipo de EEUU te diría que creo que sí, era algo muy factible. Antes de haberles visto jugar la primera fase en Granada tenía dudas pero tras haber presenciado como jugaron los primeros cinco partidos estaba convencido de que podían ganar porque allí jugaron un baloncesto muy bonito.

Tras haber jugado dos años en la NBA desarrollaste la mayor parte de tu carrera en Europa en una época en la que comenzó el éxodo de jugadores extranjeros hacia la NBA. ¿Por qué crees que se produjo este cambio? por una mejora del nivel físico y competitivo o por la ambición global de la NBA?

Creo que por las dos razones, por la mejora del nivel, sobre todo en Europa y, por otro lado, porque la NBA decidió abrirse a nuevos mercados y permitió más oportunidades a los jugadores extranjeros. Por ejemplo, recuerdo que de Europa tenían una imagen de un tipo de jugador concreto y quizá no se valoraban demasiado allí pese a que ya incluso en los 70 y los 80 había grandes jugadores en Europa pero no tenían las puertas abiertas como ocurre hoy en día.

Actualmente trabajas como ojeador de Oklahoma City Thunder. ¿Cómo comenzaste a trabajar con ellos y qué requisitos debe tener un ojeador de una franquicia NBA?

Empecé a trabajar como ojeador de Oklahoma City Thunder hace ahora seis años y sólo lo he hecho con ellos, con ningún equipo más. En cuanto a qué se valora, ayuda mucho si hablas varios idiomas, si conoces a mucha gente en diferentes países, si tienes buenos contactos y, por supuesto, debes tener un gran conocimiento del juego.

¿Es fundamental haber sido jugador profesional para ser ojeador?

No hace falta necesariamente haber sido jugador, también puedes haber sido entrenador u otra cosa pero, claro, ayuda mucho si has tenido contacto con el baloncesto profesional pero te diría que no es imprescindible haber sido jugador.

¿Y entre los distintos ojeadores de una franquicia NBA, ¿cómo os repartís los mercados a estudiar? ¿Os dividís por zonas, países y ligas?

En el caso de Oklahoma tenemos varias personas en el cuerpo de ojeadores pero el reparto del trabajo no es por países sino más bien por tipo de jugadores aunque también todos vemos a los jugadores que estamos siguiendo y que más nos interesan, trabajamos en conjunto. Clasificamos a los jugadores por distintos factores: edad, posición, por cómo podría encajar en nuestro equipo, analizamos individualmente a los jugadores pero después todos los ojeadores vemos a cada jugador que nos puede interesar.

La película Moneyball muestra el uso de herramientas estadísticas y matemáticas para detectar a los jugadores idóneos para un equipo y está basada en el caso real del equipo de beisbol, los Athletics de Oakland, que triunfaron en gran medida gracias a su método científico. En el caso de la NBA, y más concretamente de los ojeadores, ¿utilizáis algún tipo de software de análisis estadístico u otros programas para vuestro trabajo?

La verdad es que sí, tenemos muchas herramientas. En estos seis años he aprendido mucho y utilizamos todo lo que está a nuestro alcance. En el caso del ejemplo de Oakland también es cierto que en béisbol es más fácil cuantificar diferentes aspectos pero hay muchos factores a analizar. Por eso hay que intentar sacar toda la información que puedas para después utilizarla adecuadamente aunque tampoco es pura analítica de datos medibles, también analizamos otros factores.

En ese sentido, además de las propias estadísticas y de rendimiento deportivo de los jugadores que seguís. ¿También analizáis el entorno y la personalidad de los jugadores para saber si se podrán adaptar a la exigencia de una competición como la NBA?

Así es, hay que mirar todo, su personalidad, su estilo de juego, su carácter. Miramos todo lo que puedas imaginar para hacer los informes de los jugadores.

En los seis años que llevas colaborando como ojeador con Oklahoma, ¿en qué fichajes has podido participar más decisivamente?

Realmente lo que más me gusta es que se trata de un trabajo de conjunto de todo el cuerpo de ojeadores por lo que nadie puede decir que un jugador concreto sea su hallazgo, siempre es un trabajo compartido. No te podría decir un jugador concreto en el que haya decidido yo porque trabajamos en equipo. Y en el caso de Serge Ibaka, el equipo le drafteó justo antes de que empezara a colaborar con ellos por lo que no pude colaborar en ese gran fichaje -Ibaka fue drafteado en 2008 por Seattle Supersonics cuyos derechos en la liga fueron heredados por Oklahoma City Thunder- aunque posteriormente ya he colaborado para los siguientes fichajes.

¿Y cuando detectáis que un jugador ya está preparado para dar el salto a la NBA? ¿Tiene que ser ya una estrella en Europa o en su liga o podéis llevarlo antes para que termine formándose allí?

Se pueden dar los dos casos aunque normalmente lo fundamental es ver si hay sitio para el jugador en la plantilla, si cabe en la plantilla actual es lo más importante, es decir, mirar no sólo al jugador específicamente sino como puede complementar lo que el equipo ya tiene en función de sus necesidades. Hay 15 jugadores en la plantilla así que tenemos que intentar que sea lo más completa posible.

En cuanto a los «nuevos mercados» de jugadores. ¿Qué países que antes no teníais tan en cuenta crees que tienen un gran potencial de jugadores?

Hoy en día hay que mirar prácticamente todos los países porque, además de los jugadores internacionales, también hay jugadores estadounidenses que juegan en otros países y que pueden interesar, por ejemplo, en Bélgica u otras ligas no tan conocidas de países más pequeños y con menos tradición de baloncesto.

¿Crees que Oklahoma podrá seguir el ejemplo de otros equipos de la NBA con mucho peso de sus jugadores internacionales como San Antonio Spurs o próximamente Chicago Bulls con Joakim Noah, Pau Gasol y Nikola Mirotic?

En nuestro caso nuestro manager general Sam Presti está muy atento a Europa y respeta mucho el juego europeo y todo el baloncesto internacional, tiene la actitud de seguir conociéndolo más y está muy pendiente e incluso ha fichado un entrenador asistente de Serbia. Nos tomamos muy en serio el baloncesto europeo.

Por último, tenéis los derechos de Alex Abrines para la NBA. ¿Crées que puede dar el salto más pronto que tarde?

No sólo se trata del potencial que seguro que Alex tiene -Alex Abrines fue drafteado en 2013 segunda ronda, en el puesto 32 por Oklahoma City Thunder- sino que también hay que ver como va evolucionando porque por ahora está jugando poco pero está claro que tiene mucho potencial.

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