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Por Luis Alberto Martínez  y Daniel Riobóo Buezo 

El calendario ciclista avanza y nos adentramos en las vueltas por etapas más importantes. Llegamos al primer plato fuerte del año, ni más ni menos que el Giro de Italia, que comienza el viernes 4 de mayo en Jerusalén. Si, habéis leído bien, la Corsa Rosa disputa este año sus tres primeras etapas en Israel. Desde allí partirán 22 equipos con 176 ciclistas si bien habrá algunas ausencias notables como las de los dos ciclistas que acompañaron a Tom Dumoulin en el podio en 2017, Nairo QuintanaVincenzo Nibali así como las del segundo (Rigoberto Urán), tercero (Romain Bardet) y cuarto (Mikel Landa) del último Tour de Francia. Otro ausente ilustre será Alejandro Valverde, tercero en 2016 y que descansará para preparar Tour y Vuelta tras un maravilloso comienzo de temporada.

Los favoritos del Giro 2018

Quienes sí serán de la partida en Israel son el inesperado ganador de 2017, el holandés Tom Dumoulin y, para sorpresa de todos, Chris Froome, el vencedor de cuatro Tours y que toma parta en la prueba a la espera de que se ratifique la sanción por su positivo por salbutamol en la última Vuelta a España. Completan la lista de favoritos el francés Thibaut Pinot (cuarto en 2017) si bien Francia no ha tenido un ganador en Italia desde la victoria del malogrado Laurent Fignon en 1989, el colombiano Esteban Chaves, sorprendente segundo en 2016, el sardo Fabio Aru, segundo en 2015, sus compatriotas Domenico Pozzovivo y Davide Formolo y el ascendente colombiano Miguel Ángel López.  

Vincenzo Nibali y Nairo Quintana serán dos de los grandes ausentes del Giro 2018.

El recorrido del Giro 2018

Como siempre en Italia, la carrera presenta un recorrido espectacular y de lo más original, con partida en Israel, final en Roma y con la ausencia de los puertos míticos de la prueba. La salida será en Jerusalén con un prólogo de casi diez kilómetros y, tras las tres primeras etapas en territorio semita en las que se homenajerá a Gino Bartali, el mítico ciclista que utilizaba su bici para transportar documentos y así poder salvar a judíos durante la segunda Guerra Mundial, habrá jornada de traslado. Una vez en Sicilia, tras dos jornadas de media montaña, la sexta etapa nos deleitará con la primera llegada en alto, nada menos que en el Etna, con un final que puede marcar las primeras diferencias entre los favoritos en las duras rampas del volcán. Después la carrera llegará a la península italiana y, tras dos etapas de transición idóneas para los esprinters y las escapadas, la novena nos regalará la segunda llegada en alto, en este caso al Grand Sasso tras casi 47 kilómetros sin parar de subir y que supondrá un gran desgaste por lo que al día siguiente se producirá la segunda jornada de descanso. Tras este receso, la etapa más larga de la prueba con 239 kilómetros rompepiernas. Tres jornadas de transición permitirán a los corredores un respiro antes de afrontar los Alpes. La primera etapa alpina tendrá final en el Monte Zoncolan y, al día siguiente, la llegada será en los Apeninos, en la cima de Sappada.

La semana decisiva del Giro centenario hará las delicias de los amantes de la montaña. Tras la tercera jornada de descanso llegará la contrarreloj individual de 34,5 kilómetros entre Trento y Rovereto especialmente diseñada para los especialistas. El  miércoles 23 habrá etapa llana pero, al día siguiente, la carrera vivirá una nueva incursión en los Alpes con final en Prato Nevoso. El viernes será el turno de la etapa reina de la Corsa, con cuatro puertos incluido Sestriere y el final en el Monte Jafferau. La penúltima jornada, si la carrera aún no está decidida, terminará de hacerlo con otro maratón alpino con 4500 metros de desnivel y el paso por tres altos de primera categoría con la meta en Cervinia, la última gran subida del Giro antes de la etapa final en la que los supervivientes darán diez vueltas a un circuito que discurrirá íntegramente por las calles de Roma y entre sus célebres monumentos.

Una carrera especial plagada de épica

El Giro de Italia se caracteriza por ser una carrera con alto número de sorpresas y trampas en sus recorridos: llegadas con carreteras estrechas y en lugares altamente atractivos para el espectador pero en ocasiones peligrosos para los ciclistas, puertos durísimos con gran kilometraje y porcentajes medios desafiantes a la gravedad, alternancia entre días calurosos y jornadas con precipitaciones de nieve. A todo esto hay que sumar el aparente desorden que caracteriza a esta carrera, una organización que tiende a dejarlo todo a la improvisación y a dar pocos detalles en sus libros de ruta, a transitar por carreteras escasamente señaladas y con grandes obstáculos. Y un detalle muy importante: una afición totalmente enamorada de su carrera. Todo el país se vuelca en la Corsa Rosa, con las carreteras invadidas por fieros tiffosi que se dejan la piel en cada uno de los rincones de Italia. Puro espectáculo.

Todas estas características han influido en la grandeza de esta prueba, plagada de épica y de momentos de auténtica leyenda. Ciclistas como Alfredo Binda, Fausto Coppi o Gino Bartali, protagonizaron los momentos más legendarios de esta prueba. Años después, Eddy Merckx igualaría los cinco triunfos en esta prueba, conseguidos por los citados Binda y Coppi, con sangre, sudor y lágrimas: un bravo asturiano, José Manuel Fuente “Tarangu”, y un mítico italiano, Felice Gimondi,  le desafiaron en las cumbres dolomíticas y alpinas hasta la extenuación. Tanto es así que sólo un desfallecimiento en la etapa de San Remo, en la edición de 1974, frenó al asturiano de desbancar a un Merckx contra las cuerdas.

Sólo una pájara impidió al Tarangu destronar al invencible Merckx en la edición de 1974
Sólo una pájara impidió al Tarangu destronar al invencible Merckx en la edición de 1974

En tiempos más recientes, los míticos Dolomitas nos han dejado momentos de verdadera leyenda. En la disputadísima edición de 1988, se vivieron las escenas más dantescas de la centenaria Corsa Rosa. En la etapa con final en Bormio, previo paso por el temido Gavia, se desafiaron las leyes de la naturaleza: una fuerte tormenta de nieve dejó a los corredores al borde de la congelación. Hasta tal punto fue así, que muchos de ellos se bajaron de la bicicleta para calentarse con los tubos de escape de sus coches de equipo, o incluso para correr a pie para poder entrar en calor. El ganador de esa edición, el norteamericano Andy Hampsten  lo describe perfectamente:

“Me habían hablado de la hipotermia y sobre lo frío que podría llegar a estar antes de que uno no pudiera pedalear más. Mis brazos estaban bloqueados desde el comienzo del descenso, y yo simplemente intentaba seguir pedaleando para mantener mis piernas en movimiento. En un momento dado, miré hacia abajo, hacia mis piernas y a través de una capa de hielo y de grasa (lanolina), pude ver que eran de color rojo brillante. Después de eso, no miré mis piernas de nuevo… “

Andy Hampsten al borde del abismo en la dantesca etapa dolomítica de 1988
Andy Hampsten al borde del abismo en la dantesca etapa dolomítica de 1988

Viendo el vídeo anterior se puede comprobar que se trata de descorazonadoras imágenes en la llegada de aquella infernal jornada: el líder, Franco Chioccioli, llorando y retorciéndose de dolor, Perico Delgado al borde de la hipotermia y Javier Lukin, compañero del segoviano en el equipo Reynolds, cayendo en la inconsciencia recién llegado a meta. Las azafatas de la organización tuvieron que desgarrarle la ropa con tijeras, pues se había quedado pegada a su cuerpo congelado.

En los último años hemos vivido momentos de verdadera emoción. Una “fuga bidón” de 2010 aupó al talaverano David Arroyo. Hasta la penúltima jornada mantuvo un inesperado pulso con el favorito Ivan Basso, con victoria final para el italiano. Y en el Giro 2012, una espléndida fuga del belga Thomas De Gendt sembró el caos entre el pelotón: los dos primeros clasificados, el catalán Purito Rodríguez y el canadiense Ryder Hesjedal, tuvieron que exprimirse al máximo para reducir la minutada al bravo corredor flamenco. Mientras, en la edición de 2013, Vincenzo Nibali se impuso con una gran autoridad y poco pudieron hacer Rigoberto Urán y Cadel Evans, sus acompañantes finales en el podio al igual que en la de 2014 ganada autoritariamente por Nairo Quintana y la de 2015 con una clara victoria de Alberto Contador. Más le costo a Nibali vencer en la de 2016 ya que sus ataques en las etapas finales forzaron la caída del sorprendente holandés Steven Kruijswijk, finalmente también descabalgado del podio por Esteban Chaves y Alejandro Valverde.

Cómo ver en televisión el Giro 2018

La edición de 2018 lamentablemente no podrá seguirse en España a través de la televisión en abierto. Las ausencias de Landa y Valverde parece que han hecho que la televisión pública decida de nuevo no ofrecer la Corsa Rosa por lo que tan sólo EiTB en el País Vasco ofrecerá la ronda italiana mientras que quienes tengan Eurosport también podrán seguirla en el canal europeo de deporte. El resto, tendrán que hacerlo por internet en donde recomendamos la página especializada Stephill que ofrece numerosos enlaces a televisiones extranjeras para seguirlo en directo. Disfrutar de los finales con emboscadas, de los preciosos paisajes que la RAI nos obsequia, de puertos míticos como el Zoncolan o Sestriere es algo que el aficionado español debería poder apreciar. Y es que, como dice el propio lema del Giro, se trata de  «la carrera más dura del mundo en el país más bello del mundo». Parte de razón no les falta.

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