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Por Dan Foster

Vamos con la segunda entrega de la imaginación aplicada al reglamento actual del fútbol. Pero, antes, una breve reflexión sobre los comentarios que ha suscitado la primera entrega.

Cada uno es libre de opinar lo que quiera, faltaría más, pero hay que entender la postura desde la que están elaboradas estas propuestas: aumentar el espectáculo futbolístico. Todos los cambios que exponemos a debate tienen una única intencionalidad: dinamizar el juego, romper las estrategias tradicionales para buscar otras nuevas que propicien más ocasiones de gol. Si se es purista, como alguno de los comentaristas, lógicamente no le van a gustar. Las propuestas están argumentadas y, si se es riguroso, hay que argumentar las discrepancias.

Dicho esto, comienza el partido. Hoy vamos a tratar “el córner corto” y “la barrera inmutable”. Pero antes, unos breves apuntes sobre otras reglas que deberían ser cambiadas.

1. Los saques de banda: No tiene ningún sentido que se saquen con las manos en un deporte que se llama “balompié”. Así pues, deberían ser ejecutados con el pie, lo cual redundaría en dinamismo del juego ya que el balón avanzaría mucho más rápido hacia la portería contraria.

2. El área pequeña no sirve, en la práctica, para nada. Debería suprimirse.

3. El sorteo de campo debería eliminarse también. Por defecto, y como gesto de cortesía, debería empezar eligiendo portería el equipo visitante.

El saque de esquina podría ser más decisivo en los goles.

EL CÓRNER CORTO

Los saques de esquina rara vez se convierten en gol. Primero, porque el árbitro, en cuanto ve un lío en el área, pita falta en ataque. Segundo, porque si la defensa se coloca estratégicamente, es muy difícil que la sorprendan los delanteros contrarios. Es decir, si se produce gol tras un saque de esquina es más fallo de la defensa que acierto del delantero, salvo en el caso de cabeceadores excepcionales como Santillana, Zarra o el gran Sándor Kocsis.

En resumidas cuentas, los córners sólo se convierten en gol en el 9% de los lanzamientos, un porcentaje pobrísimo para una jugada donde el balón ronda siempre la portería.

Propuesta: Entre la esquina del córner y el poste de cada portería existe un punto de intersección de la línea del área grande con la línea que delimita el campo. Si el balón sale a córner entre los dos puntos de intersección citados, es decir, por las proximidades de la portería,  el córner se lanzará desde dicho punto de intersección.

Justificación:  En los lanzamientos actuales, salvo en el envío estratégico a un compañero cercano, el balón tarda en llegar al área una media de 2,5 segundos, dependiendo de si va raso o bombeado. Tiempo suficiente para que los defensas reaccionen y se ubiquen en el lugar adecuado para despejar o estorbar al delantero.

En el “córner corto”, el balón tardaría en llegar al área 1,25 segundos, tiempo insuficiente para que los jugadores rectifiquen conscientemente su posición, lo cual generaría muchos más peligros de gol.

Pero, sobre todo, el “córner corto” propiciaría multitud de peligrosas jugadas de estrategia tanto con lanzamientos a ras de suelo como como bombeados.

En la colocación de las barreras se pierde mucho tiempo.

LA BARRERA INMUTABLE

Es cierto que en este mundial se ha añadido la nueva norma de utilizar el spray y, la verdad, es que está dando resultado y, la barrera, una vez que se pinta la raya, se mueve poco. Aún así, proponemos ir más allá en los cambios para agilizar el juego.

Propuesta: En el momento en que el árbitro pita una falta en las proximidades del área, éste pide el balón y lo coloca en el lugar que él crea que se ha producido. Si toca el balón  algún jugador del equipo que va a lanzar la falta, ésta se lanzará contra el citado equipo; es decir, contra el equipo que la ha sufrido.

A continuación, el trencilla de turno marca con el spray el lugar donde tiene que colocarse la barrera. Barrera que estará compuesta siempre por cuatrojugadores, ni uno más ni uno menos, y siempre del equipo que defiende.

Pita el lanzamiento de la falta y, si se adelanta cualquier jugador de la barrera antes de que lance el contrario, se detiene el juego y el árbitro adelanta el balón hasta el lugar donde estaba la barrera. Esta acción se repite cuantas veces sean necesarias hasta que no se adelante la barrera, o bien se convierta en penalti si ésta se encuentra en el interior del área.

Justificación: De esta manera se termina con un espectáculo poco estético que, además, ralentiza el juego y hace que se pierdan  dos o tres minutos que nunca se recuperan.

Y sobre todo, lo más importante, aumentarán los goles-dobles de los que hablamos en la primera entrega. Lo cual equivale a que cada vez que se vaya a lanzar un libre directo todo el estadio, y los espectadores en sus casas, contengan la respiración.

Por hoy, amigos, nada más. Hasta la próxima entrega en que trataremos de poner orden en el caos mental, periodístico y anímico que producen los penaltis. Por cierto, aviso, y el que avisa no es traidor, absténganse de leerla los puristas de Su Majestad el Fútbol. Y si no son capaces de resistir la tentación, tómense antes una tila.

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