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Por Sergio Ariza Lázaro 

Los nativos de la Polinesia llevaban practicando surf cientos de años cuando la tripulación del Capitán Cook llegó a Tahiti en 1769 y vieron a los locales subidos encima de unas tablas lanzándose a toda velocidad desde lo alto de las olas. Desde entonces el surf no ha hecho sino extenderse por todo el mundo, con cuatro puntos cardinales: Hawái, Australia, California y el Sur de Europa, principalmente Francia y España, un país que ha visto aumentar considerablemente su número de practicantes.

Los orígenes del surf

Celebrando su reciente inclusión como nuevo deporte olímpico en Tokio queremos cabalgar las olas del mar poniéndole banda sonora a este apasionante deporte. Pero primero hablemos de sus orígenes, situados al parecer en varios lugares de Hawái y el resto de la Polinesia donde el jefe era el que mejor surfeaba las olas y podía elegir el mejor árbol de la isla para poder fabricar su tabla. Tanto él como sus nobles se quedaban con las mejores playas para practicar el surf. Con la llegada de los europeos se fueron restringiendo las prácticas locales pero varios nativos mantuvieron la tradición de surfear las olas. El hawaiano Duke Kahanamoku fue el encargado de popularizar el deporte fuera de Hawái, tanto en EEUU como en Australia, un país que todavía conserva la tabla con la que Kahanamoku dio su primera exhibición en Freshwater Beach en 1915.

Duke Kahanamoku está considerado como el inventor del surf moderno

Kahanamoku era también un reconocido nadador, con tres oros olímpicos y dos platas, una de ellas la consiguió frente al mismísimo Tarzán, Johnny Weissmuller, que le venció en  los Juegos de París en 1924. El caso es que Kahanamoku aprovechaba sus exhibiciones de natación para hacer también sus pinitos con la tabla y fue así como California y Australia abrazaron con pasión este deporte. Según cifras de 2019 hay 13’5 millones de surferos federados en América, 6’5 millones en Oceanía, 6 millones en Asia y 4’5 en Europa y Asia. En España, en 2018, había unos 30.000 federados y un puñado con aspiraciones olímpicas, aunque la cifra sube mucho si contamos a los aficionados, sobre todo ahora que las nuevas tecnologías están logrando crear piscinas de olas que reproducen fielmente las de los mares y se espera que esto lleve a mucha más gente a practicarlo.

El nacimiento de la música surf en California

Eso sí, cuando se habla de música surf no se piensa en la que debió ser la verdadera banda sonora del movimiento, la música hawaiana tradicional, e incluso su faceta más moderna con el ukelele que tocaban Duke y sus amigos en las playas de Waikiki, en Honolulu, ni siquiera en esa versión occidentalizada de las bandas sonoras de principios de los 60 de las películas cutres que protagonizaba Elvis Presley, cuando se piensa en música surf se piensa en esto:

O en esto otro, su versión con voces que llevó a los Beach Boys a lo más alto de las listas:

El primero en subirse a la tabla de la música surf fue Dick Dale, conocido, con todo merecimiento, como el Rey de la guitarra surf. Suya es la primera canción del surf rock, ‘Let’s Go Trippin’’, y también la más famosa, ‘Misirlou’. Dale era un chico descendiente de libaneses que comenzó a tocar los instrumentos de cuerda de joven. A los 17 años comenzó a practicar surf en las playas californianas y cuando cabalgaba la ola escuchaba un sonido muy particular y decidió reproducirlo con su guitarra. Su fama y sus conciertos fueron creciendo hasta llamar la atención del mismísimo Leo Fender, creador de las famosas guitarras, que encontró en Dale el probador perfecto. Si un amplificador aguantaba las embestidas de la Stratocaster de Dale, entonces se le daba el visto bueno para su comercialización.

Sus conciertos en el mítico Rendezvous Ballroom pasaron de unos cientos de personas a cuatro mil cada sábado. El surf era la nueva fiebre local y comenzaron a surgir películas que hablaban del tema y grupos que imitaban las influencias orientales y el reverb de Dale. El surf californiano es un género primordialmente instrumental, que surgió en California a finales de los 50 y comienzos de los 60, muchos consideran que su primera canción fue el Let’s Go Trippin’ de Dale, publicada en 1960, y que fue un enorme éxito a nivel regional, aunque también se coló en las listas nacionales.

El periodo de esplendor

La música surf tuvo su periodo de esplendor entre 1960 y 1964, el año en el que la llegada de los Beatles y la British Invasion eclipsaron a la mayoría de géneros. Al principio fue un movimiento regional basado en la baja California, con Orange County como epicentro. Las primeras bandas que surgieron eran todas de la zona, grupos como los Bel-Airs, unos fans de Dale que llegaron a publicar una canción, ‘Mr. Motto’, unas semanas antes que el propio Dale. También estaban Eddie & The Showmen o los Challengers. De Hollywood venían los Marketts, formados en 1961, que tuvieron un gran éxito dos años después con la icónica ‘Out of Limits’ y de Redwood, California, los Tornadoes (no confundir con los Tornados británicos y su ‘Telstar’) que lograron colar la segunda canción de surf instrumental en las listas nacionales con ‘Bustin’ Surfboards’.

Pero gracias al éxito de los Chantays, que colaron la inmortal ‘Pipeline’ en el Top Ten del Billboard en mayo del 63, y al ‘Wipe Out’ de los Surfaris, que fue número 2 en agosto de ese mismo año, el surf se convirtió en un fenómeno nacional. De repente había grupos de la gélida Mineápolis que se apuntaban a la moda como los Trashmen y su «Surfin’ Bird» en 1964; o los Rivieras de Indiana con su ‘California Sun’. Aunque en Europa el estilo instrumental seguía fielmente a los Shadows británicos, al final el surf también llegó hasta España con Los Relámpagos haciendo una versión de ‘Misirlou’ en 1965.

La evolución de los Beach Boys y la expansión internacional

Para ese momento el surf ya era más conocido por sus letras y sus armonías, gracias a la magia de las canciones de Brian Wilson para sus Beach Boys. El grupo había surgido en la baja California en torno a Brian, junto a sus hermanos Carl y Dennis, su primo Mike Love y su compañero en el Instituto Al Jardine. Solo el pequeño de los Wilson, Dennis, el más agraciado físicamente, practicaba el surf pero convenció a su hermano mayor de que escribiera sobre el tema después de ver las aglomeraciones alrededor de Dale en el Rendezvous Ballroom. Así en 1961 el grupo comenzó su carrera musical con ‘Surfin’ y al año siguiente tuvieron su primer éxito con ‘Surfin’ Safari’.

Su música se basaba más en Chuck Berry que en Dale, pero además incorporaban unas increíbles armonías vocales que pasarían a formar parte del género. Además, con canciones como ‘Little Honda’ o ‘I Get Around’, incorporaron el tema de los coches, que se conocía como Hot-Rod, en el estilo.

Llegado 1964 Brian estaba bastante harto del tema y de que solo les calificasen como grupo surf. Según seguía madurando como compositor se revolvió con su vinculación con el surf. Por su parte Mike Love estaba encantado con cantar canciones sobre surf, chicas y coches, a pesar de que nunca hubiera puesto un pie en una tabla en su vida, pero todos sabemos que Mike Love es uno de los mayores gilipollas de la música pop (un lugar privilegiado en una música llena de ellos).

Pero para ese momento los Beach Boys ya tenían a sus más adelantados discípulos en Jan & Dean para los que Wilson escribió, entre otras, ese éxito planetario llamado ‘Surf City’. Otra de las canciones que les regaló Wilson fue ‘New Girl In School’, que serviría de cara B para otro de sus éxitos, ‘Dead Man’s Curve’, y que Alex Chilton, el líder de Big Star, recrearía fielmente años más tarde.

La música surf se evaporó a mediados de los 60, pero ha tenido varios renacimientos y se ha expandido por todo el mundo, con bandas como Los Coronas en España, los Surfcoasters en Japón, Lost Acapulco en México o los Straitjackets en EEUU. Eso sí, puede que nadie hiciera más por la vuelta de esta música que Quentin Tarantino, gracias a la aparición de cuatro grandes clásicos del género en ‘Pulp Fiction’ y su consiguiente banda sonora, se trataba del ‘Misirlou’ de Dale y sus Del-Tones, que tenía un lugar preminente en la misma, el ‘Bustin’ Surfboards’ de los Tornadoes, el ‘Bullwinkle Part II’ de los Centurions y el Surf Rider de los Lively-Ones.

Si finalmente Kelly Slater volvió al surf para intentar colgarse una medalla olímpica en Tokio como broche final a su carrera, seguro que tu también podrás probar este verano a coger olas, esperamos que esta banda sonora haya conseguido motivarte.

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