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Por Aitor Alegría Alonso

Eric Moussambani, para quien no lo recuerde, fue un nadador ecuatoguineano que se hizo famoso en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. El motivo de su fama no fue conseguir ninguna medalla o plusmarca sino su casi incapacidad para llegar al otro lado de la piscina en la prueba de 100 metros libres. Además nadó solo por la descalificación de sus dos rivales en las rondas previas. Su desempeño y voluntad, pese a que finalizó con un tiempo que doblaba al del resto de competidores, hizo al público ponerse en pie y aplaudirle y se convirtió en uno de los momentos más recordados de aquellos JJOO. 

El caso de Nicolas Dlamini en el Tour 2021

Eric Moussambani pudo disputar aquellos Juegos Olímpicos gracias al sistema de cuotas para países en vías de desarrollo. Este sistema de asignación de cuotas olímpicas es un programa diseñado para limitar el número de atletas que participan en cada especialidad y evitar así que un pequeño número de países dominen algunos eventos olímpicos. A cambio, permiten a deportistas de países sin tradición competir con sus ídolos. 

El nombre de este nadador que consiguió fama mundial a pesar de su lamentable tiempo vuelve ahora a la actualidad gracias al Tour de Francia y la etapa de montaña que finalizó en Tignes el pasado domingo 4 de julio. En esta etapa alpina, ganada por el australiano Ben O’Connor, también tuvo su momento de fama, Nicolas Dlamini, el corredor sudáfricano del equipo Qhubeka, que llegó en solitario a la meta pese a saber que llegaría fuera de control y en consecuencia sería descalificado. El ciclista sudafricano llegó a la meta a una hora y veinticuatro minutos del ganador. Además, al haber sólo un acceso a Tignes, la organización tuvo que esperar a su llegada para poder empezar a desmontar toda la infraestructura logística. Nicolas Dlamini es el primer corredor sudafricano negro en competir en la Grande Boucle y tras llegar afirmó que quería honrar la carrera terminando pese a su caída al comienzo de la etapa.

Dlamini no era un desconocido en el deporte, de hecho ya se hizo viral hace dos años por un vídeo que mostraba cómo cinco vigilantes del Parque Nacional Table Mountain de su país natal lo arrestan y le rompen un brazo. Según la versión de los vigilantes, el incidente se produjo por colarse, cosa que él negó. Posteriormente los rangers fueron suspendidos.

Los casos de Adrián Solano y Trevor Misipeka

Existen más casos similares, como el de esquiador de fondo venezolano Adrián Solano que, en los campeonatos mundiales de esquí nórdico de Lahti (Finlandia), compitió en la prueba de 10 km sin haber pisado nunca la nieve. Solano realmente es un chef profesional y se introdujo en el esquí de fondo entrenando sobre rollerski los fines de semana en Maracay. Mientras viajaba hacia un campo de entrenamiento en Suecia, Solano fue detenido por las autoridades francesas las cuales cuestionaron la viabilidad de un equipo de esquí venezolano y le acusaron de intentar buscar asilo político enviándolo de vuelta a Venezuela. Finalmente, gracias al director deportivo del Mundial de Lahti, la delegación venezolana pudo llegar al mundial. Evidentemente Adrián llegó el último en su prueba tras varias caídas, perderse en el recorrido e incluso romper uno de los bastones. Pero logró cumplir su sueño mundialista.

... y Adrián Solano hizo esta 'peculiar' actuación en Lahti - Noticias - Nevasport.com

Otro ejemplo es el de Trevor Misipeka, un velocista samoano de 140 kilos que acabó los 100 metros lisos de atletismo con un tiempo 14,29 segundos en el mundial de atletismo de Edmonton 2001 o Philip Boit, un esquiador de Kenia, que tampoco había pisado nunca la nieve y llegó tan tarde en la prueba en la que participó en los JJOO de invierno de Nagano de 1998 que el propio ganador de la prueba tuvo que ir a buscarle.  Y cómo olvidarnos del equipo jamaicano de Bobsleigh, inmortalizado por Hollywood y que, en su primera participación en los juegos de Calgary de 1988, volcó el trineo y entró andando en meta, aplaudido por el público.

¿Deben participar los deportistas amateur en competiciones de élite?

Todas estas gestas abren un debate sobre si en competiciones de élite, como pueden ser los Juegos Olímpicos, las Grandes Vueltas ciclistas o los campeonatos mundiales deben participar deportistas que evidentemente no dan el nivel esperado en lo más alto de su categoría. El caso de Dlamini seguramente  sea el menos sangrante. Al fin y al cabo este año ha sido tercero en el campeonato de ciclismo en ruta de su país y lleva varios años como profesional pero no deja de ser evidente que llegar a casi hora y media del ganador de la etapa deja en un mal lugar una competición donde, en teoría, acuden los mejores ciclistas del mundo.

Es razonable pensar que, más allá de la épica del débil no dando su brazo a torcer y que supone una pequeña alegría para el gran público, la participación de estos deportistas tiene ventajas a largo plazo, por pequeñas que sean. Moussambani tuvo que entrenar en la única piscina que existían en Guinea Ecuatorial, en un hotel de Malabo, la capital. Lo hacía de madrugada para no molestar a los clientes y en una piscina de doce metros de largo. Ahora existe un equipo de natación en la ex colonia española y dos piscinas olímpicas donde los chicos y chicas pueden aprender.

El equipo jamaicano de Bobsleigh ha seguido compitiendo y mejorando sus resultados, estando a la par que otras naciones con mayor tradición e incluso en unos campeonatos mundiales de empuje en 2000 en Mónaco ganaron la medalla de oro.

Los beneficios y la inspiración de los deportistas amateur

Los beneficios que puede aportar Dlamani, el ciclista sudafricano, también están claros. En una sociedad donde pese al fin del Apartheid y pese a ser inmensa mayoría, los blancos siguen dominando casi todos los aspectos socioeconómicos, y esto incluye el deporte, puede servir de inspiración a futuros ciclistas negros sudafricanos.

Por contra, también hay que debatir si deportistas que obviamente no están preparados para competir en lo más alto, deben tener plaza en las grandes competiciones privando a otros deportistas mejor preparados. Al fin y al cabo estamos hablando de deporte de élite y no de competiciones escolares donde todo el mundo merece una oportunidad y hay que valorar el esfuerzo individual.

Es un tema complejo y quizá cada vez es más complicado ver estos casos exóticos por la ultra profesionalización del deporte pero de vez en cuando podemos aún verlos y disfrutar de estos maravillosos intrusos.

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