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Por Luis Murillo Arias  y Daniel Riobóo Buezo  

Entre los campeones de Europa que en los últimos años no están presentes en la Champions League hay históricos del fútbol europeo como el Manchester United, el Liverpool o los clubes de Milan que a buen seguro volverán muy pronto a disputarla. Pero hay otros que, con mucho menor presupuesto y apoyo social e institucional, lograron un día reinar en Europa. Dos de ellos lo consiguieron en la etapa más exitosa del fútbol inglés en el continente, entre finales de los años setenta y principios de los ochenta.

Los olvidados Nothingam Forest y Aston Villa

Nueve años después de que el Feyenoord ganase la Copa de Europa nos encontramos con el campeón continental más depauperado actualmente, el Nothingham Forest, que no sólo venció en 1979, sino que también repitió hazaña un año después. Pasó de salvarse por los pelos del descenso a la tercera inglesa a ser rey del continente dos años consecutivos, un historia similar a la del Leicester si este consiguiera la improbable gesta de triunfar en Europa. Los nombres más destacables de aquel equipo eran el portero, Peter Shilton, y el entrenador, Brian Clough. Mourinho no fue el primer técnico vanidoso y polémico del fútbol. Antes estuvo Javier Clemente y antes que él, Brian Clough, del que se han escrito libros y se han hecho películas como The Damned United. Hizo a un recién ascendido campeón de la liga inglesa ganándose así el derecho de disputar la máxima competición europea. Para tal ocasión, el Nothingham Forest fichó por un millón de libras a Trevor Francis, un exquisito futbolista del Birmingham City, pero una regla de la UEFA le impidió jugar hasta la final, para la que fue «indultado». El mediapunta marcó el gol que dio el título al Forest frente al Malmoe sueco en un partido que no pasó a la historia por su plasticidad. De hecho, el propio Clough dijo: «No fue un gran partido, ellos fueron un equipo aburrido. De hecho, Suecia es una nación aburrida. Pero hemos ganado, que importa lo demás«. El engreído técnico inglés conseguiría revalidar el título al año siguiente en el estadio Santiago Bernabéu frente al Hamburgo de Kevin Keegan. No jugó Trevor Francis por lesión, pero el encargado de anotar el gol que a la postre dio la victoria al conjunto inglés fue John Robertson, otro de los mitos de aquella escuadra.

Tras la marcha de Clough en 1993 el Nottingham Forest sólo ha participado en cuatro ocasiones en la Premier League, llegando a descender a la League One en 2005, donde permaneció tres temporadas. Hoy camina por la parte alta de la Championship luchando por volver a la élite y lo de la Champions League es algo que de momento sus jugadores, directivos y aficionados sólo pueden ver por televisión.

Dos años después del segundo título del Forest, en 1982, otro equipo inglés tocaba el cielo y levantaba la gran orejona, el Aston Villa, que derrotaba sorprendentemente en la final de Rotterdam al todopoderoso Bayern de Múnich. Fue un triunfo que sorprendió a toda la Europa futbolística. En aquel equipo, dirigido por Tony Barton, una especie de Vicente del Bosque en el club que se hizo cargo del equipo a mitad de temporada tras la renuncia del técnico titular. Peter White fue el delantero que anotó el gol del triunfo de aquella final frente a un equipo que contaba con hombres como Rummenigge o Paul Breitner. Los periódicos de la época resaltaron las injusticia de aquel triunfo, pero el «autobús» inglés hizo que los villanos se llevaran la copa a Inglaterra. El Aston Villa, a diferencia del Nothimgham Forest, sí juega hoy en la Premier League, y es el cuarto club inglés con más títulos conseguidos tras Liverpool, Manchester United y Arsenal, pero en la época actual lucha cada temporada por la permanencia.

El histórico Hamburgo de Ernst Happel

Si en 1982 era el equipo de Birmingham el campeón, sólo un año después lo conseguía otro de nuestros equipos ausentes, el Hamburgo. El club alemán, que vivió una época dorada durante finales de los setenta y la década de los ochenta. Su buen momento comenzó con el fichaje de Kevin Keegan, que llegó como estrella procedente del Liverpool a cambio de medio millón de libras. El pequeño futbolista inglés propició en el club alemán un salto de calidad que le llevó a disputar la final de la Copa de Europa de 1980, pero no fue hasta tres años después cuando lograron el título. Ya no estaba Keegan, pero tenían a otro mediocampista de calidad, Felix Magath, que lideraba el equipo que entrenaba Ernst Happel, quien ya había ganado una orejona al frente del Feyenoord. Aquel año 1983 también ganó la Bundesliga. La final frente a la Juventus de Turín se disputó en Atenas y Happel logró neutralizar a Michel Platini y que a su vez el peso del partido lo agarrara Felix Magath. Como no podía ser de otra manera, fue el centrocampista quien logró el tanto de la victoria ante Dino Zoff. Aparte de Magath, en aquel equipo destacaba el delantero Horst y el lateral Kantz.

Desde el año 1983 el Hamburgo no ha vuelto a ganar un título de liga. Eso sí, es el único equipo alemán que ha jugado todas las ediciones desde que se llama Bundesliga. A día de hoy, no sólo está lejos de ganar el campeonato centroeuropeo, sino también de participar en la Champions, puesto que su vida transcurre en la mitad de tabla desde hace muchos años.

El talentoso Estrella Roja desintegrado tras la guerra de los Balcanes

En el año 1991, cuando el régimen de Slobodan Milosevic agonizaba, un jóven equipo balcánico, que jugaba en un estadio conocido popularmente como ‘El pequeño Maracaná’ asombró a toda Europa por el juego que desplegaban sus hasta entonces prácticamente desconocidos jugadores, el Estrella Roja de Belgrado. Formaban parte de aquella plantilla nombres que sonaran a los aficionados al fútbol de los años noventa: Stojanovic, Belodedici, Mihajlovic, Prosinecki, Jugovic, Pancev o Savicevic. Tras derrotar al Bayern de Múnich en las semifinales se plantaron en la final que se disputaría en Bari frente al Olympique de Marsella. En aquella final pudieron el respeto y el miedo a perder y no hubo ningún tanto durante el tiempo reglamentario y la prórroga. En la tanda de penaltis falló Amorós y el título recayó en los balcánicos al imponerse por 5-3. Posteriormente, aunque todavía en la siguiente edición el Estrella Roja alcanzó las semifinales, aquellos jugadores pasarían a formar parte de los clubes más ricos de Europa ante el comienzo de la guerra de los Balcanes y el glorioso Estrella Roja pasó a mejor vida.

En la actualidad, tras pasar de disputar la liga yugoslava a la liga de Serbia y Montenegro, desde 2006 disputa la SuperLiga serbia, competición que sólo ha ganado en una ocasión, el año inaugural. Desde 2007, el trofeo no ha vuelto a sus vitrinas y, por tanto, el deseo de disputar la Champions se ha visto truncado siendo desde entonces el Partizan el gran dominador habiendo vencido en todas las ediciones.

Los grandes ausentes italianos: el Milan y el Inter

El caso de los dos grandes equipos de Milan es prácticamente paralelo. Siendo tras Madrid la ciudad europea cuyos equipos atesoran más Copas de Europa con diez Orejonas, por tercera temporada consecutiva la Champions League no tendrá ningún equipo milanés entre sus 32 participantes por su mediocres temporadas la pasada campaña. El club con más cetros europeos después del Real Madrid, el Milan, ganó las Copas de Europa de 1963, 1969, 1989, 1990, 1994, 2003 y 2007. Si bien en las dos primeras el Milan no marcó realmente una época, fue a finales de los 8o y en los 90 cuando el equipo primero dirigido por Arrigo Sacchi y, posteriormente por Fabio Capello, impuso su estilo con un fútbol total basado en un pressing continuo  y una defenas zonal que asfixiaba y dejaba sin ideas a los rivales. En ellas fueron participes estrellas del equipo milanista como el propio Carlo Ancelotti (dos como jugador y dos como entrenador posteriormente), Marco van Basten, Ruud Gullit, Franck Rikjaard, Paolo Maldini, Franco Baresi, Boban o Savicevic. Tras unos años intrascendentes, el gran Milan volvió a resurgir cuando Carlo Ancelotti lo entrenó y en el campo destacaban Inzaghi, Shevchenko, el eterno Maldini o Kaká. Si bien esta ha sido su última etapa victoriosa, la época más inolvidable y que ha marcado un lugar preferente en la historia del fútbol europeo es la que protagonizó el equipo entrenado por Arrigo Sacchi. Actualmente el Milan ni siquiera ha sido capaz de clasificarse para disputar la Europa League y recientemente Silvio Berlusconi ha vendido el 99,93% de sus acciones del club al grupo inversor chino Haixia Capital por  740 millones de euros. 

Por su parte, su vecino y archirrival de la capital lombarda, el Internazionale, más conocido como Inter, ha vivido dos etapas de oro en Europa antes del actual periodo de decadencia. La primera comenzó a finales de los años 50 bajo la presidencia de Angelo Moratti, con Helenio Herrera en el banquillo y con jugadores como Luis Suárez, Mario Corso, Giacinto Facchetti, Sandro Mazzola, Jair da Costa o su legendario capitán Armando Picchi. Con ellos, el equipo neroazurro consiguió en 1964 en Viena su primera Copa de Europa tras derrotar por 3-1, con dos goles de Mazzola, al Real Madrid y poco después se alzó con la Copa Intercontinental. Al año siguiente el Inter repitió éxitos y levantó su segunda orejona en casa contra el Benfica al que derrotó con un gol del brasileño Jair da Costa para volver a vencer al Independiente argentino en la Copa Intercontinental. Tras aquella época dorada y con la marcha de Helenio Herrera, pasarían nada menos que 45 años hasta que el Inter consiguió un nuevo triunfo en la máxima competición continental en 2010. Con José Mourinho al mando, la temporada 2009-10 sería la más exitosa en la historia del club con un triplete de Liga, Copa y Champions League al imponerse al Bayern de Múnich por 2-0 con dos goles de Diego Milito en el Santiago Bernabéu, el próximo destino de Mourinho. Además del ariete argentino, en el último gran Inter destacaron el camerunés Samuel Eto’o, Thiago Motta o Wesley Sneijder. Tras la marcha del preparador portugués, el Inter entró en un periodo de decadencia absoluta que no ha podido solucionar el nuevo propietario del club, el magnate indonesio Erick Thohir, si bien este recientemente ha vendido el 40% de sus acciones  al grupo empresarial chino Suning Holdings Group. El Inter afronta su quinta temporada consecutiva sin jugar la Champions League en una decadencia que de momento parece no tener fin.

Los jugadores y entrenadores de todos estos equipos seguro que estarán sentados frente al televisor desde esta semana como unos aficionados más para ver la Champions, pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor y, probablemente, soñando con poder algún día escuchar el ‘We are the champions’ de Queen desde la alfombra verde de un gran estadio de Europa. Los buenos aficionados al fútbol también esperamos su regreso.

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