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Por Sergio Ariza Lázaro

El baloncesto europeo vive de nuevo su máxima competición, el Eurobasket, tras cinco años sin disputarse. La competición repite el formato multisede ensayado con éxito en 2015 y 2017 con 24 selecciones y cruces directos tras la primera fase que se celebrará conjuntamente en Alemania, República Checa, Georgia e Italia entre el jueves 1 y el domingo 18 de septiembre. Mientras la fase final se jugará en Berlín a partir del día 9. Todos los partidos podrán verse a través de Mediaset (en Cuatro, Be Mad o la aplicación y web de Mitele).

El torneo se presenta sin un claro favorito y España, bronce en la última edición, acude con varias bajas importantes (Llull, Abalde, Ricky Rubio) y en plena renovación tras la retirada de los hermanos Gasol y de Sergio Rodríguez. A destronar al actual campeón, Eslovenia, aspiran unas cuantas selecciones. Entre ellas, Francia, subcampeona olímpica, la Serbia De Nikola Jokic, la Grecia de Giannis Antetokoumpo, Lituania, una renovada Italia y, por supuesto, Francia pretenden disputarle el oro al conjunto que lidera Luka Doncic.

El Eurobasket 2017 tendrá 4 sedes y 24 participantes.

Pero nosotros no vamos a analizar el nuevo Eurobasket, queremos volver la mirada atrás para recordar a las grandes selecciones que, como España hasta la penúltima edición, dominaron el baloncesto europeo. Os invitamos a acompañarnos en nuestro viaje nostálgico en tres entregas al pasado más brillante del basket continental.

  • La URSS de Belov: El fin de la hegemonía de EEUU (Época de dominio: de 1967 a 1974)

La URSS fue la gran dominadora del baloncesto europeo de 1957 a 1971 al ganar nada menos que ocho Eurobaskets seguidos. Pero el equipo al que podemos considerar el mejor de todos ellos fue el liderado por el mítico Sergei Belov, el primer jugador no estadounidense que fue elegido para el Hall of Fame de Indiana. Belov era un escolta de 1,90 metros que unía a un gran físico una tremenda elegancia en su juego. Para Lolo Sáinz fue un»adelantado a su tiempo», un jugador nada egoísta que sabía aparecer en el momento justo para matar los partidos. Su andadura con la selección comenzó en 1967 con un doble triunfo ya que al Eurobasket se le sumó el triunfo en el Mundial de Uruguay. Acababa de comenzar la dictadura del equipo de Belov y una de las mayores rivalidades del baloncesto europeo, la que tuvo con Kresimir Cosic que también debutaba con Yugoslavia ese mismo año.

Como homenaje a su trayectoria, Sergei Belov fue el encargado de prender la antorcha olímpica en los JJoo de Moscú.
Como homenaje, Sergei Belov fue el encargado de prender la antorcha olímpica en los JJOO de Moscú

En 1968 se produjo el debut olímpico de Belov y vino con decepción… Tras cuatro finales consecutivas entre EEUU y la URSS (con victorias siempre americanas, los estadounidenses habían ganado también los otros dos títulos olímpicos disputados-Berlín 36 y Londres 48-) la Yugoslavia de Cosic se imponía a los soviéticos por un punto en las semifinales y relegaba a Belov a la medalla de bronce. Pero el joven Belov se tomaría la venganza al año siguiente cuando lideró a la URSS (fue elegido MVP del campeonato) para volver alzarse con el Europeo tras derrotar a Yugoslavia en la final. En 1970, en el Campeonato del Mundo celebrado en Yugoslavia, volvieron a cambiar las tornas y el equipo anfitrión se impuso relegando a la URSS al tercer puesto, a pesar de que Belov volvió a ser elegido MVP. Al año siguiente, en el Eurobasket de Alemania, Belov y Cosic volvieron a intercambiar sensaciones, el soviético se alzó con el título y el yugoslavo se quedó el MVP.

Pero el momento definitivo en la carrera de Belov se vivió en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972. Belov llevó a su equipo a la final contra EEUU que se presentaba habiendo ganado todos los torneos olímpicos hasta entonces con un balance de 63 victorias y 0 derrotas. Belov fue el máximo anotador del partido con 20 puntos pero no fue él sino otro Belov, Aleksander, el que tuvo el honor de anotar la canasta decisiva que dio el primer título olímpico a la URSS. Con mucha controversia y polémica incluida ya que los americanos se negaron a recoger su medalla de plata al considerar que el partido había acabado antes de que anotasen los soviéticos. Daba igual, Belov había hecho historia y se había convertido en leyenda.

Claro que al año siguiente sufrió el primer gran aviso de que su reinado. Y el de que la URSS, llegaba a su fin. En el Eurobasket de 1973 Yugoslavia rompía con la dictadura de títulos soviética gracias a la aparición de Drazen Dalipagic y Dragan Kicanovic. Kresimir Cosic ya no estaba solo. A pesar de todo, Belov conseguiría el título que le faltaba al año siguiente y en 1974 dejaría a los yugoslavos con la miel en los labios y se proclamaría campeón del mundo en Puerto Rico promediando 15,2 puntos por partido. Luego tendría que sufrir la explosión de la Yugoslavia de los cuatro fantásticos pero siempre rindiendo a un altísimo nivel. Fue medalla de plata en los europeos del 75 y del 79, plata en el Mundial de 1978, bronce en los Juegos Olímpicos de Montreal 76 y Moscú 80 y volvería a saborear las mieles del triunfo en el EuroBasket de 1979 donde ya no le acompañaban sus fieles escuderos Gennadi Volnov, Aleksandr Belov o Modestas Paulauskas (una de las leyendas del Zalguiris), sino el gigante Vladimir Tkachenko o el lituano Valdemaras Homicius.

Su gran decepción fue el bronce cosechado en los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980. A pesar de ser uno de sus mejores campeonatos a nivel individual donde promedió 21 puntos por partido (incluyendo los 29 que le anotó a España en la lucha por el bronce), el tercer puesto en casa, sin la participación de EEUU por el boicot, fue visto como un fracaso y supuso su retirada de la selección nacional con lo que su única alegría en aquellos juegos fue portar la antorcha olímpica.

Cuando en 1991 la FIBA votó por los 50 mejores jugadores de su historia Belov fue el más votado, por delante de Cosic que fue cuarto, y de los dos protagonistas de nuestra siguiente entrega, Arvydas Sabonis en tercera posición y Drazen Petrovic en segunda. Su palmarés deja bien claro el por qué de esta consideración.

  • La Yugoslavia de Dalipagic, Cosic, Kicanovic y Delibasic: Los cuatro fantásticos (Época de dominio: De 1975 a 1981)

El croata Kresimir Cosic era la gran estrella del único equipo capaz de rivalizar con la URSS de Belov. En 1970 sus 17,3 puntos por partido en el Mundial del 70 le habían dado a su selección su primer gran título. Pero a pesar de sus 2,11 metros y de ser el primer yugoslavo que triunfó en una universidad norteamericana, Cosic no conseguía frenar a la URSS de Belov. Pero en 1973 con la llegada a la selección absoluta de los serbios Drazen Dalipagic y Dragan Kicanovic la cosa iba a cambiar. Ése mismo año se impusieron en el Eurobasket, celebrado en España y, al año siguiente, fueron derrotados por la URSS en la final del Mundial, a pesar de lo cual Kicanovic fue elegido MVP del torneo. Pero cuando en 1975 se les unió el último as del póker yugoslavo, el bosnio Mirza Delibasic, Yugoslavia comenzó a ejercer su tiranía en el continente. Ése mismo año repitieron título europeo con Cosic de MVP. En 1976, en los Juegos Olímpicos de Montreal, volvieron a doblegar a los soviéticos en semifinales y perdieron la final ante EEUU. En ese campeonato Cosic promedió 11,2 puntos (le metió 20 a la URSS en la semifinal y 15 a EEUU en la final), Dalipagic 17,8 (con 27 puntos en la final contra EEUU), Kicanovic 16 y Delibasic 12. Los cuatro fantásticos se repartían los puntos y los momentos de gloria.

Cosic es una leyenda del baloncesto balcánico y fue el primer europeo en triunfar en EEUU.
Cosic es una leyenda del baloncesto balcánico y fue el primer europeo en triunfar en EEUU.

En 1977 llegaría su tercer oro consecutivo en el Eurobasket con Dalipagic como MVP del torneo y el base Zoran Slavnic (¿el quinto beatle?) acompañándole en el mejor quinteto del torneo. Su dominio europeo se extendería a todo el mundo con su victoria en el Mundial del 78, en cuya que se impusieron por uno (y en la prórroga) a la URSS de Belov. Dalipagic repitió como MVP del torneo y fue acompañado por Cosic y Kicanovic en el quinteto ideal (siendo las otras dos plazas para otros dos mitos del baloncesto, el ucraniano Vladimir Tkachenko y el brasileño Oscar Schmidt).

Su dominio se vería puesto en duda cuando en el Eurobasket de 1979 se tuvieron que conformar con el bronce, viendo a Belov proclamarse campeón de Europa por cuarta vez. Pero en 1980 tuvieron la más dulce de las venganzas al imponerse en los Juegos Olímpicos que se celebraron en casa de su eterno rival. En Moscú 1980 la Yugoslavia de los Cuatro Fantásticos se alzó con el título que les faltaba aprovechando la ausencia por boicot de EEUU. Con Cosic ya en sus últimos años, fueron los otros tres los que dieron un paso adelante, Dalipagic promedió 24,4 puntos por partido (con 18 en la final ante Italia), Kicanovic se fue hasta los 23,6 (con 22 en la final) y Delibasic 16,4 (con 20 ante los italianos en el último partido).

Pero quizás, más allá del enorme éxito de Moscú, el pleno potencial de esta selección se viera un año y medio antes, cuando en abril de 1978 se enfrentaron a una selección de EEUU comandada por sus dos jugadores universitarios estrella, unos tales Earvin ‘Magic’ Johnson y Larry Bird, más otros seis jugadores que entraron ese año en la NBA. Al final se impuso EEUU por 88 a 83, aunque la “plavi” estuvo 38 minutos por delante y sus jugadores se quejaron de que los árbitros americanos les pitaron 27 veces pasos. El partido terminó con 22 puntos de Dragan Kicanovic, 19 de Mirza Delibasic, 18 de Drazen Dalipagic y 16 del gran capitán, Kresimir Cosic, cuya figura y ascendencia en el baloncesto yugoslavo podemos comprender mejor a través de este documental.

El final de la primera gran selección yugoslava llegó con amargura en 1981 cuando los de los Balcanes cayeron con estrépito (84-67) en la final del Eurobasket contra la renovada URSS de Tkachenko, Valters y Myshkin. Cuando al año siguiente se les juntó un casi adolescente Arvydas Sabonis, una nueva hegemonía iba a comenzar. El campeonato supuso el adiós temporal del capitán Cosic que no disputaría el Campeonato Mundial del 82. Cuando volvió en 1983 su selección estaba liderada por un chaval, croata como él, de 18 años, Drazen Petrovic. Pero esa es ya otra historia…

Para comprender la importancia de este equipo, baste decir que Cosic es el jugador que más veces ha vestido la camiseta yugoslava con 303 internacionalidades y Dalipagic es su máximo anotador histórico con 3.131 puntos.

Continuará…

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