Colombia enamora sin la ayuda de los narcos
Por Luis Murillo Arias Seguir a @lmurilloarias
No está Pablo Escobar, pero si están Radamel Falcao y James Rodríguez. El Tigre y El Chico Dorado casi se bastan y se sobran para devolver la sonrisa al fútbol colombiano, que hasta 2014 no acudía a un Mundial con aspiraciones desde 1994, un evento de trágico recuerdo para todo el país. Veinte años después, una sociedad estable, en pleno crecimiento económico y alejada del apelativo de “país más peligroso del mundo” vio orgullosa cómo su combinado nacional de fútbol, liderado por el sorprendente James ante la ausencia de Falcao por lesión, maravillaba al mundo del fútbol en el país vecino. Tan sólo Brasil pudo frenar a la selección cafetera en cuartos de final, sufriendo y con un arbitraje claramente casero ante el equipo revelación del mundial. Las lágrimas de impotencia de James en Fortaleza simbolizaron la ambición de una joven selección que desde entonces quiere más. Colombia quiere ganar un gran torneo y demostrar que es una selección nueva, demostrar que la influencia del dinero de la droga en su fútbol es ya solo un oscuro recuerdo. Pero no siempre fue así.
Se puede decir que el padre del fútbol colombiano fue el famoso narcotraficante Pablo Escobar, ahora más célebre que en vida gracias a la serie «Narcos». Procedente de las zonas más desfavorecidas de Medellín, el deporte rey fue su pasión y, a medida que fue haciendo dinero, primero con el contrabando y luego con el narcotráfico, lo fue invirtiendo en los barrios más deprimidos de su ciudad. Y la forma de hacerlo fue, entre otras, construyendo campos y fomentando escuelas de fútbol. El pueblo le quería, casi le idolatraba, sin importarle los negocios ilícitos de donde procedía todo aquel dinero. Se convirtió en una especie de mesías para los pobres. Un benefactor. Un mito. Un dios.
Pero su ambición no se quedó en el deporte de base sino que se convirtió en prácticamente dueño de los dos clubes de Medellín, Atlético Nacional e Independiente, estando por encima de rivalidades. Era un tiempo en el que el dinero boyante atrajo a los mejores jugadores extranjeros para fomentar nuevas tácticas y técnicas. La influencia del narcotráfico en el fútbol colombiano era tal, que, por ejemplo, el propio Pablo Escobar mandó ejecutar a un juez de línea que perjudicó a Independiente en un partido contra el América de Cali.
Pese a los actos violentos y la corrupción, el fútbol se beneficiaba del dinero del narcotráfico para crecer y los narcos se aprovechaban del deporte para blanquear dinero. Además, qué importaba si el Atlético Nacional, entrenado por Pacho Maturana, se convertía en 1989 en el primer equipo colombiano en ganar la Copa Libertadores. Oídos sordos de todo el mundo.
Fueron años en los que los equipos colombianos se convirtieron en juguetes de los narcos. Pablo Escobar dominaba Nacional e Independiente y Gonzalo Rodríguez Gacha controlaba Millonarios de Bogotá. Organizaban partidos privados en sus fincas en los que apostaban millones de dólares y los jugadores marchaban a sus casas con la saca llena por el espectáculo ofrecido. Caprichos de ricos mafiosos.
En el documental ‘Los dos Escobar’, de los hermanos Zimbalist, estrenado en 2010, el propio Maturana reconoció su parte de culpa y la de los jugadores al mirar para otro lado cuando, años después, el narcotráfico se les vino en contra.
Pablo Escobar pasó de ser el gran benefactor para cierta parte de la sociedad colombiana a convertirse en persona non grata debido a sus turbios negocios, sus sobornos a políticos y, sobre todo, sus demostraciones de violencia. Paralelamente, no sólo los clubes colombianos crecían en el continente, sino que también la selección nacional pasaba por sus mejores momentos.
En aquel combinado nacional había nombres como los del excéntrico portero René Higuita, Andrés Escobar, el jefe de la defensa, o Leonel Álvarez, que era el timón del equipo. Carlos Valderrama y Freddy Rincón se encargaban de dar el último pase para que los delanteros, Faustino Asprilla y el Tren Valencia, se encargaran de rematar a gol. Su punto álgido fue cuando Colombia ganó 0-5 en el Monumental de Buenos Aires a Argentina. Un país machacado por la violencia y las desigualdades sociales encontraba en el fútbol una salida a los problemas y una ilusión para sobrellevar sus vidas.
Era finales de 1993 y, para entonces, Pablo Escobar había entendido que lo mejor para la estabilidad social era entregarse a las autoridades. Eligió la prisión de cinco estrellas en la que quería estar, la Catedral, cercana a Medellín y, desde allí, siguió manejando los hilos de sus negocios, hasta el punto de que los jugadores de la selección colombiana y su seleccionador, Pacho Maturana, acudieron a prisión a ser felicitados personalmente por el narcotraficante. Por supuesto, en una cancha que había mandando construir el propio Pablo, le brindaron un partido de fútbol. La amistad de los jugadores con el narco, especialmente la de René Higuita, provocó numerosas polémicas en el país.
Pablo se escapó de la cárcel, pero, para entonces, se había generado numerosos enemigos: las autoridades colombianas, Israel y Estados Unidos, pero también los otros narcos. Era una guerra de todos contra Pablo y, al final, fueron sus propios ex socios quienes lo asesinaron el 2 de diciembre de 1993.
Cuando Pablo murió, dejó una selección de Colombia clasificada para el Mundial, que iba a acudir a la cita como favorita, debido al juego desplegado por los jugadores de Maturana. Tanta era la confianza en su buen papel en el campeonato, que los narcos apostaron mucho dinero por aquella Colombia. Pero llegó el primer partido contra Rumanía y el resultado fue de 3-1 a favor de los europeos.
Y comenzaron las amenazas de muerte a los jugadores y a sus familiares. El siguiente reto era contra el anfitrión, Estados Unidos y la presión que tenían aquellos futbolistas era máxima. Se jugaban la propia vida. Y la mala suerte se cebó con el capitán, Andrés Escobar, que, con su gol en propia meta firmó su sentencia de muerte. Colombia no se clasificó para la siguiente fase y pocos días después, a la salida de una discoteca, el central de la selección fue acribillado a balazos al grito de “gracias por tu autogol”. Murió en el acto.
Con la muerte de los dos Escobar, aparentemente a manos de los mismos intereses, se acabó edad dorada del fútbol colombiano. Hasta hoy.
Colombia es un país nuevo que espera un acuerdo de paz definitivo con las FARC y que mira al futuro con optimismo. La selección comandada por el renacido Radamel Falcao y la calidad de James Rodríguez tiene entre ceja y ceja el mundial de 2018 de Rusia. De la mano del argentino José Pékerman, los cafeteros son una selección pujante, cuartofinalista en 2014 y tercera en la última Copa América. Quiere decirle al mundo que es una nación nueva, limpia, sin dinero sucio. Y el mejor estandarte de todos es el jugador del Real Madrid, que en el último mundial fue Bota de Oro y quiere buscar más protagonismo para volver a brillar en Rusia. Están a punto de lograr el billete para el Mundial, ahora sólo queda soñar.
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Hombre muy bien escrito y contado aunque como colombiana tengo algunas cosas por comentar y sobre todo aclarar. Es cierto que pablo escobar compró clubes, jugadores, partidos, Pero no es el padre del futbol colombiano. Es cierto que unas cuantas personas lo idolatran aún después de muerto por aquello de que en sus inicios trato de ser un donador para los pobres, pero no es cierto qeu todo el pueblo lo quiera ni mucho menos. Somos muchos más los que nos lamentamos de ese pasado pero que con orgullo sacamos la cara y decimos que es más valiente el que cae y se levanta que aquel que presume de nunca haber caído. Además no hay ni medio punto que permita comparar a los dos escobares. Máximo cuando Andres no fue propiamente uno de lso favoritos del narcotraficante.
Cata, no digo que Pablo Escobar fuera el que jugara, pero la ayuda económica de los narcos, especialmente de Pablo Escobar, ayudó a impulsar el fútbol. Lo dice el propio Maturana. Tampoco digo que todo el mundo en Colombia idolatraba a Pablo Escobar, pero sí que a la mayoría de la gente, no a todos, le gustaba que la selección y los clubes fueran bien sin querer pensar de dónde procedía ese impulso. Los dos Escobares eran radicalmente diferentes, pero su destino estaba unido no sólo por el nombre. Espero que, como deporadicta que sé que eres, nos sigas leyendo. Un beso.
Haces bien en considerarte presunto periodista, porque no lo eres, Pablo Escobar no es ni en sueños el padre del fútbol colombiano, lee algo de historia antes de escribir tonterías, primero, la mejor época de fútbol colombiano se llamó eldorado donde muchos de los mejores jugadores del mundo estaban en la liga colombiana, tanto así que los equipos colombianos no podían disputar torneos continentales porque eran de otro nivel, por eso no tienen tantas libertadores como los brasileños o argentinos, porque no jugaron asi de simple, y luego si lo miras por década siempre hay un equipo colombiano sobresaliente, varias semifinales y finales de copa libertadores lo demuestran o suramericanas, obvio que el narcotráfico manchó el fútbol en el país, como el calciopoli en Italia o el Villarato en españa, y por cierto Colombia no va a un mundial desde el 98 no 94, 5 años después incluso de la muerte de escobar… y Falcao es uno más de los valiosos embajadores de Colombia en el extranjero, hay montones y el sólo no nos va a llevar al mundial, lo va a hacer con ayuda de jugadores de la talla de james rodriguez (21), freddy guarín (26) INTER de milán, jakson martínez (26) del Porto, entre otros… así que no me vengas con que sin pablo escobar o sin falcao no vamos a un mundial porque es una estupidez… también fuimos a chile 62 y no había pablo escobar o narcotráfico, com es posible ah?
No soy presunto periodista, Andrés, soy presunto director de cortometrajes, pero guionista y periodista profesional. Entiendo por tu comentario que te sientes herido en el orgullo colombiano al vincular los éxitos deportivos de los 90 al narcotráfico y a Pablo Escobar, pero desde mi punto de vista, y no sólo mío, ayudaron bastante. Sí es cierto que existe ahora una gran generación de jugadores colombianos, como exisitió entonces, y que sin ellos probablemente Falcao no podría llevar él solo a la selección al Mundial. Pero lo que sí es cierto es que sin Falcao, aún con esos grandes jugadores, sería prácticamenete imposible. Al menos desde la opinión de este humilde plumilla. Gracias por leernos. Luis.
Viejo, estás muy equivocado. No has visto como jugaba esa selección Colombia del 90-94. Eran de una calidad indiscutible. Lo que tu dices no tiene sentido. El dinero mal habido de los narcos no fue la causa del despunte futbolístico de aquellos años. Nadie más que los colombianos para saber lo que nos sigue afectando el narcotráfico; no somos tan ingenuos; en esta ruta de sangre hemos y seguimos aprendiendo. Aparte de todo dices que sería imposible que sin falcao lográramos algo. Eso es de alguien poco objetivo, el comentario es improcedente para alguien que quiere editorializar sobre temas tan importantes, más allá de que sea o no verdad. Pierdes tu capital en una frase. Colombia no es lo que ves desde tu escritorio, o no todo lo que ves. Desde mi punto de vista, sin querer armar una pagina para enunciarlo, es muy pobre tu aporte.
Porque el que no sabe es como el que no ve. Ésto más que un artículo deportivo es un homenaje a la vida y obra de Pablo Escobar. Parece que al «escritor» le fascina bastante todo el morbo que genera el narcotráfico y la mafia. Se nota que trató de informarse, pero vaya a seber qué fuentes usó y cuantas muchas dejó de lado. Está bastante alejado de la realidad.
Estaremos, más que encantados de escuchar tu versión de la historia, Prokrastinov
Leí el artículo nada más por que ese título, da a entender otra cosa….como que hay quienes se enamoran de Colombia por lo de los narcos…
Después de leerlo y también los comentarios…nose, recuerdo vagamente algunas de esas cosas pero…vagamente, era muy niña…lo que si sé es si acaso hubo ayuda económica…no creo que ésta moviera las jugadas de los jugadores tan buenos de aquella época, es decir independientemente de ello, o lo que fuera, aquella sele era muuy buena.
Y por si alguien quiere saber cosas buenas de Colombia
en el siguiente link encontrarán
http://daytta.blogspot.co.uk/2013/05/travelon.html